Verónica.
Comprobé el reloj en mi muñeca por tercera vez desde que había entrado al estadio. Incluso hice lo mismo con mi celular para corroborar que la hora era correcta.
08:00 a.m.
Sí, no estaba loca. Hoy era jueves, tenía que trabajar.
Pensé en el hecho de que llegaba tarde, pero, aun así, ¿Dónde estaban todos?
El lugar estaba sin duda alguna más callado de lo normal, y eso era decir mucho. Por lo general siempre había una que otra persona corriendo de aquí para allá en busca de algo, pero hoy, ni siquiera Sally se encontraba en su usual puesto cerca de la puerta.
En efecto, cuando llegué a la sección de administración, todo estaba completamente vacío, incluso me tomé el tiempo de revisar mi calendario para ver si el domingo se había adelantado unos días, pero nada, era jueves y un jueves bastante solitario, a decir verdad.
Kyle tuvo que salir de la ciudad, razón por la cual no tuve a quién preguntarle cuando llegué, de hecho, desde su noche de tragos hace casi dos días no hablé con él más que unas cuantas palabras. Y como Jake ya había comenzado a tomar la ruta escolar mucho antes de lo estipulado, retomé mi viaje al trabajo sola.
Mis pies me llevaron directo a los corredores para de nuevo comprobar que estaba completamente sola en este lugar.
¿A dónde habían ido todos? y ¿por qué yo no sabía nada de esto?
Me sentía como en una estúpida película de terror en donde el asesino entraría a atacar en cualquier momento.
No entendía nada. Se suponía que me encontraría con el entrenador hoy para repasar algunas cosas, pero al pasar por su oficina no había absolutamente nada que me indicara que había llegado.
Deambulé por el lugar durante minutos hasta que llegué al pasillo que daba al gimnasio, la música llenando mis oídos haciéndome sonreír momentáneamente. Mis pies me guiaron a las grandes puertas de cristal dejándome absorber en cada paso por la música.
Una figura musculosa me daba la espalda cuando abrí las puertas, el sonido era tan fuerte que dudaba que me hubiese escuchado entrar.
Tragué en seco consciente de que no debía estar aquí.
Esa espalda, el sudor goteando por su piel y la forma en que sus músculos se contraían me mareó nada más verlo.
¿Cuándo había sido la última vez que me había sentido así por alguien?
Hace años en realidad.
Recobré la compostura y me dije a mi misma que había entrado solo por respuestas, aquellas que solo este hombre podría darme. Hablaría y luego me iría.
Caminé lentamente hasta que llegué a estar a tan solo unos centímetros de él, lo que no me esperé fue el rápido movimiento de su cuerpo cuando llevé una mano a su hombro para llamar su atención. En un segundo me encontraba tocándolo y al otro mi espalada estaba tocando el suelo con una masa de músculos sobre mí.
Mi respiración subía y bajaba al igual que la suya, dándome a entender que lo había tomado por sorpresa y al darse cuenta ya fue demasiado tarde, habíamos caído ambos al suelo, su cuerpo sobre el mío.
Abrí mi boca para hablar al tiempo que miraba sus ojos. Mi respiración se tornó entrecortada y mi pulso se aceleró cuando vi a mi carcelero, su cuerpo estaba sobre mí, sus manos envueltas alrededor de mi cintura mientras nos mirábamos fijamente, cabía decir que se encontraba igual de aturdido que yo porque sus ojos no dudaron en demostrarme lo confundido que estaba de estar sobre mí.

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TOUCHDOWN (Kings Of The Game #1) LIBRO FÍSICO YA DISPONIBLE
Romance[T-E-R-M-I-N-A-D-A] ✔️Historia terminada ❤️📚 ✔️Primer libro de la serie Kings of the game. ✔️Historia 💯 original, se prohíbe su copia y/o adaptación Sinopsis: Seis años. Verónica Cross, lleva ese tiempo haciéndose a la idea de que su pasado debe q...