Cada momento feliz que pasaron se borra en un segundo sin poder evitarlo. Sin pensar en lo que pasara poco a poco se dan cuenta de sus decisiones y no hay marcha atrás.
El corazón ¿se podría dividir en dos para amar a otra persona involuntariamente...
Por fin entramos a la ciudad, hacia semanas que no veía las luces de los edificios y el sonido de los autos que pasaban por la carretera, gracias al cielo nada me molestaba, me enseñaron a tolerar los sonidos pero lo que mas me sorprendía era el olor a sangre humana, estaba por todos lados.Cerré los ojos dejándome llevar por el olor, era tan fascinante y sorprendente la cantidad de aromas que te llevaban a solo una cosa, la sangre. Tenia a millones de personas a mi merced que se me aguaba la boca de tan solo pensar en quien seria mi próxima víctima.
Después de un largo tiempo llegamos a la empresa, un gran edificio que albergaba a muchas personas que trabajaban para el gran Aaron.
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- Por favor quedate aquí - Asentí, el bajo del auto y lo vi desaparecer de inmediato.
Me quede viendo a las personas que pasaban, el olor era magnifico pero no quería ocasionar problemas a Daniel.
30 minutos después ya estaba harta de esperar, no se que tanto hacia mi esposo ahí que tardaba bastante. Sin mas me baje del auto, no iba a quedarme aquí esperando a que regresara.
En cuanto llegaba a la entrada el guardia abrió los ojos con sorpresa.
- Señora Park es un gusto tenerla por primera vez aquí - Ahora entendía, simplemente sonreí como cualquier otra.
- Que amable, es un placer estar aquí - El me sonrió amable y yo entre al área de recepción.
La chica que estaba detrás del escritorio se quedo de la misma forma que el guardia.
Ni que fuera una celebridad para que se pusieran de esa forma.
Pensé
Camine de la forma mas elegante que podia, como si fuera de la realeza y es que así me sentía.
Al llegar a otra área, para ser mas específicos a las oficinas, habían personas sentadas con sus respectivos escritorios, mi presencia hizo que todos me miraran y se quedaran en silencio, les di la mejor de mis sonrisas y los pase de largo hasta llegar al elevador.
Subí al segundo piso, lo único que había eran paredes de cristales donde detrás de ellas estaban mas oficinas, camine lentamente buscando a mi marido. Antes de llegar a la ultima puerta unas personas salieron de la penultima, lo que mas me llamo la atención fue que eran vampiros.
La primera era una mujer muy bella, en edad diría que se veía un poco mas grande que yo y el hombre se notaba de la misma edad que ella. Ambos me miraban asombrados.
