"You never throw back" |||Stony|||

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De pronto, todo en el perdió sentido alguno cuando diviso aquella delgada silueta de tan fina figura, sus ojos salieron de sus cuencas al contemplarlo de cerca, su corazón comenzó a bombear muy fuerte acelerando su respiración creando ciertos problemas por todo su cuerpo, un escalofrió navego alrededor de él ocasionándole pequeños espasmos en toda su espina dorsal dejando escapar un jadeo involuntario por la extraña sensación que exprimía su mente, cada célula de su cuerpo se tensó frente aquel sujeto de extrema delicadeza, se aventuró a recorrerlo con la mirada impactado por la palidez de su piel sintiendo la suavidad en ella con tan solo divisarla sobre la tez sin rastro de imperfección alguna sobre sus sonrosadas mejillas producto de las bajas temperaturas en la ciudad, la tentación jugaba en su contra al observar de las firmes y remarcadas facciones en su rostro, pómulos hundidos, mandíbula pronunciada con aquellos labios de cereza con un rojo tan intenso que pasarían por irreales si no los estuviera viendo ahí mismo, con una ligera elevación en las comisuras superiores definiendo la tentación en la carnosidad perfectamente proporcionada en aquellas extremidades un tanto redondas que se emparejaban por el pronunciado arco de su labio superior que lo llevaban al delirio, luego estaban esos ojos, esos benditos ojos que lo miraban detenidamente, el color eran sus ojos de ensueño que lograban capturar la esencia de la vida, el azul de sus ojos era especial, era claro, cálido y resplandeciente que el cielo se quedaba pequeño a su lado, esos orbes resplandecientes contenía la viva imagen de las estrellas en sus ojos, una explosión nebulosa donde intervenían ciertos toques verdosos que juntos creaban la vida de los colores, en ellos capturabas todos los océanos, las flores, las estrellas, el sol naciente, todo lo perfecto se reflejaba en aquellos ojos que manejaban una especie de portales a otras dimensiones, a otra vida, a la única luz que estaría dispuesto a seguir por el resto de su vida.

"Mío".

- ¿Se encuentra bien?... – dejo salir aquel tono tan suave que llego a sus orejas de una manera sutil, como si de una caricia se tratase, podría escucharlo todo el día dejandosé hacer y deshacer con la melodía de aquellas caricias auditivas en un mar de gloria.

"Lo quiero para mí".

- ¿Necesita ayuda? -pregunto con toda la delicadeza del mundo mientras le miraba desde arriba.

"Tan pequeño".

Stark seguía perdido en sus pensamientos, le agradaba la cercanía que este le brindaba a medida que avanzaba, observo a más detalle aquella delgada y tan pequeña figura que apenas lograba alcanzar la altura de su pecho, estaba alucinando con la llegada de un ser de otro mundo, un solo vistazo ocasiono conflictos severos en su interior, todos sus pensamientos que creían estar en orden fueron puestos de cabeza, ¿a que se debía semejante cambio en él?.

Observo los sigilosos pasos que este daba, desesperado por la cercanía del chico busco la manera de quedar tan cerca del rubio que noto la incomodidad en su mirar, haciéndolo retroceder nuevamente hasta el interior de la cabina.

-Eh... - Rápidamente desvió sus ojos de los penetrantes orbes marrones percibiendo cierta molestia en su semblante, por lo que supuso que solo quería subir al elevador.

Stark sintió una punzada en su estómago que lo recorrió hasta llegar a su pecho, jamás había sufrido tanto como ver aquel rechazo que lo llevo a la realidad de un tirón.

-Yo... no le molesto más... permiso. – Salió rápidamente cuidando que la mochila en su espalda no impactara con las paredes dejando a un shockeado castaño de pie en el elevador.

Todo paso en cámara lenta, el chico iba alejándose con algo de preocupación en su semblante, Stark bajo la mirada para escanearlo, aquella vestimenta resplandecía intensamente realzando su delgada figura, el color oscuro de la ropa resaltaba su pálida piel, el pants que traía puesto era suelto notando lo largo que eran sus piernas sin que fuera tan alto, su apariencia juvenil le venía muy bien al conjunto, es como si la ropa fuera hecha a su medida, lo increíble de todo esto es que era ropa realmente sencilla y por el simple hecho de que el la llevara puesta le era imposible despegar su atención de él, las luces de la fiesta impactaban muy de cerca sobre su piel notando que cualquier color iba muy bien al rubio.