Paso el tiempo, el clima en la aldea de sooga era un poco frío, el viento soplaba y llevaba una gran cantidad de hojas a su pasó, hojas de colores naranjas y rojas. El otoño hacia su presencia con cada día que pasaba.
La chica de pelo negro y ojos azules se encontraba viendo la aldea de sooga desde una montaña, sentada en una banca de madera vieja, amaba la sensación de sentir el aire fresco en su rostro, su cabello se levantaba por las fuertes brisas, también le gustaba la hermosa vista que tenía de su hogar, más aún apunto de anochecer.
- Ya es tarde, deberíamos irnos - se escuchó una vos masculina tras ella, era su prometido, que camino hasta donde estaba ella y tomo aciento a su lado, rodeándo su espalda con su brazo derecho.
- Hace un año me encontraba aquí, en esta misma banca, viendo este hermoso atardecer- la pelinegra miro los ojos de su amado, le sonreía dulcemente mientras tomaba sus manos - La diferencia era que no estabas tú - la chica volteo su vista hacia la hermosa aldea - No puedo creer que nos casemos en tres días -
- El tiempo se pasa muy rápido - cometo Garu con una sonrisa - En unos meses también seremos padres - decía un poco incrédulo.
Ambos se miraron a los ojos y después de un momento unieron sus labios en un tierno besó.
- ¿Segura que aún no quieres decirle a tus tíos sobre el bebé? - pregunto Garu apartándose del beso, pero sin alejarse del rostro de su prometida.
- Se pondrían como locos, mejor esperemos hasta después de la boda, de lo contrario le llamarán el ilegítimo - ambos rieron al imaginar lo mencionado, era verdad que los tíos de la pelinegra suelen ser exagerados cuando se trata de romper las tradiciones.
- ¿Qué crees que sea? - pregunto el azabache con las mejillas levemente sonrojadas
- ¿Como que que?, Pues una persona - contesto la menor
- Haa, gracias, tenía la duda de que saliera conejo o furro- Hablo sarcástico mientras miraba a otro lado.
- Bien, creo que será niño, ¿y tú? - contesto seria la menor.
- Me gustaría que fuera niña - respondió pensativo.
-¿Porque?-
-No lo sé... Dicen que son más tranquilas....- aclaro el pelinegro, pero después recordó la forma en la que se comportaba su prometida a sus diez años, lo que le hizo replantearse la pregunta inicial - ...mejor si un niño...- comento en voz baja.
Una brisa fría se hizo presente en el lugar, la noche caía más a cada minuto, pero había algo que aún los hacía permanecer allí sentados, el pelinegro cubrió con sus brazos a la menor tratando de resguardarla del frío, tan cerca de el que podía sentir su corazón latir.
- Garu, ¿¿tu nunca... sentiste atracción por otra mujer...??- pregunto dudosa la pelinegra
-¿Y esa pregunta ahora porque?- pregunto extrañado el pelinegro.
- Nada importante, solo me gustaría saber - respondió mirando a su prometido a los ojos.
- No... De echo no... hubo un tiempo donde creí que comenzaba a tener sentimientos por Yoan, pero solo eran sentimientos de amistad, como con Ching, nada fuera de eso - respondió con sinceridad el pelinegro.
- Valla... Tu nunca dudaste de tus sentimientos hacia a mi...- dijo cabizbaja, con un tono bajo.
- Sabes que no es verdad, al inicio si tenía mis dudas también... - Garu tomo las manos de su futura esposa y ella le miro con luz en sus ojos - Pero ahora ya no tengo duda de que quiero pasar el resto de mi vida contigo -
La pelinegra sonrió con ternura, sin apartar la vista de su enamorado, la brisa se presentó una vez más.
- Es hora de irnos - respondió ella mientras se levantaba y se ponía en una posición donde se preparaba para correr - Veamos quien llega primero - decía retante
Garu se levantó arrogante - Amor, es obvio que no estás en forma, así que yo llegaré antes - dicho esto se preparó al igual que la pelinegra.
- Si cielo, lo que tú ¡DIGAS!- la pelinegra salió corriendo y tras gritar la última palabra, el azabache la miro indignado para después salir corriendo tras ella.
-¡Tramposa!- Grito el pelinegro mientras seguía a su prometida.
- ¡Alcanzame si puedes! - Grito divertida la menor.
Garu tomo encerio las últimas palabras de la menor y en cuestion de segundos alcanzó a la más pequeña, le guiño el ojo y la rebasó.
- ¡¿Decías algo Amor?!- Garu reía con euforia. Cuando volteo para mirar a su prometida se dió cuánta que ella se dirigía a el con gran velocidad, como si fuera en caída libre.
Garu detuvo su pasó para no ser golpeado por la más pequeña y evitar lastimarla, ella aprovecho esto para adelantarse.
Ambos continuaron corriendo por un gran rato, nada parecía importar en ese momento, nisiquiera el picnic de Abyo y Ching, sobra decir que interfirieron en el momento y ahora con tal de no detenerse, llevaban en brazos a sus amigos.
-¡Que les pasa!- grito Abyo mientras estaba siendo cargado por su mejor amigo.
-¿¡Pucca que sucede!?- pregunto confundida la chica de la gallina aferrándose a los hombros de su amiga de infancia.
- ¡Perdón Ching! ¡No puedo perder contra Garu! - respondió la pelinegra.
- ¿¡Y que esperas tonto!?, ¡Acelera! - Ordenó Abyo a Garu tras aver escuchado a Pucca.
- ¡No los dejes Pucca!, ¡Pisale! - Grito Ching
A unos metros se toparon con Tobe y uno de sus ninjas, que desgraciadamente fueron arrazados por la pareja, quedando pegados a la tierra.
- ¡¡¡Garu!!!! - Grito con furia Tobe tras darse cuenta que este le había pasado encima.
- ¡Come tierra Tobe!- Grito Abyo y este resibio una sonrisa de su mejor amigo Garu, quedando claro que estaba de acuerdo.
Los amigos continuaron corriendo, sin un final, sin un límite, los cuatro corrían juntos, riendo y saltando de aquí para allá, el sol se había ocultado, pero la luz de la luna los ayudaba a continuar con su largo recorrido.
Fin
ESTÁS LEYENDO
Quedate conmigo (pucca y garu)
Fanfictionla historia continúa garu sigue huyendo de pucca, abio sigue haciendo a ching de lado etc, etc. todo cambia cuando las chicas pucca y ching crean un plan que al parecer sale perfecto.