— ¿Porque le diste como castigo el estar para siempre contigo? — preguntó la voz.
—¡Eso ni siquiera es un castigo!— exclamó con furia.
Esa voz podría hacer que cualquier humano o ser místico se arrodillara de miedo.
Jimin temblaba entre los brazos fuertes que le sostenían por la cintura.
— ¿Q- Quién eres? — volvió a preguntar jimin casi en un susurró.
Jimin tenía curiosidad de mirar al hombre detrás de él pero el miedo le detenía— Primero responde tú a mi pregunta. Mira pequeño, solo aceptaron el ritual que hiciste porque a ti no podría negarte nada pero no estoy nada de acuerdo que alguien que se atrevió a tocar a mi más preciado tesoro este alado de él por la eternidad — explicó lucifer.
Jimin no entendía nada de lo que aquel hombre hablaba pero no le parecía nada lo que le decía, le trataba como si le perteneciera.
Dejando todos sus miedos de lado jimin movió sus alas haciendo que el hombre le soltara. Cerró sus ojos y poco a poco comenzó a girar su cuerpo hasta sentir la respiración caliente del hombre cerca de su rostro. Respiro profundo y abrió sus ojos.
Jimin contempló al hombre frente a él, este mantenía una sonrisa seductora que era decorada por un hoyuelo a cada lado de ella, su piel era de un tono moreno claro y su ojos eran rasgados de un color negro donde jimin podría jurar que se podría ver el mismo infierno, pero lo que más le impresionó a jimin fueron las alas que sostenían aquél hombre, eran más grandes y bellas que las de él.
— Fue el único castigo que se me a ocurrido— se excusó Jimin.
Jimin sabía que podía haberle impuesto el castigo que venía escrito en el libro pero no quería hacerle daño al hombre hermoso.
— ¿Porque no simplemente le pusiste el castigo que viene escrito en el libro? — preguntó el hombre.
— Y- Yo… no quería hacerle daño — explicó Jimin
— ¡Maldita sea!— exclamó el hombre haciendo que pequeñas chispas rojas aparecieran en sus ojos.
Jimin se hizo hacía atrás ante la reacción del hombre pero esté le tomó de nuevo de la cintura acercándolo a él, Jimin posó sus manos sobre los brazos del hombre intentando empujarlo para que lo soltara.
— Aunque quisiera no podría molestarme contigo — confesó el hombre cerca de los labios de jimin.
El pequeño cuerpo de jimin se estremecía entre los enormes brazos del hombre, él cual se percató de esto así que apretó más el cuerpo de jimin contra el suyo haciendo que este soltara un suspiro. Una sonrisa de lado se posó sobre su rostro al ver que las mejillas de jimin se habían tornado de color carmesí ante su acción.
Tenía tanto tiempo esperando por tener así de cerca a su tesoro que sentía que podía venirse con aquella imagen de él entre sus brazos.
-Su piel seguía siendo igual de perfecta y suave- pensó lucifer.
Sacó la punta de su lengua y comenzó lamer los gruesos labios del pequeño de una forma sensual y cínica retirando todo resto de sangre que había en ellos.
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La gran función
FanfictionJimin, la creación del demonio, fue criado por un hombre amante de la música clásica y dueño de un teatro pero cuando su cuidador muere jimin vive en la soledad que aquel teatro abandonado. Con el paso del tiempo conoce a otros hombres igual que él...