Capítulo 9: Al Caer la Noche

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Narra Max:

Mi mirada está pérdida en alguna parte, de hecho, podría decir que en este momento no puedo siquiera procesar lo que hay frente a mí, estoy temblando desde hace ya varios minutos, y es inútil, aunque trate, me es imposible detenerlo.

Trago saliva y automáticamente un extraño sabor metálico invade mis papilas gustativas, mi estómago ruge y debo ponerme de pie, me tambaleo hacia el árbol más cercano y me apoyo allí, lanzando todo el vomito por mi boca.

Y es extraño, porque no he comido en varias horas.

Paso mi antebrazo por encima de mis labios y respiro profundo, sintiendo un terrible ardor en mi garganta.

Un pitido suena en mis oídos, como cuando estás bajo el agua y llegas hasta lo más profundo del lugar, están "tapados", y duelen. Mis cienes no paran de palpitar y parece que mi cabeza va a explotar

Quiero gritar, cierro mis puños temblantes, exactamente en el mismo segundo que alguien me toma del hombro.

Como un reflejo, me muevo rápidamente hacia otra parte, aproximadamente a un metro de distancia, y volteo.

Es Lara.

Sus ojos conectan con los míos, y es díficil de explicar, pero estoy seguro de que ella está sintiendo exactamente lo mismo que yo.

—Es hora de continuar... —Musita y entonces, lo que sucedió hace menos de una hora se reproduce en mi mente:

Los seis estábamos corriendo en dirección a los fuegos artificiales, estos iluminaban nuestro entorno completamente. Debíamos ser rápidos, pues estos no durarían mucho, y temíamos que en cuanto se detuvieran, volviéramos a caminar en círculos.

Podía sentir las respiraciones cansadas de los demás a mi alrededor, yo estaba casi en medio; detrás de Byron, quien encabezaba la fila, y de Emily y Megan, mientras que me encontraba delante de Lara y Timothy.

Me sentía terrible, pero Lara había insistido en ir última, estaba tan avergonzada, dijo que si alguien más debía morir esta noche, iba a ser ella, después de todo, "era la responsable de todo".

Intenté convencerla de lo contrario, pero, al igual que le ocurrió a Em la noche que asesinó a Wendy, Lara se encontraba en una especie de trance, uno en el que solo podía sentir culpa y arrepentimiento, y del cual no saldría hasta que lográramos escapar de ese maldito bosque.

Continuamos corriendo, mis pies ya no tenían fuerzas para continuar, mis piernas temblaban con cada paso que daba, los fuegos artificiales habían desaparecido, y en mi pecho tenía una terrible sensación que me imposibilitaba respirar con normalidad.

Me detuve, pero recibí un empujón por detrás. Volteé al instante, completamente molesto, Tim estaba señalando algo con demasiada impaciencia.

Miré en esa dirección, y sonreí por completo. Finalmente habíamos llegado, respiré profundo, solo debíamos subir la colina, saltar la insignificante valla que separaba la carretera del bosque y entrar en el auto.

Bastaron poco más de cinco minutos para hacerlo, y en cuanto llegamos, la mayoría de nosotros cayó al suelo, los observé sentado en la valla color blanca, se veían realmente exhaustos, mierda, yo también lo estaba.

Miré el bosque al que me prometí jamás volver y después hacia las luces de la feria que acababa de salvarnos la vida, sonreí de forma involuntaria, finalmente estábamos a salvo.

Habíamos sobrevivido.

Lara fue la primera en recuperarse y en ponerse de pie, la pelinegra caminó hasta donde me encontraba y se sentó junto a mí, le sonreí levemente y no dudé en abrazarla con fuerza. Le susurré al oído, le dije que todo estaría bien, ella solo asintió, aún pienso que me creyó.

Sombras en la oscuridad © [1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora