Capítulo 16 - El abrazo

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Quizás os pensábais que el día terminó donde lo dejamos, pero qué va. Tras hacerse el piercing, mi abuelo, ya bien conocido como Bruce, nos avisó para que volviéramos. La verdad es que Sheila pasó miedo, pues creía que su abuelo le iba a regañar por haberse cambiado el pelo y haberse puesto un pendiente en la nariz. Es verdad que yo le invité a que se hiciera todo eso, por lo que sí se quejaba, le iba a defender. Que menos, fue mi culpa.

Cuando llegamos con ellos, aplaudió incluso. Una cosa que dijo y que se me quedará grabada incluso a mí es "Es genial ver como una persona por fin es como quiere". Quizás ese era el problema de muchas personas que conocía, y me encantaba ver como lo empezaban a arreglar.

Mi abuelo adoraba a Leslie y Jia, pero ambas decidieron no decirle que estaban oficialmente juntas. Ya había hablado con ellas anteriormente que no sabía cómo iba a ser "salir del armario" con él, aunque en alguna ocasión hablamos de algo relacionado. Aunque siempre había visto a mi abuelo como alguien comprensivo, no me arriesgaba a poner a mis mejores amigas de ejemplo. No.

Volvimos a Stardust. Es más, fuimos directamente al Twilight. No sé si alguna vez os lo dije, pero Leslie tenía una moto para dos personas, por lo que ellas vinieron así, mientras que a Sheila y a mí nos dejaron en el bar. Ya eran las cinco de la tarde. Entramos, tras mucho tiempo, por la puerta de clientes en vez de la de personal. Creo que nunca había venido al Twilight solo para tomar una copa.

Al entrar, pude notar que estaba todo vacío. Claro, a esa hora, ¿a quién narices le apetecía una copa? Aún así, siendo el primer sábado después de haber permanecido cerrado toda la semana anterior, pensaba que iba a llenarse de gente. Si necesitaban ayuda, aunque no fuera mi hora, iba a ayudar.

Pude ver a Andrew y a Ray en la barra. Es más, curiosísima la escena en la que el mayor abrazaba al chico emo por detrás. Menuda sorpresa, ya que nunca me esperaba que eso pudiera suceder en ninguna de las formas de la vida.

-Ah, ¡Angelo, bienvenido y te odio! -dijo Andrew, gritando.

-No, no. Angelo, ayúdame -dijo Ray, mirándome serio.

Adivinad lo que hice. Les saludé con la mano y me senté en una mesa de cuatro con las novias y Sheila, ignorándoles por completo. La nueva también se quedó un poco sorprendida por la escena. Al sentarnos, Jia pudo notar todo aquello y se rió.

-Vaya, ¿es nuevo para ti estar con Andrew cerca?

-Para Sheila totalmente, para mí es bastante nuevo. Esta semana no he atendido mucho que hacían ambos en el bar -dije, confundido.

-Bueno, Andrew es un chico serio, borde, pero muy justo con casi todo en su vida. CASI todo -recalcó Jia, bajando luego el tono de su voz-. Ese chico se ha tirado a una cantidad de personas increíble. Todo tipo de personas en todo tipo de situaciones.

Leslie se reía.

-Es un semental, ¿o algo así?

-No sé, sé que le gusta hacerlo y ya está. Sería el mejor hombre del mundo si no fuera adicto al sexo, yo creo -la morena se reía-. Pero vamos. Con Ray lo ha hecho alguna vez.

Los cuatro miramos hacia ellos.

-Algunas veces -corrigió.

-Claro, y ahora que ha vuelto, querrá faena -dijo Sheila.

-La cosa es que también se le conoce por haber conseguido hacerle perder la virginidad a muchas chicas y chicos de la zona. Sé que suena a leyenda urbana, pero muchas de las personas que conozco han perdido su primera vez con él -Jia seguía explicando-. Como a él le gusta follar a todas horas, y a los demás no parecía importarle con quién perder la pureza...

Phoenix SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora