- Su majestad, el rey Min vendrá para buscar al siguiente omega para su harem -leyó Jimin en voz alta al percatarse de varios anuncios pegados por todo el lugar-, de acuerdo con el cumplimiento de esté decreto, el rey se encargará de escoger a dicho omega, quien será obligado a dejar todo para convertirse en parte de sus concubinos -Jimin frunció el ceño, había escachado de eso una vez, y fue hace años, escucho que el rey se había llevado a un omega antes y ahora venía en busca del segundo, definitivamente algo no tan agradable, ni siquiera para leerlo en aquel anuncio-, debe ser una broma...
- Pues te aseguro que no lo es -menciono Jijeong sin importancia-, lastima para ti hermanito, eres omega -Jimin rodó los ojos para después brindarle un golpe en la cabeza a su hermano-. ¡Auch!
- Lo mereces, ser omega o alfa no significa nada, ese rey Min debería de aprender a no quitarle su libertad a un pobre omega solo para que lo complazca en sus placeres carnales.
Jijeong apretó los labios, ahora comprender otras de las razones por las que Jimin ni siquiera se ha casado, usualmente los omegas consiguen pareja al cumplir dieciséis años, pasan casi meses de un cortejo por un alfa y después hay una gran celebración por la marca y una boda, pero Jimin ya tenía casi veinte años y ni siquiera ha tenido a un alfa tras de él.
Su hermano no desea ser cortejado, quiere su libertad como cualquier persona en esté mundo, pero aún así Jijeong no comprende del todo a su hermano, usualmente los omegas no se comportarían como él lo hace.
- Mamá necesita más hierbas medicinales -menciono Jijeong olvidando el tema de tener un hermano sin alfa.
- Lo sé -soltó un suspiro-, iré por ellas, será mejor que te adelantes y le lleves esas frutas.
- Bien, te esperaremos en casa -sin más Jijeong emprendió el camino en dirección a casa, Jimin miro como se alejaba su hermano poco a poco hasta por fin desaparecer de su vista.
Era hora de ir por las hierbas, su madre las necesita con urgencia.
El camino no era nada largo, pero lo que Jimin no sabía en aquel momento era que se dirigía justamente al lugar en dónde el rey Min ya estaba, pero no era como si eso le interesase de por medio, estaba más concentrado en buscar aquellas hierbas que en lo que pasase más allá de sus narices.
En cuanto al rey, Yoongi se encontraba aburrido, miraba a los omegas más jóvenes en aquella parte del pueblo de Daegu, pero no había algo que llamase tanto su atención en aquel momento, inclusive sentía demasiada pereza de seguir viéndolos, coqueteos en vano, muchos consideraban que estar entre la realeza era lo mejor que les podía ocurrir, otros se veían sumamente atemorizados en su presencia, y definitivamente Yoongi estaba cansado de ver esas mismas reacciones.
- Demonios, Hoseok -el mencionado le miro-, ¿acaso esté pueblo no puede ofrecerme algo mejor? -eso definitivamente no lo esperaba escuchar-. Estoy cansado de ver a esta clase de omegas.
- Lamento esto su majestad, pero esto es lo único que hay por el momento, después iremos al sur para...
- Solo espero no encontrar lo mismo -interrumpió el rey Min haciendo que Hoseok dejase de hablar, esperaba esa clase de respuesta de parte de Yoongi, ya era una costumbre, y esperaba que por lo menos el malhumor de Yoongi se fuese al encontrar a su próximo concubino-. Sigamos antes de que anochezca, no quiero seguir perdiendo mi tiempo observando basura.
Hoseok soltó un suspiro y así siguieron cabalgando, era una molestia, pero bueno, no podía decir algo malo y mucho menos del rey, podría ser mandado a cortar la cabeza si es que se le salían algunas palabras indebidas.
Seguían su camino, Yoongi se sentía algo fastidiado, parecía ser que encontrar a su nuevo concubino tardaría más de lo que él esperaba, miraba desinteresado de un lado a otro, sintiendo los aromas de algunos omegas que pasaban a su lado, mirando como bajaban la cabeza ante su presencia, le gustaba causar ese miedo entre los pobladores, era algo obvio, merecía esa clase de respeto.
Todo iba bien, aromas dulzones, miradas cabizbajas, hasta que a sus fosas nasales llego una fragancia suave, sin miedo alguno, había algo de preocupación, pero lo más importante en aquel instante era que esa fragancia se trataba de rosas, pero ni siquiera se trataba de un aroma fuerte, una fragancia que ya no era tan reconocida entre los omegas.
Busco con la mirada a aquella persona, se guió con su caballo, poniendo atención a aquel aroma, y entonces lo vio, definitivamente se trataba de un omega muy hermoso, esos cabellos rubios, parecían ser hilos de oro, ese porte delicado y esa mirada, demonios, ese omega tendría que ser suyo.
- ¡Hoseok! -el mencionado cabalgo hacía Yoongi para poder saber lo que desea decirle.
- ¿Sí, su majestad?
- ¿Ves aquel omega que esta allí parado? -Hoseok miro a aquel omega-. ¿Quién es?
- Park Jimin -menciono Hoseok, parte de su trabajo era más que nada saber de los pobladores de Daegu, y de verdad era difícil, pero todo podía hacerlo sin algún problema-, ¿él será a quién usted quiere?
- Por supuesto, Hoseok, por la mañana manda a mis guardias a que vengan en su búsqueda, si no accede a venir por su propia voluntad -Hoseok trago grueso al escuchar eso-, que lo traigan por la fuerza, es hora de irnos.
ESTÁS LEYENDO
Rebeldía Para Un Rey ||YoonMin||
FanfictionPark Jimin es el omega más difícil que el pueblo de Daegu ha conocido, Min Yoongi, el rey alfa que gobierna aquel lugar, sale cada tres años en busca de un nuevo omega para su harem, para su fortuna o no, conoce a Jimin, conocido como el omega más r...