Verónica.
—Pasa, Verónica.
La voz de George llegó a mis oídos en un borrón, desestabilizándome un poco mientras tomaba el pomo de la puerta. No sonaba enojado, pero bien podía tratarse de mi esperanza intentando tomar el control de la situación, tal vez era mi cabeza intentando calmar las cosas un poco.
— ¿Me llamó, señor? —pregunté nada más colocar un pie dentro del espacioso lugar repleto de fotos de todo el equipo. Evité mirar la imagen de Erick taladrándome la espalda desde su lugar en la repisa tras de mí.
Asintió, haciéndome un pequeño ademán para que tomara asiento en el lugar frente a él.
Tragando en seco y en un intento de dejar los miedos de lado, cerré la puerta a tientas, para luego caminar hasta la silla, aferrándome al bolso descansando en mi pecho y que terminó en mi regazo nada más colocar mi trasero en el cojín.
—Entenderás, Verónica, que estoy algo sorprendido por lo que acaba de suceder. —Asentí sin saber que decir. Lo mejor sería dejarlo hablar y luego comenzar a rogar por mi trabajo—. No tengo derecho a cuestionar lo que haya sucedido entre ustedes —prosiguió—, lo que sí quiero dejar claro es que este tipo de comportamiento no puede volver a repetirse en las instalaciones.
Asentí con rapidez.
—No sucederá de nuevo. —Mis ojos apenas podían soportar su escrutinio.
— Quiero que te tomes el día de hoy. —sus palabras me hicieron abrir la boca dispuesta a refutar, pero su mano siendo levantada en alto, me detuvo. —Entiendo la magnitud de la situación, Verónica. Debes estar con tu hijo ahora. —la sola mención de Jake me estremeció. ¿Cómo se lo diría? —Stark habló conmigo y me explicó lo que pasó. —sí, todos podrían habérselo dicho, a estas alturas todo el lugar estaría enterado. —Él a diferencia de mí no tiene la historia completa.
Me tensé, queriendo preguntar de qué hablaba.
—¿A qué se refiere señor?
Sí, Verónica, no puedes quedarte callada.
Sus manos se cruzaron sobre su pecho haciéndolo lucir despreocupado, pero la mirada protectora estaba en sus ojos. —No tengo idea que suceda justo ahora entre ustedes, pero tuve mis sospechas de que la llama seguía allí en la fiesta al verlo salir corriendo tras de ti y de Hotch. —cabizbaja, jugué con mis dedos sin saber que decir. —Cuando conocí a Erick, lo que me hizo dejarlo entrar no fue su amor por el juego, fue la manera en que quería usar el dolor y la furia que sentía para hacer de él alguien en este mundo. —no dije nada, ni siquiera me atreví a encararlo — Era un muchacho que acababa de pasar por algo que lo marcó y que tenía mucho odio guardado dentro suyo, fue por eso que lo dejé entrar al equipo. —admitió. —Puedo decir con certeza que no me arrepiento de la decisión que en su momento tomé.
—Señor, con todo respeto, pero no sé a dónde pretende llegar con esto.
Mi corazón no iba a soportar seguir hablando de él, no hoy por lo menos, no cuando tenía mil cosas en la cabeza en las cuales pensar.
—Con el paso del tiempo, me contó lo que sucedió. —Mi respiración comenzó a ponerse pesada y una sonrisa tiró de sus labios al verme—. Hace dos días, Erick vino a mí. Me contó que se había equivocado hace seis años, que causó daño a la mujer que amaba por ideas que se formó en la cabeza. —Los intensos ojos marrones del entrenador me miraban sin pestañear—. Luego de lo que sucedió hoy, puedo decir con total seguridad que esa mujer eres tú.
No supe que decir, completamente anonadada por sus palabras.
—Independientemente de lo que pasó, deben buscar la forma de solucionar lo que hay sobre la mesa ahora. No son ustedes solamente, hay un niño de por medio.
ESTÁS LEYENDO
TOUCHDOWN (Kings Of The Game #1) LIBRO FÍSICO YA DISPONIBLE
Romance[T-E-R-M-I-N-A-D-A] ✔️Historia terminada ❤️📚 ✔️Primer libro de la serie Kings of the game. ✔️Historia 💯 original, se prohíbe su copia y/o adaptación Sinopsis: Seis años. Verónica Cross, lleva ese tiempo haciéndose a la idea de que su pasado debe q...