Prólogo. Un inicio

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El cielo brillaba de un hermoso color celeste. Habían nubes blancas con aspecto esponjoso impidiendo apreciar en su totalidad la belleza del color del cielo, lo cual lo hacía más perfecto. Paz y serenidad era lo que reflejaba, podía quedarme viéndolo por siempre y no me cansaría de su belleza.
Hay algunas cosas que, por más que las observes detenidamente, siempre encontrarás algún nuevo detalle, así era el caso de la pintura que me encontraba analizando. Era perfecta, una verdadera obra de arte. Contaba con una magnífica proporción de belleza y realidad, debido a que debajo de ese brillante cielo, se encontraba la realidad de la vida en la ciudad: odio, violencia, contaminación, pobreza, tránsito, eran las principales. Desde que conseguí esta pintura, fue mi favorita y una de mis posesiones más preciadas. Me he preguntado muchas veces quién será la persona que pintó tan exquisito arte, pero nunca he podido averiguarlo, solamente sé que tiene una firma bastante extraña e ilegible.

Me dí cuenta de que había pasado demasiado tiempo observando la pintura y ya iba a ser hora de mi entrevista de trabajo en un pequeño bar cercano a la universidad, así que decidí tomar mis cosas y salir de mi horrible departamento para no llegar tarde.

Necesito el trabajo. Necesito el dinero. Necesito ahorrar. Necesito graduarme. Necesito muchas cosas, pero primero necesito llegar temprano, no quiero dar una mala primera impresión.
Tuve que tomar un taxi, ya que en el metro hubiera tardado más esperando a que llegara. Diré que fue una pequeña inversión, espero que me den el trabajo, así no tendré que preocuparme tanto por el dinero que gasto en transporte.

Finalmente llegué al bar por el que había pasado tantas veces al salir de la universidad. Me comuniqué con un mesero alto y rubio, el cual me indicó a dónde dirigirme para llegar con el gerente. Esperé unos minutos, entré a la oficina y tuve mi entrevista.
En mi opinión, fue muy bien, debido a que pude disimular mis nervios y hablar de forma muy fluida, incluso conté unas cuantas bromas para que no fuera un ambiente incómodo. Al salir de la oficina, el gerente me dijo que tenían varias solicitudes para el puesto, pero que yo era la persona que mejor le pareció, así que se comunicarían conmigo en un plazo de 36 horas con la respuesta definitiva. Sé que cuando te dicen "Nosotros te llamamos" no es una buena señal, pero tenía fé en esto.

El camino de regreso fue monótono, sin nada que destacar. Como ya no tenía que llegar antes de una hora estipulada, me podía ahorrar el dinero del transporte al caminar. En el aburrido trayecto, pensé en mi futuro, en que no quería vivir en ese asqueroso departamento con paredes de cartón que hace que pueda escuchar a los vecinos del quinto piso gritar, a pesar de que yo vivo en el tercero.
Pensé en el que me gustaría vivir con alguien, no tiene que ser alguien que conozca, puede ser una persona nueva, que me diera alojamiento en su vivienda. Sí, esa era una buena idea. Había escuchado hablar de eso, pero nunca se me había ocurrido buscar un lugar así para vivir.

Buscaré mañana algún lugar así a un precio que se adapte a mi raquítica economía. Al llegar a casa, lo primero que hice después de cerrar la puerta con llave, fue quitarme las botas para irme a acostar. Fue un largo día de clases, tarea y estrés, lo que me hizo dormir profundamente poco después de haberme acostado en la cama.

Espero que mañana sea un buen día lleno de sorpresas, me encantan las sorpresas.

The House Of WolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora