Sombras en la oscuridad © [1.5]

Capítulo 10: Será Nuestro Secreto - FINAL

Nos dirijimos de regreso a casa. La música suena a través del estéreo del auto de Megan, nadie está hablando, y sinceramente, no creo que alguien quiera hacerlo.

Hemos viajado aproximadamente una hora y media, y es el momento en que la intersección nos separa de Byron, él detiene el auto a un lado de la carretera y baja del mismo.

Meg, quien se ofreció a manejar, y parece ser la menos afectada con todo lo sucedido, imita la acción del hombre y apaga el motor del vehículo.

Mi mano temblando abre la puerta del acompañante, me acerco al hombre que nos salvó la vida y le sonrío levemente.

Las demás se paran junto a mí y Em se acurruca en mi brazo.

—Creo que es momento de despedirse —Pronuncia él, siento un extraño tono en su voz, y me preocupa.

—¿Vas a estar bien? —Pregunta Megan, siendo otra vez, la primer en dar la iniciativa de todos nosotros.

Él asiente sin decir una sola palabra.

—Gracias por todo... —Logro musitar, lo miro directo a los ojos, notando una pequeña sonrisa en su rostro.

—No hay de qué...

—Nunca nos mencionaste por qué estabas allí. —Megan vuelve a abrir la boca, llamando la atención de todos.

Byron baja la cabeza.

—Fuimos a acampar con mi novio y... Su mejor amigo —Traga saliva. —Supongo que eran más que amigos.

Inconscientemente bajo la cabeza y a los pocos segundos escucho como alguien a mi lado se mueve, giro levemente y veo a Em avanzar hacia el hombre, a quien abraza durante un buen rato.

El hombre deja caer un par de lágrimas y corresponde al abrazo de mi mejor amiga.

Los miro a ambos y no puedo evitar sonreír. Aún después de todo lo que ha pasado, Em sigue siendo ella, igual de sensible y compresiva como lo era cuando la conocí.

—¿Qué harás ahora? —Le pregunto momentos después de que se separan.

—Me aseguraré de que las familias sepan lo que les ocurrió a quienes desaparecieron. Después de todo lo que pasó simplemente no puedo dejar de pensar en todas esas personas que ya no están y las siguen buscando.

—Eso es muy noble —Dice Lara después de tanto tiempo.

—No sé si van a creerme, pero siento que es algo que debo hacer, sobretodo, si puedo evitar que más personas desaparezcan.

—Lo lograrás. —Asegura Em.

—Eso espero...

Y diciendo esto, Byron dio media vuelta y se alejó de nosotros. Lo último que vimos de él fue la matrícula de New York de su auto. Volví a agradecerle mentalmente y subí al auto, aún nos quedaban unos cuantos kilómetros que recorrer.