Madre imparable

No quiero que estés a mi lado

NARRA ZAFIRO
No puedo creer lo que acababa de decir Camilo, que iva a empezar a vivir en Japón. Eso no fue lo que lo que acordamos, eso no fue lo que decidimos en ese día.

- ¿Zafiro-san se encuentra bien? - me pregunto Sol preocupada.

- ¿Zafiro?, ¿todo está bien? - pregunto Camilo preocupado.

- No, sólo que no me esperaba que ibas a quedarte en Japón, ¡ah!, que buena broma me hiciste.

-Eso.......... no fue una broma.

- ¿Eh?.

- Lo dije en serio, voy a vivir aquí.

- Zafiro-san en serio está........ - Sol estendio su mano pero me levanté del ciyon de golpe.

- Sol, creo que Haru se le ensuyo el pañal, puedes ir a riva y cambiarle el pañal. Mientras tanto nos ponemos al corriente Camilo y yo.

- ¿Ah?, claro. Camilo-san puede darme a Haru.

- Pues claro Sol-chan, no me había dado cuenta que necesitaba un cambio de pañal - Sol se llevó a Haru a riva y me quedé sola con Camilo para hablar.

- No eres buena disimulando como antes Zafiro, que paso, no querías que Sol-chan escuchará como me castigas por a ver roto una de las condiciones.

- ¡Cállate! - dije con vos contante. Y luego Camilo se levantó de golpe después que yo dijiera eso.

- ¡Zafiro!, se que estes enojada por lo de mudarse a Japón. Pero al menos escucha lo que tengo que decir - dijo Camilo levantando la vos.

- No hay nada que decir. Acaso olvidaste lo que acordamos haya en México, te dijo que por nada en el mundo quería que me siguieras. Que pasa si alguien te siguió hasta aquí.

- Lo sé, se que rompí una y pero te aseguro que nadie me siguió hasta aqui, fui muy cuidadoso para que nadie supiera que te encuentras aqui. Tiene todo el derecho de enojarte, pero por favor no me heches.

- ¡No pongas escusa!. Te dije que no quiero que estes comigo y asi se queda. Regresarás a México o a donde tu quieras y haremos que está conversación nunca existió - yo me fui alejando cuando escuche a Camilo llorando - CAMILO, ¿Qué pasa?. ¿porque lloras?

- ¿Eh?, no......... me di cuenta de que estaba llorando. En verdad........estoy muy mal.

- ¿De que hablas? - lo senté en el siyon.

- Es que Zafiro, intente explicártelo, si regreso a México, es muy probable que muera.

- ¿Que mueras?, ¿por que?. ¿Quien te amenaza de muerte? - Camilo bajo la cabeza.

- ¡Yo!, yo me quiero matar.

- ¿Qué?, ¿pero porque?.

- Tu lo sabes mejor que nadie por que me quiero matar. Por que..........no pude tener un final feliz - Me alege de el y me fui a sentar en otro ciyon.

En ese momento recordé algunas cosas que pasaron en México, las razones que tiene Camilo de estar aquí conmigo.

- Escucha Camilo, tu sabes que te digo esto no para lastimarte, sino porque quiero protegerte.

- Lo sé, pero ya te e dicho que yo puedo cuidarme sólo. Y se que tu también puedes cuidarte sola.

- Si lo sabes, entonces no tienes nada que aser aquí.

- Pero, no tienes idea Zafiro de lo que pase este tiempo que estabas fuera, pero la verdad no puedo, estar un sólo momento en ese lugar - Me sorprendí y lo entendi todo. Y suspire.

- ¡Ah!, ¡vaya!.......otra ves te estan molestado............ - dije yo expresando lástima y felicidad.

- ¡Si!, nunca pierden la oportunidad de molestarme y.............. me están volviendo loco.

- Si..............., cada dia sigo abergonsado de esta sangre que tengo y no paran de mostrarme por que soy una basura, y también los pecados que cometió esa persona ésta empezando a mostrarse - agrache la cabeza y recordé esos recuerdos dolorosos que me siguen persiguiendo hasta el día de hoy, cuando todo se derunbo - Zafiro, ¡quiero superar el pasado. ¿Y tu? - halce la cabeza rápido y vi a Camilo mirándome fijamente esperando mi respuesta.

- Claro que quiero liberarme del pasado, por eso vine a aquí y empecé de nuevo. Pero tu te sigues atando a el estando conmigo Camilo, nunca serás libre si sigues estando aquí.

- ¿Eso es realmente verdad? - el se levantó - Pero, no olvedes que tanto tu y yo estamos en peligro, aunque sea por diferentes motivos. ¡Lo recuerdas!, esto fue y es el recordatorio de que estoy encadenado - Camilo se desabro un poco su camisa y me mostró la cicatriz que tenía en su cintura.

- ¡Como podría olvidarla! - me aserque a el y le empecé a abrochar los votones - Es ls razón por la que te digo que te vallas, tarde o temprano me encontrarán y si no sobrevivo, ¿quien cuidara de Haru en mi lugar?

- ¡Tu!, ya que eso no ocurría.