• Capítulo 2.

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    Cuando Iris me llamó para bajar a comer no quise ser maleducada, pero tuve que decirle que no. Me sentía abrumada. La cabeza me dolía y no sabía si era por el largo viaje o por todo lo que había vivido ese día. Ver a Paula así me había afectado más de lo que yo creía, y eso con lo de Kalvin me dejó pensando muchísimo. Estaba agotada, y como no quería preocupar a papá le envié un simple mensaje de que estaba bien y que ya me iba a dormir. Sabía que él estaría preocupado, y que si no me enviaba mensajes o llamaba era porque quería darme mi espacio, y eso me hizo sentir afortunada y me dio más ganas de relajarme y tratar de al menos pasarla bien en aquellos día en los que estaría allá. Me convencí de que estaría bien si trataba de distraerme en cosas divertidas como montar y me mantenía lo más alejada posible de los problemas, pero cada vez que trataba de no pensar en la locura que había pasado ese día más iban a mi mente los sucesos y me hacían recordar a alguien en específico; Cash. Me había contenido de no preguntarles a las chicas o de investigarlo en redes sociales, no quería que se volviera en algo en lo que pensara, pero sin quererlo ya lo hacía. Para bien o para mal, ya lo hacía.

Escuché cómo Sienna entraba con un plato y vaso en las manos.

Me sonrió encogiendo los hombros.

–Iris no quiere que te duermas sin comer.– dijo poniéndolos en una mesita que estaba al lado de la cama.

Estábamos en la que había sido mi habitación de niña, pero no se veía para nada igual a como la recordaba. Ya el color rosa de las paredes lo habían cambiado y los peluches y muñecas al parecer los habían regalado. Lo agradecí la verdad, eso me ayudaba a no sentir ninguna familiaridad con ese sitio. Por alguna extraña razón sentía que si empezaba a recordar demasiado y me relacionada más de los necesario con todos ahí iba a olvidar quién era en esos momentos, en quién me había convertido. La verdad es que desde que mi padre me había adoptado había decidido dejar todo atrás. Mis manías, vicios y todas las cosas por las que pasé sola en aquella ciudad, y aunque a veces me abrumaba con tanta superficialidad de ese mundo de lujos, era mejor así. No quería avergonzar a mi padre, así que agarré compostura y repetí eso unas diez veces en mi mente.

–Dale las gracias de mi parte.– le dije bajándome de la cama y acercándome a una de mis maletas para sacar la pijama.

Estuvimos un rato en silencio, en uno muy incómodo, ya que sentía la mirada de Sienna en mí todo el tiempo. Sentí cómo me analizaba, y lo tomé a mal hasta que habló.

–Cambiaste.– dijo haciendo que yo me tensara.

–Pasó mucho tiempo, ustedes también crecieron.– dije al instante para nada sorprendida por aquello, se había tardado en tocar el tema.

–Lo sé, pero no hablo de lo físico, aunque también eso cambió en ti, ya no tienes los dientes torcidos.– bromeó riendo haciendo que yo también riera relajándome. No me estaba juzgando.– Pero hablo más que todo por tu frialdad, tu indiferencia.

–Sienna, si quieres hablar de Paula..

–No, no estoy hablando de ella, ya que entiendo tu actitud hacia ella pero, ¿qué hicimos nosotros?. Ni siquiera sonríes, es como si no te alegrara vernos después de tanto tiempo.

–No es eso.

–¿Y entonces?.– preguntó, y cuando no supe qué responderle siguió hablando.– ¿Acaso somos tan poca cosa para ti?.

–¿Qué? No, claro que no.– dije al instante. Mierda, no quería que pensaran eso. No quería que pensaran que me comportaba fría con ellos porque ahora tenía dinero, y aunque ni yo sabía por qué estaba así, estaba segura de que no era por eso. Dios, me molesté conmigo misma al instante cuestionándome si de verdad era así al escucharla. Me regañé mentalmente al pensar que me estaba comportando como todas aquellas personas con las que me relacionaba en la ciudad quiénes me juzgaban hasta con los ojos sólo por no ser hija de sangre de un abogado tan respetado como mi padre. No quería que mis propios primos pensaran eso de mí ni que sintieran lo mismo que yo sentía la mayoría del tiempo en la ciudad; que no era nadie.

Pecado Adictivo. / #TyrAwards2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora