Capítulo 8: Instinto Asesino

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Todo parece haberse detenido; Lara, Emily y Megan están paradas junto a mí, tomadas de las manos, observando sin moverse a Timothy, quien permanece acostado sobre el cuerpo de su amigo fallecido.

Me siento extraño, mi corazón parece estar encogiéndose dentro de mi cuerpo, no siento tristeza, sino otra sensación, no sé cómo explicarla, siento que quiero vomitar pero al mismo tiempo mi estómago ruge por no haber comido en horas.

Tim no para de llorar, el extraño hombre, con una expresión de tristeza en su rostro se acerca a él, lo toma del hombro y lo ayuda a levantarse.

—Tenemos que irnos muchacho... —Pronuncia en voz baja.

—¿Por qué, por qué está sucediendo esto? —Exclama con furia, sus ojos critalizados demuestran odio, y no hacia esas cosas, sino hacia nosotros.

—Tim sé que...

—¡Cierra la boca! —Me grita, interrumpiéndome. —Esto es su culpa —Abro mis ojos completamente. —Si no nos hubieras invitado a venir esto jamás habría pasado... —Añade, esta vez, señalando a Megan.

—¡Oye, tranquilo! —Advierte Lara dando un paso al frente.

—La chica tiene razón, no es seguro aquí, tenemos que seguir avanzando —Musita el hombre.

Otro silencio se apropia del lugar, Tim no dice nada más, solo baja la cabeza y se acerca a su amigo. Escucho que susurra algo, pero no puedo comprender lo que es. Luego, pasa caminando frente a nosotros.

—¿Mi culpa...? —Mierda. —¡¿Crees que es mi maldita culpa?!

—Amor, no...

—¡Fuiste tú en primer lugar quién nos contó esa historia! —Mi novia sigue, rompiendo la linea horizontal que los cuatro formabámos al dar unos pasos hacia adelante.

—¿Y eso qué? —Tim da media vuelta, su rostro pálido está completamente colorado, sus puños están cerrados y parece que explotará de la rabia.

—Oh, no lo sé... Quizás...

—¿Quizás qué? —Él la interrumpe, parándose a pocos centímetros de ella. —No me culpes a mí "Meg" —Ríe. —Tú y yo sabemos quien es el verdadero culpable de que esto esté pasando —Añade, mirándome de reojo.

Oh, mierda.

—Cierra la boca... —Dice entre dientes.

—¿Por qué? Lo has pensado, ¿No? —Vuelve a reír. —Todos notamos como Mariana lo miraba, y qué puedo decir, ella es muy sexy, incluso más que tú.

Megan no responde, sino que gira sobre si misma y clava sus ojos cristalizados en mí, niego, pero parece que ella quiere que diga algo.

—Meg...

—Dime, dime por favor que no lo hiciste...

Doy pasos agigantados hacia ella, tomandos sus delicadas manos, las cuales están frías.

—Yo jamás te engañaría.

—Mentiras... —Pronuncia Tim a lo lejos.

Ella aleja sus manos de las mías, baja la cabeza y puedo ver el momento exacto en el que sus lágrimas chocan contra el suelo.

—Tienes que creerme —Suplico.

—Yo lo hice... —Esas palabras me dejan helado, un escalofrío recorre mi espina dorsal hasta llegar a mi nuca, giro lentamente mi cabeza, viendo a Lara con la cabeza gacha. —No sé qué tiene que ver con todo esto pero... Jasper y yo nos acostamos hace unas horas.

Sombras en la oscuridad © [1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora