La complicidad en tus ojos

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Dedicado a SaroheBest

Bueno, en cuanto a los chicos de los bongos (que así es como los apodamos hasta que nos enteramos de cómo se llamaban) descubrimos que iban a 2°B y que estaban apuntados a la Liga de fútbol del instituto, que se celebraba en todos los recreos. También descubrimos que tenían clase de Plástica la hora de antes que nuestra clase, y los veíamos cada vez que ellos salían. Y, por fin, descubrimos cómo se llamaban. El chico que le sonrió a Camila se llamaba Javier Viñas, era delgado, alto, morenito... Bueno, admito que para lo que le podría haber tocado no estaba mal, digamos que era pasable, porque si vieras que especímenes había en nuestro curso... Dignos de ser llevados a una feria de monstruos. El chico que se supone que me miraba a mí se llamaba David Pradera. Alto, atlético y un poco cabezón (vamos, con la cabeza grande), pero bueno también era pasable, el problema es que a mi no me gustaba.

Cada vez que nos tocaba Plástica era un show, porque Camila y el otro se regalaban los ojos, yo por el otro lado trataba de adivinar, como buena maruja que soy, si el chico me miraba de verdad o es que miraba para mi lado porque estaba Camila y quería ver si la cosa entre su amigo y ella era recíproca. A día de hoy todavía tengo la duda, pero no es como si se lo vaya a preguntar.

Otro momento digno de recordar eran los recreos, porque mientras nosotras estábamos paradas en un sitio ellos se dedicaban a dar vueltas por el instituto con sus amigos, y cada vez que pasaban por nuestro lado ocurría lo de siempre: Camila miraba, Javier la correspondía, yo miraba para ver si ellos se miraban, y David parece que me miraba a mí.

Un día, estando en clase de matemáticas, Camila aprovechó un momento en el que Marcos, el profesor, se paseaba entre los alumnos para ayudar a hacer los ejercicios a quien lo necesitase, y me dijo:

- Tía, Abril, hoy cuando ha ido mi padre a recogerme para llevarme al autobús han puesto en la radio la nueva canción de Vanesa Martín, que se llama "Complicidad" y me ha recordado mucho a Javier, pero solo el principio de la canción, que es igual que lo que nos pasa, el resto no nos pega nada.

- Madre mía, que coincidencia jajaja.

- Sí, lo gracioso es que la ponen en todos lados y no paro de escucharla.

- Pues no te vas a creer lo que me pasó a mí ayer. Cuando salí de clase de Italiano en la escuela de idiomas me encontré a David que entraba. No sabía que él también da clases, aunque creo que irá a inglés. Que turbio, me lo encuentro en todos lados. A lo mejor por eso me mira, porque le resulto familiar.

- Jajajaja un día de estos lo saludas, a lo mej... AAAHHH!

- AAAAYYY!

- A ver si así dejáis de co-to-rre-ar. Venga meloncetes, vamos a hacer el siguiente ejercicio.- dijo Marcos, que había cogido nuestras cabezas con sus manos y las había balanceado para que nos callasemos. Si ese era su propósito, lo consiguió porque no volvimos a abrir la boca en su clase por el resto de la semana, pero tiempo después no puedo evitar mearme de la risa cada vez que me acuerdo. Vaya forma de regañar.

En cuanto a esos dos chicos, nos pasamos el curso con esa tontería, sin dirigirnos ninguna palabra entre nosotros.

Pero esos dos no eran nuestro único crush. Había un chico de Castillo De Los Reyes, 2 años mayor que nosotras, alto, con el pelo negro y ojos azules, que nos parecía muy guapo. Era muy guapo, las cosas como son, y cada vez que entraba en el autobús nos quedábamos mirándolo y nos reíamos como unas tontas; eso si que era pavo. Se llamaba Raúl, y tenía un hermano 3 años más pequeño que él, y parecía que se llevaban bien. De hecho, esa complicidad que tenían los hermanos hizo que me fijara en él, y poco después de decírselo a Camila ella se fijara también. Lo llamábamos "el beautiful" para poder referirnos a él, y creíamos fervientemente que cuando tuvieran que escoger de entre los jóvenes de su quinta para nombrar las damas y zagales de las fiestas, de seguro lo eligirían a él. Pero para ello quedaban todavía 2 años, en los que nos limitamos a mirarlo de lejos y reírnos. De verdad, a veces dábamos muuucha vergüenza.

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*Letra de Complicidad

Miro a un lado
Por si encuentro la complicidad en tus ojos
Por si a caso me haces algún gesto y noto
Que de nuevo ganamos confianza

Tomo aire
Para hablarte muy bajito cuando llegues a mi hombro
Demasiada tempestad para un viaje
Mírame pero no digas nada

No sé en qué momento me alejé de ti
Ni cuando nos giramos para ser
El caso es que ahora somos dos extraños
En el bar del desengaño y nos falta hasta la sed

¿Cómo lo resolvemos?
¿Cómo hacemos un ovillo con todo lo que sabemos?
No me guardes en cajones lo que se merece incendios
Ni me lleves la contraria con recelos sin conciencia

¿Cómo lo rescatamos?
Encontremos el sentido de lo que nos ha pasado
Tantas veces repetimos lo que ahora ni nombramos
Qué difícil tanta vuelta

Ya sabemos cómo es aquello de cambiar el rumbo
Simulamos y ponemos mil alertas
Cuando alguno de los dos se ronda

No sé en qué momento se alejó de mí
Ni cuando nos giramos para ser
El caso es que ahora somos dos extraños
En el bar del desengaño y nos falta hasta la sed

¿Cómo lo resolvemos?
¿Cómo hacemos un ovillo con todo lo que sabemos?
No me guardes en cajones lo que se merece incendios
Ni me lleves la contraria con recelos sin conciencia

Y llegas levantando polvo
Castigándome las ganas
¿Qué ha sido de la prisa de sábanas gastadas?
Gritamos y gritamos sin llegar a decir más nada

¿Cómo lo resolvemos?
¿Cómo hacemos un ovillo con todo lo que sabemos?
No me guardes en cajones lo que se merece incendios
Ni me lleves la contraria con recelos sin conciencia

¿Cómo lo rescatamos?
Encontremos el sentido de lo que nos ha pasado
Cuántas veces repetimos lo que ahora ni nombramos
Qué difícil tanta vuelta

¿Cómo lo resolvemos?

Todos los derechos reservados a Vanesa Martín.

La Excelencia Da Asco (CDUS#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora