Capítulo 2

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Lo mire fríamente, su sonrisa, y su éxito era inevitable. Mientras tanto, yo solo me mantenía seria.

Descarado, eso era.

Mis manos por más que quería disimularlo, me temblaban, había estado toda la noche centrándome en ser fría, justo como él mismo lo era, pero se me era completamente imposible, no entendía, y no podía creer con la gran facilidad que lo hacía.

- Nos vemos –Dijo Despidiéndome. Lo mire fulminándolo con la mirada.

Debo admitir que una parte de mi esperaba un ‘’No te vayas’’, ‘’Quédate’’, o quizás un ‘’Cambie de opinión’’, pero nada.

Era tan, e incluso más frio el que mismo hielo.

- Ojala nunca vuelva a verte la cara - le dije seca, sentía tanta broca, e impotencia.

- Supongo que hoy será la última vez que me veas, no sé cuánto tiempo - Dijo con una amplia y brillante sonrisa en su rostro.

Lo mire y trate de contener mis lagrimas, no iba a llorar, y menos delante suyo. No le respondí nada, solo camine hacía el auto, que me llevaba a no sé dónde. El se acerco al auto, y miro por la ventanilla hacía dentro. Lo mire fría, distante.

- Ah, Olvidaba decirte -Dijo burlonamente.- Vas a ser Su esposa, debes complacerlo Sexualemente, no quiero que mi querido Backer tenga ninguna queja al respecto - Dijo y me guiño el ojo, divertido.

No sabía cuál era mi cara en ese mismo momento, pero al ver mi reacción, rio levemente.

- Hablo enserio - Dijo antes que el auto se ponga en marcha.

Mire hacia atrás, ya no quedaba nada de lo que había hecho hace días atrás, no quedaba nada de lo que había planeado ser. Solo lo que de ahora en más Backer quería que yo sea. Una simple y estúpida imagen para su cadena de Hoteles, y para su estúpido contrato.

Lo aborrecía aun sin conocerlo.

Solo puedo imaginar a una persona, igual de Fría que Frank, igual de calculadora, de interesado. Claro que solo en el mismo. Suspire exasperada,  seque rápidamente la lagrima que comenzaba a descender por mi mejilla.

Fruncí el seño recordando lo Último que me había dicho Frank. ¿Debía complacerlo?, Claro que no. En ninguna parte del contrato decía eso. Aunque siéndome sincera, aun no había visto el contrato, Frank no había querido que lo viera, y mucho menos leyera, ¿Sera que me ocultan algo en todo esto?. No pensaba dejar que ese tal Backer toque si quiera un centímetro de mi cabello, ni mucho menos de mi cuerpo. Tenía en claro lo que quería, y no era él precisamente. Observe por unos segundos donde el Auto se detuvo, era un hotel de los Backer, No entendía que hacía yo allí. Suspire y mire al conductor, era un chico de unos treinta años aproximadamente de edad.

Me acerque un poco hacía delante, ya que yo iba en la parte trasera del auto. Toque su hombro, y él me miro serio.

- Disculpa -le dije sonriendo débilmente. El me devolvió la sonrisa.- ¿Qué hacemos aquí?-pregunte inocentemente. El miro al hotel y logo hacía el frente.

- Soy Alex-Me dijo presentándose.- El señor Backer pretende que Sus estilistas, la comiencen a preparar para la noche. Entre y valla al cuarto piso, ya tiene una habitación reservada, y allí la están esperando - Me dijo. Sentí como una leve molestia se apoderaba de mi garganta.


- Bien, Gracias-Le dije suspirando y apoyando mi espalda nuevamente en el asiento trasero.


- El seño Backer me asigno, por si necesita cualquier cosa, voy a estar a su lado hasta la noche, Señorita Emma-Dijo volteándose y me sonrió amablemente.

- Genial-le dije algo sarcástica.

El se bajo el auto y abrió mi puerta, me extendió su mano para que la tomara. Lo mire seria. Y Baje del auto, sin su ayuda.

-Estúpido Backer-Murmure por lo bajo enojada.

Entre al edificio, y mire hacía todos lados, los Hoteles Backer eran Muy lujosos. Alex rió por lo bajo.

Al menos le divierto a alguien. Pensé sarcástica.

- Por aquí por favor- - Me dijo conduciéndome a un ascensor. Ambos subimos al ascensor, Al abrirse las puertas, una vez que llegamos al cuarto piso, vi mi habitación.

. Parecía una casa, ena habitación. 

Cuando me adentre más a la habitación, vi a cuatro personas, sentadas tomando relajadamente un café. Fruncí el seño.

- Bien, Tienen exactamente cuatro horas para dejarla como El seño Backer lo ordeno - Les dijo.

Lo mire seria.

 Las Cuatro mujeres, que estaban sentadas se pararon, y vinieron hacia donde yo me encontraba, yo me quede helada. 

Nada cómoda. 

 Unos minutos más tarde, me dieron a conocer sus nombres, mientras yo sentada, escuchaba sus alardeos del señor Backer.

Parecían cotorras, no se callaban ni un micro segundo, mi mente pedía a gritos que se estableciera el silencio en aquella habitación. 

Al cabo de unas tres horas, ya estaba peinada, maquillada y vestida.  

Mire mi reflejo en el espejo. 

- Eres hermosa - dijo Dorothy tomandome por los hombros. 

Puse mis ojos en blanco.

-Mejor dicho, la hemos dejado hermosa - se apresuro a decir Tinna. 

Beauty and  Beast.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora