Estaba escrito que te amaría.

Desolación

Aquella mañana disfrutamos nuestro desayuno y luego partimos al mercado, Isabel ama ir al mercado y disfruta con cada una de las frutas y verduras que ve, imagino que son cosas de chef. Por alguna extraña razón siento una sensación de angustia, que no se ha ido luego de esa maldita pesadilla. Soy tremendamente aprehensiva con Isabel, pero no puedo evitarlo, la quiero demasiado.

- Qué quieres comer hoy, te tinca pescado? Me dice.

- Si, que rico, amo el pescado.

- Vale, entonces vamos por un gran trozo de salmón.

- Isa, te quiero mucho. Le digo sonrojándome tontamente.

- Yo te quiero más Andre. De aquí al infinito. Me responde.

Mientras comprábamos me imaginaba a Isabel por siempre conmigo, me asombra ver que después de tantas cosas y de todo lo pasado con mi ex, no haya perdido la capacidad de amar, y si bien, tengo claro que el temor se mantiene, terror a sufrir, a equivocarse, no puedo evitar proyectarme con Isa. Me hace feliz, me da seguridad y confianza y por fin, he vuelto a sentirme plena.

- En que piensas tanto Andre, bajate de la nube! Estás muy pensativa hoy.

- En nada guapa, vamos a casa. No se como le haremos para llevar todo esto en la moto, debimos haber salido en el auto.

- Pero en el auto no podría tomarte fuertemente de la cintura y te ves muy sexy en la moto, me dice guiñándome el ojo.

Acercándome a la moto veo que no está como la había estacionado, al llegar veo que le habían roto un espejo, malditos delincuentes, no tienen nada mejor que hacer??!! Afortunadamente fue sólo eso. Sin embargo, tuve la extraña sensación de sentirme observada.

- Oiga señorita, una mujer le estaba pateando la moto y le hizo eso a su vidrio. Mi esposa y yo lo vimos todo desde nuestro auto, luego salió arrancando. Me dice un señor que se me acerca.

- No recuerda como era?

- Muy alta, trigueña.

Isabel se puso pálida.

- Muchísimas gracias, le digo. No supe que más preguntar.

Ya en casa, pude estar más tranquila, intentamos no hablar del tema, ambas evadimos la situación; ayudé a cocinar a Isa y preparé la mesa. Para variar mi niña se lució en la cocina, estaba espectacular. La agradable comida y conversación me hicieron olvidar el asunto de la moto, así es que decidimos ver una peli y seguir disfrutando de la tarde. Ya a las 7 Isa me dice que debe ir donde Teresa, pero que regresará en la noche para que planifiquemos algo, no quiere que la lleve por que vino en su nueva scooter, y le gusta sentir la adrenalina.

- Chao cariño, te veo en tres horas.

- Chao preciosa, y le di un abrazo gigante, en el fondo, no quería que se fuera.

La vi subirse a su moto y alejarse...

Eran ya las 23:30 y no tenía noticias de Isabel, estaba intranquila, pero no quería ser tan odiosa y llamarla, de seguro se atrasó conversando con su hermana.

23:50 y al fin suena mi celular,

- Alo, amor?

- Andrea, soy Teresa, Isabel sufrió un accidente, estoy en la clínica, me pareció que debía avisarte, Isabel está grave, me dice entre sollozos.

No recuerdo mucho desde ese momento hasta la clínica, sólo se que mi corazón estaba apretado y mi estómago sentía náuseas de pura angustia. Al entrar al hall de la clínica, veo a Teresa, visiblemente apesadumbrada. Al verme me abraza y me dice, mi hermana se está muriendo Andrea, no se que hacer. Mi hermanita!!!

Mi corazón no daba más de pena, de rabia por haberla dejado irse sola, estaba desesperada.

- Que han dicho los médicos?

- Que está grave, un auto se lanzó sobre su moto y ella recibió todo el impacto, la maldita que la chocó se dio a la fuga, se que fue una mujer por que hubo algunos testigos que fueron quienes auxiliaron a mi hermana y llamaron a la ambulancia, me cuesta creer que alguien le quisiera hacer daño a mi chiquitita.

No tuve inmediatamente ninguna duda sobre quien fue la culpable de esto, del incidente del espejo de mi moto y ahora el accidente; la ex de isa, esa maldita loca debe de estar detrás de todo esto, dios me perdone si estoy equivocada, sin embargo, se que en este momento toda mi energía debe de estar con Isabel. Veo salir a un doctor que se acerca a Teresa y le habla.

- Tu hermana está con riego vital, logramos estabilizarla, pero está complicada, tiene edemas en los pulmones y un tec cerrado, aparte de un daño en el bazo. Las siguientes 12 horas son muy importantes. Estará en la UCI.

- Podemos entrar a verla? Pregunta Teresa.

- Mañana, dependiendo de la evolución. Esta noche es imposible, intenten descansar chicas.

Teresa y yo nos abrazamos, Dios mío protegela, por favor te lo pido.

- Voy a ir a la policía, los testigos dicen que retuvieron a quien le hizo esto a mi hermana, estaba borracha. Debe de estar presa. Me compañas?

- Por supuesto, vamos; en el fondo, no tenía ningún duda de quien había sido.

Ya en la comisaría Teresa pregunta por los hechos, efectivamente una mujer en estado de ebriedad impactó a Isabel, la victimaria se encontrara encarcelada hasta que se le pase el estado etílico y se le haga el procedimiento de rigor. El alcotest ya fue realizado en el hospital cercano, está por llegar, nos dice un impertérrito carabinero.

- Su nombre, lo sabe, pregunto.

- Maria Cortes Ramirez

Debo de haber palidecido.

- La conoces, me pregunta Teresa.

- Si, es la ex de Isabel.

Íbamos saliendo y vimos llegar una patrulla con una mujer esposada, era la ex, levanta la mirada y me ve, luego comienza a gritarme, maldita, éramos felices, si no es mía no es de nadie, venganza perra.

- Callate loca de mierda! le grita Teresa entre lágrimas.

Fuimos a casa de la hermana de Isabel, le relaté lo que sabía de esa Maria, de su agresividad, de lo violenta que era, de como me enteré durante el incidente a las afueras del bar y le comenté a Teresa de las recientes llamadas a Isabel de parte de ella.

- Esa mina está loca, hay que tomar medidas preventivas. Le comenté.

- Que pague, la desgraciada.

Aquella noche, a pesar de los consejos de Teresa, regresé a la clínica, no pude separarme de ella. Me bastaba con saber  que estaba en el mismo edificio que yo, si algo pasaba, quería ser la primera en saber, a la mañana siguiente fui a mi casa por una ducha rápida y un café, inmediatamente regresé y me encuentro con Teresa, mi hermana sigue igual, me dice, el doctor dice que podemos pasar a verla, de a una, brevemente. Ve tu primero Teresa, yo te espero aquí, 15 minutos después regresa entre lágrimas, no soporto verla así me dice. Es en el tercer piso, la UCI está al fondo.

Los pasos se me hicieron eternos, al llegar al umbral de la puerta veo a mi Isabel, a mi mujer, llena de tubos y máquinas alrededor, está tan pálida, mi corazón está destrozado al verla así, mi niña Isabel, por que te hizo esto, me siento a su lado, le tomo suavemente su mano, te amo, le digo, no te mueras Isa, aún tenenos que ir a recorrer Francia juntas y nos tenemos que casar. Beso su mano, cien veces creo yo, y mis lágrimas corren por mi mejilla inevitablemente; te amo, te amo, te amo, no me dejes ahora que encontré a mi gran amor Isa, por favor.