HORACIO

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-escucha Horacio- susurraba con tranquilidad el rubio mientras cogía con gentileza el rostro lloroso de su amigo -cualquiera que se atreva a hacerte llorar o tan siquiera intente hacerte algun daño...esta muerto- dijo con una sonrisa que a ojos del de cresta era un sol radiente y le hacía olvidar siquiera lo mal que sonaba el final de esa oración.

-gracias Gustabo- habló lloroso aferrándose al mayor, sintiéndose igual que la primera vez que se conocieron, a salvo.

Mientras tanto Gustabo solo acariciaba su espalda con suavidad tratando de calmarle.

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-Horacio- el sonido de la voz era apenas audible, sonaba tan triste y demacrada que nadie creería que se trataba de la misma persona que apenas hace unas horas se encontraba gritándole a todos sus agentes con gran autoridad.

-lo siento papá- susurró entre llantos Horacio apretando el gatillo de la pistola de una vez para luego ir corriendo hacia su hermano que se encontraba tirado y sangrando en una esquina -Gustabo! Por favor! Háblame!- gritó cogiendo con cuidado al herido el cual con debilidad le miró.

-lo hiciste?- preguntó y el otro asintió agitadamente -gracias...joder, ayúdame a pararme- el chico con delineador solo rió e hizo lo pedido, feliz de que no hubiera perdido a la única persona que siempre había estado allí con él -muy bien hecho Horacio-

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Si tan solo Horacio supiera un poco de heridas hubiera sabido que la herida de bala en Gustabo no era para nada grave.
O sino hubiera estado tan confundido y asustado talvez se hubiera dado cuenta que el que le disparó a su amigo no fue Conway sino que fue el mismo Gustabo.

Si tan solo Horacio no hubiera sido tan sentimental y dependiente.
Si tan solo se hubiera dado cuenta...

Hubiera podido ver como Gustabo sonreía divertido hacia el cadáver del superintendente.
Feliz de tener a Horacio de su lado. 
Totalmente satisfecho por lograr que Horacio hiciera su trabajo.

Tal vez quisiera como nadie a Horacio.
Tal vez su cariño de fraternidad era inmenso e irrompible.
Pero cuando descubrió cuan útil le podía ser el cariño doble o triple que le regresaba el otro...por favor, no podía haber dejado escapar esa oportunidad.

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"Muy bien hecho Horacio"

Y solo con decir eso. 
Junto a una sonrisa.
El chico estaba otra vez en sus manos.

GUSTABO de LOS SANTOS!!!!!! XDXDXDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora