Isa.

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Siento un horrible dolor al respirar, mi cabeza es como una nebulosa, alguien me acaricia el cabello, no puedo abrir mis ojos, me pesan demasiado...

Sigo con dolor, no se si es de día o es de noche, intento recordar, no puedo ni siquiera pensar, esta puntada en mi cabeza es atroz, alguien sostiene mi mano suavemente...

No se si han pasado días u horas, finalmente logro abrir mis ojos, junto a mi cama veo la silueta de mi Andre, está doblada incómodamente sobre una silla, sostiene mi mano. No puedo mantener mis ojos abiertos, lo intento, pero vuelvo a caer en ese pesado sueño...

Te amo, escucho a los lejos, tienes que recuperarte amor, por favor, quiero que vivamos una vida juntas; escucho pasos, una voz de hombre dice que la recuperación es lenta, pero que estoy estable dentro de la gravedad, habla de un cambio de sala, no logro escuchar más y caigo nuevamente en un sueño aletargante.

Finalmente logro abrir mis ojos, a mi lado, en la misma silla, Andrea, es de día y puedo verla, luce más delgada, intento mover mi mano torpemente para hacerle cariño, me cuesta mucho hacer el movimiento y cae pesadamente, Andrea despierta, está muy ojerosa y se nota el cansancio en su rostro, me mira con una mezcla de felicidad y amor inmensa.

- Amor, despertaste, sabía que lo harías, dejame llamar a la enfermera y al doctor. Necesitas algo, te sientes bien?

- Agua, sólo eso puedo decir con una voz irreconocible para mi, demasiado ronca y ahogada.

En 3 minutos estaba una enfermera y el doctor haciéndome análisis y exámenes, revisando mis pupilas y reflejos; tuviste a tu hermana y a tu novia muy preocupadas niña, afortunadamente ya estás mejor y te recuperaras, esta tarde debemos hacerte un escáner y algunos exámenes de sangre. Pero aún debes pasar bastante tiempo acá, debes recuperarse totalmente me dice el doctor Villavicencio.

Andrea escuchaba atentamente a un costado de mi cama, sus cansados, aunque aún hermosos ojos, me observaban con amor.

Luego de que se fue el doctor, le pregunto

- Cuantos días han pasado? tengo recuerdos vagos de haberte visto amor, luces cansada.

- Estuviste tres semanas en coma inducido Isa, temimos por tu vida, Teresa y yo veníamos a diario, no te dejábamos sola ni un sólo momento, tuve mucho miedo a perderte.

Tres semanas, wow, no puedo creerlo, y mi pobre Andre acá, conmigo.

- Y tu trabajo amor?

- Tenía vacaciones guardadas de años, tu no te preocupes por eso, mi prioridad eres tu.

- Amor, sigo queriendo agua, le digo. Perdón por molestarte.

- Claro amor, dame un segundo.

Va y regresa con un vaso de agua, la enfermera desde el pasillo le dice, muy lento y de a pequeños sorbos.

Andre me ayuda a acomodarme mejor, y como si fuese un bebé me da agua con mucho cuidado, luego me ayuda a acostarme nuevamente.

- Hermanita!!!! Estás despierta y bien, que felicidad.

Teresa también luce cansada, mi pobre hermana, siempre le he dado puras preocupaciones. Se ve muy contenta de verme, me abraza suavemente y me besa.

- Al fin, podremos respirar más tranquilas con Andrea, nos tuviste muy preocupadas.

- Chicas, las dejo tranquilas un rato, iré a casa a ducharme y comer algo. Ha vuelto el alma a mi cuerpo, dice mi Andrea. Me besa en la frente y abraza a Teresa y se va.

Apenas sale Teresa me dice.

- Se estaba consumiendo en vida la pobrecita, vivía acá, a tu lado, cada noche la pasó junto a ti, casi no comía, iba sólo un momento a su casa y volvía, es increíble lo que te ama. Mientras estabas en coma te hablaba, me decía que su deber era cuidarte, es una mujer increíble, te adora.

- Lo se Tere, yo también la adoro. Ayudame  a lucir algo mejor para cuando regrese, aunque sea, peinarme, lavarme la cara.

Luego de darme de comer unas cucharadas de sopa de pollo, sólo el líquido según indicaciones médicas, mi hermana se fue, estaba tan feliz, cierro los ojos un rato y no puedo evitar dormirme nuevamente; al despertar veo en la mesa junto a mi cama un ramo de rosas blancas y un perrito de peluche. A los pies de mi cama, parada está mi Andrea. Se ve tan bella, tan distinguida, su perfume inunda la sala, ese perfume que amo. Soy la mujer más afortunada del mundo por haberla encontrado finalmente en mi vida. Se acerca a mi, me besa suavemente los labios.

- Te amo Isa, me dice, con todo mi corazón.

- Yo también te amo. Mucho.

Pasarían tres semanas más para que me dieran el alta médica y cada día, sin excepción, ella vino a cuidarme.

Estaba escrito que te amaría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora