Phoenix Smile

Capítulo 8 - El pasado

En ocasiones, las conversaciones que se inician buscando una respuesta no aclaran nada. A veces se necesita usar la verdad, sentimientos y emociones e ir directamente al grano para saber que es todo lo que pasa y arreglarlo, o si no todo es una pérdida de tiempo. También se debía a que la persona en cuestión con la que tenía aquella conversación, se pasó durante el noventa por ciento de esta pidiendo perdón. Si, Ray malgastó la mayoría del tiempo pidiéndome disculpas por lo sucedido la anterior noche. Yo lo único que necesitaba era que me dijera realmente lo que le pasaba por la cabeza, no que repitiese "Lo siento" por cada vocal que decía en mi frase. Incluso me pidió perdón cuando le dije que pedía demasiado perdón.

Al menos, el lunes fue algo más tranquilo y tuve otra conversación con él. Esta vez me dijo algo más que eso: que se siente inseguro cuando Felix se acerca a mi. Me dijo algo que ya había escuchado antes, eso de que el chico de pecas le había quitado cosas que creía suyas. Yo no veía a Felix como el típico chico competitivo respecto a relaciones, aunque bien me había demostrado que era en experto en retarme a juegos estúpidos. En cuanto a relaciones se trataba, no parecía muy interesado en luchar por quien recibía el mayor amor. Al principio era la impresión que me daba, ya que se puso demasiado arisco conmigo respecto a Jia, pero era verdad que se había tranquilizado.

Jia le explicó la situación, e incluso Felix me explicó las razones de su enfado. No eran celos, pues era más una razón de sobreprotección. Al fin y al cabo, le daba pánico que su mejor amiga sufriera por mi culpa y que yo lo pasase tan mal como él. Bien sabemos que él tuvo una situación similar que la mía con Jia, pero él la cuenta como algo terrible. Yo tuve una noche reveladora, en donde me dejó claro que mi interés por las chicas era nulo, y espérate que pasaría con los chicos.

Ahora bien, volviendo al tema de Ray, ¿qué es lo que le quitó y por qué técnicamente le quitó algo? Y qué narices, me siento super estúpido estando en medio de todo eso. Hasta mi abuelo dice que le gusto. Igualmente, no quería comerme de más la cabeza. Lo que tenía que hacer era lo que consideraba necesario para continuar todas y cada una de las relaciones que tenía en ese momento.

Había mandado el mismo mensaje a cinco números diferentes. "Quedamos en el jardín de mi casa a las cuatro y media de la tarde. Traigan ropa cómoda." Sí, quedamos en mi casa. Por ello, allí estaba a las cuatro y veinte, esperando a que mis invitados aparecieran. Decidí, mientras, fumarme un cigarro, de esos que acortaban más aún mi vida.

La primera persona en aparecer fue el siempre puntual Peter. Se sentó a mi lado y se encendió otro cigarro. Las siguientes en llegar fueron Jia y Less, que vinieron juntas y se sentaron en los sofás, encendiéndose también un cigarro cada una. Menos mal que nosotros dos habíamos terminado los nuestros, porque si no eso sería un terrible festival del humo.

-¿No tienes ganas de saber qué es lo que nos oculta Angelo, Less? -dijo Jia, riéndose, apoyando su cabeza en el hombro de ella.

-En realidad, me gustaría no necesitar hacer el festival de la confesión, pero... -dije con pesar.

-Me alegra de que quieras contarnos qué es lo que ha sucedido -dijo Leslie-. Es cierto que yo tengo más información ya que te conozco de antes, pero que te dejes conocer es un honor para todos ellos.

-Sín duda, ya que eres aquel que ha llegado queriendo ayudarnos a todos en todo, y de vez en cuando deberías dejarte ayudar tú -esta vez, hablaba Peter, con una gran sonrisa en el rostro-. Solo que no entiendo lo de la ropa cómoda.

-Eso es porque os voy a llevar de excursión. Aún estoy esperando a que llegue mi guía, pero no creo que tarde en llegar.

No pasó más de un minuto cuando aparecieron dos invitados más, y juntos. Fue una sorpresa para mi. En cuanto nos vieron allí, ambos pusieron una mueca rara.