CAPITULO 38🏈

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Verónica.

Me recosté en el pecho de Erick mientras apagaba el televisor, dejando el control remoto a un lado. Desde que llegamos de Salem apenas si podía decirle que no a quedarnos aquí. Era duro para mí dejar a Jake cada día viendo sus ojitos suplicantes siendo lanzados en mi dirección, pero no quería confundirlo. Él podía quedarse con su papá todo lo que quisiera, pero yo no podía hacer un habito quedarme en el departamento de Erick mientras no pusiera en orden mi vida completamente.

Lo mejor era tomarnos las cosas con calma para que Jake no saliera perjudicado si las cosas salían mal.

Tomó un aguacero cayendo fuera para que accediera a quedarme hace tres horas, por lo que, ahora en sus brazos con una de sus camisas cubriendo mi cuerpo y nuestro hijo durmiendo en su habitación me sentía completa de alguna forma. No necesitaba más que a ellos dos.

—¿Sigue en pie el viaje a Chicago en unas semanas? —Su mano se posó en mi cintura, acercándome más a él, de manera que quedamos frente a frente.

Asentí, pasando la yema de mis dedos por su torso desnudo. 

—Christopher no va a estar feliz. —Estuve hablando con él esta mañana y estuvo reacio a sacar el tema de su cumpleaños en un par de semanas—. Hannah dice que no está bien.

—Sí, lo sé. Planeo hablar con él cuando vayamos, la muerte de Maia aún está muy reciente como para exigirle o pedirle alguna otra reacción. —Besó mi frente, su mano subiendo un poco y enredándose en mi cabello suelto—. Pensé que lo pintarías.

— ¿Qué? 

Lo miré, confundida por el repentino cambio de tema algo perdida por sus palabras. Sonrió por mi confusión, tomándose su tiempo antes de responder. 

—Dijiste hace unos años que querías teñirlo de rubio, que esperarías a cumplir los dieciocho para hacerlo porque Anne te mataría.

Mi ceño se frunció. 

—¿Recuerdas eso? 

Asintió.

— Por las noches cuando estaba borracho, imaginaba como se te vería y yo lo perdía. Amo tu cabello así, eres mi hermosa castaña testaruda. —se detuvo, pasando sus dedos por mi mejilla y luego por mis labios. —Y grosera.

— Nunca lo vas a olvidar. —solté una risa. —No fue un buen día para mí.

—Y yo lo hice mucho mejor. —Se hizo el tonto—. Fue el destino.

—No crees en el destino.

Suspiró. 

—No lo hacía hasta que te volví a ver esa noche en el parque. —Bajé la cabeza, no quería recordar mucho de ello—. Estaba pensando en ti cuando apareciste.

—¿De verdad?

— ¿Qué parte de que nunca salías de mi cabeza no te quedó? —golpeé su pecho ante la burla. —No lo considero una obsesión, no es como si mi vida dependiera de ello, pero siempre faltaste tú, el vacío se sentía y yo no quería soltarte.

—¿Nunca lo intentaste? 

Sacudió la cabeza, tomando mi mentón para que le sostuviera la mirada.

— Si te soltaba iba a perder lo poco que quedaba del viejo Erick. Si te dejaba ir la parte que tenía mi corazón dispuesta para amar a alguien se iría contigo.

—¿Por qué eres tan lindo? 

Rodó los ojos.

— No soy lindo, no uses ese calificativo conmigo. —frunció los labios y aproveché para besarlo. —Jake es lindo, yo soy guapo, fuerte, valiente, un sexy...

TOUCHDOWN (Kings Of The Game #1) LIBRO FÍSICO YA DISPONIBLE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora