PEQUEÑO HÉROE

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—que se está pudriendo este niño!— gritaba un joven castaño mientras iba corriendo hacia la ventana para abrirla de par en par y así poder respirar aire puro, o al menos lo que podía.
—pero no me dejes con él así!— gritaba también otro chico de cabello mas oscuro cubriéndose la nariz, intentando evitar el fuerte aroma del lugar.

Y ante tanto griterío el pequeño bebé de apenas un par de meses que se hallaba recostado sobre una manta en el suelo volvió a romper en llanto, causando con ello una gran desesperación en ambos muchachos que de manera muy nerviosa y asustada comenzaron a buscar por todo el lugar un objeto para distraerle.

—dale esto! dale esto!— apenas y podían escucharse entre tanto ruido.
—pero qué rayos es esto?!— el rostro del de ojos celestes se encendió en rojo puro al ver el objeto frente a él.
—estaba por ahí! Que se yo!— 
—pero esto es un dildo Horacio! Cómo le voy a dar esto al crío este?!— 
—pero que no hay nada mas aquí!—

"YA CÁLLENSE!" se escuchó la voz de la vecina molesta que golpeaba con fuerza la pared desde el otro lado de la pequeña habitación.

—cállese usted vieja metiche!— gritó de regreso el castaño igual de molesto.

Y el bebé solo lloró aún mas sin consuelo.

—Gustabo! Creo que tiene hambre!— 
—y qué le vas a dar?! Una hamburguesa?!—
—yo...puede ser! Creo que puede alcanzarme para comprar una!—

El mayor por un año solo se quedó callado un momento, atónito ante lo dicho por su amigo.

—siiiii...y...y también puedes comprarle un jugo para que pueda pasarlo mejor,no?— dijo de manera sarcástica.
—pu...puede ser...— al parecer su amigo no sabía reconocer muy bien el sarcasmo o estaba muy nervioso como para pensar.
—pero vamos a ver! Tú estas tonto o qué? Cómo le vas a dar de comer hamburguesas al niño ese?! Ni dientes tiene! Pero....cállalo de una vez!!- gritó ahora muchísimo mas furioso el mas bajo, comenzando a golpear levemente su cabeza sobre la pared mientras cubría con fuerza sus oídos.

Su compañero al instante acató la orden, y a pesar del mal olor que desprendían los pañales del pequeño, lo cargo como si fuera algo muy frágil y lo arrullo tratando de calmar sus incesantes llantos, fallando claramente y logrando asi que al final el mismo Horacio terminara también llorando de la impotencia.

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—cuándo vas a deshacerte de ese niño?— preguntó Gustabo sentado en una esquina de la habitación mientras preparaba el biberón con leche materna en polvo para el pequeño.
No hubo mas respuesta que un silencio incómodo.
—por favor Horacio...que ya son tres semanas. Mírate, pareces un zombie, ese niño no te deja ni dormir bien, y no solo a ti, joder tío, que a mi tampoco me deja dormir y eso es muy molesto ya—
Al parecer solo le estaba hablando a la pared, asi que solo suspiró.
—solo...no vayas a encariñarte con él Horacio—
Fue lo último que dijo antes acercarse a la cama en la cual estaba su amigo con el bebé y entregarle el biberón ya listo.
—voy a llegar un poco tarde, no me esperes despierto—
Susurró dejando un besito en la cabeza del ojeroso chico el cual solo rió bajo ante el comentario. Porque tampoco es como si pudiera lograr obtener un tiempo de sueño apropiado con ese bebé a su lado.

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—míralo Gustabo! Míralo!— gritaba Horacio mientras cargaba al bebé ya algo mas pesado y le colocaba una bandana negra en su cabecita —es un ninja! Jaja!— Gustabo solo le lanzó una almohada en la cara a su amigo.
—bomba de humo!— y dicho esto se escondió bajo la cama mientras reía divertido.

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—hoy lo cuidas tú?— preguntó Horacio acomodándose la ropa, listo para ir a su trabajo de medio tiempo como camarero.
—si si, déjamelo a mí— respondió con poco interés el de mirada cristalina.
—okey, adiós bebé—
—claro bebé— lo último que escuchó Gustabo fue a su compañero reír y cerrar la puerta con cuidado. Luego al quedar todo en silencio miró al pequeño que dormitaba tranquilamente a su lado y suspiró.
—nos vas a meter en líos, de eso estoy más que seguro—

GUSTABO de LOS SANTOS!!!!!! XDXDXDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora