Estaba escrito que te amaría.

living la vida loca

Mujeres, son lo peor, juro que nunca más me enamoro, de ahora en adelante seré una nueva persona, más desconfiada,  sin buscar compromisos ni nada por el estilo. Ya han pasado cuatro meses del famoso mensaje, afortunadamente mi jefe volvió a aceptarme en el trabajo, me he vuelto trabajolica, mal genio a mil y casi una autista. Por más que Johana, a quien a duras penas acepto por que la pobre tiene una paciencia de ángel, me intenta sacar del hoyo de la depresión es difícil; me siento humillada, herida, engañada, usada, estafada. Me he preguntado mil veces por qué, si yo no la busqué, Paula me buscó, para simplemente hacerme daño, es "heavy" sentirse de esta manera tan horrible, lágrimas ya no quedan, siento mi corazón seco y en estado catatónico, he conocido a varias chicas, algunas se ven muy interesadas, bueno, eso según lo que me dice Johana, sinceramente me da igual, no quiero que se acerquen por interés, no me interesa nada. Besos, sexo, OK, pero nada más.

- Esta noche nos vamos de mambo, me dice Johana-

- Olvídalo, no estoy para fiestas gaya.

- He dicho que vamos y punto, quiero que me acompañes, hay una minita que me encanta y quiero que me des tu opinión-.

- pfff, si es por eso, mejor te la doy ahora, cómetela y no te enrolles, no valen la pena.

- Andre, no todas las mujeres son malas, tuviste mala suerte no más, pero acuérdate de mis palabras, después de algo malo malo, se viene algo bueno bueno.

- hmmmmm ya. Interesante, cuentame más...

La fiesta estaba llena de minas jotes y colas fuertonas, entre ellos, un amigo, conocido en realidad de hace un par de años atrás, Franco. Apenas me ve se me acerca a saludarme como si fuese yo su más íntima y cercana amiga.

- Amiiiiiiiiiga, ¿cómo estás?, tanto tiempo sin verte, perdida.

- Ehm, he estado en un período de introspección, digo yo.

- Hmmm si supe que estabas solterita.

- No me digas, ciudad chica infierno grande.

- Ay amiga, si uno pregunta por ti por que te quiere. Oye te tengo una mina, bonita la huevona, viene del norte, llegó hace como cuatro meses y no conoce a nadie acá, es la hermana de mi vecina.

- Mira Franco, te agradezo, pero no estoy para ser guía turística de nadie y menos de una mina de quien sabe donde del norte. Me tengo que ir, cuidate.

A lo lejos veo a Johana haciéndose la bonita con una chica, no es fea, rubia, tal y como le gustan a mi amiga, en una de esas le salta la liebre, le hago una seña con la mano y me voy.