Luz.

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Narrador.

-Me gustas, escuchas Joaquin, tu me gustas y mucho- Decia el rizado al ver que el mas menor no decia nada, pero ¿como lo lo iba hacer? Si para el todo esto era nuevo Joaquin siempre vivio con miedo, con el miedo de conocer más haya de aquellas cuatro paredes, miedo de que alguien pudiera lastimar su corazón y el no fuera lo suficientemente fuerte para superarlos, o el miedo de volver a perder a su ser querido.

El castaño segui sin poder pronunciar alguna palabra, el rizado esperaba respuesta, pero tal parece esta no llegaria.

-Creo que lo mejor sera que me vaya, creo que te tome por sorpresa- ¿cuando sabes cuando ya estás listo para vencer tus miedos? Es la pregunta que se hacia Joaquin, al ver como Emilio poco a poco se alejaba de el, pero la respuesta, es que uno nunca sabes cuando es el momento indicado, tal vez no haya momento indicado, tal vez solo tienes que armarte de valor e ir y vencerlos.

-Emilio- Hablo por fin el castaño, el rizado se detuvo pero no volteo -Emilio, tu tam-tambien me gustas-.

El rizado al oír eso no pudo evitar sonreir, volteo a mirar al chico que estaba parado detras de el, pudo notar que sus mejillas estaban roja, pero también pudo notar aquel brillo en sus ojos, que le decian que era cierto lo que escucho.

-Te vez muy bonito cuando te sonrojas pequeño - El castaño sonrio al escuchar aquello, quiso caminar hacia el, pero su pie se lo impidio, aun tenía dolor en el -No te muevas pequeño que te lastimaras más- El rizado se acerco a el, y lo volvio a sentar en el sofá ,para luego el hacer lo mismo.

-Emi ¿no ya te ibas? -.

-¿Me estas corriendo? - El castaño nego con la cabeza -.

-No, es solo que no quiero que se te haga tarde -.

-Vivo aqui enfrente, además hoy no te quiero dejar solo aun estas lastimado de tu pie, ya lo decidi hoy me quedo aquí contigo - Joaquín se puso nervioso no sólo por lo que escucho si no tambien porque Emilio lo abrazó haciendo que su cabeza quedara recargada en su pecho.

-¿Crees que a mi casa le haga falta más color? -.

-La verdad si, tu casa es muy bella, pero los colores que tiene la hacen ver triste, si me dejas yo te ayudo a darle más vida-.

-Si, si quiero-.

-No se diga más, yo te ayudare, además también quiero ayudarte a cumplir tus sueños -.

-Eso es imposible -.

-Nada es imposible, solo tienes que creer en ti mismo, yo creo en ti-.

-Muchas gracias Emi-.

-No tienes que agradecer-.

-Es que agradezco que hayas llegado a mi vida-.

Amboa se vieron a los ojos, poco a poco fueron quitando ese espacio que separaba sus labios, para al final unirlos en un beso, un beso tierno y sincero.

Aunque ambos ya hubieran confesado que sentían algo el uno por el otro, no queria decir que ya estaban juntos, pero si que el rizado ya sabía lo que queria, y que estaba seguro que le pediria aquel castaño que fuera su novio pero una manera especial, una manera que fuera unica e inolvidable.

Joaquin.

Días después.

Me encontraba en mi departamento esperaba a Emilio para que pudiéramos empezar a pintar las paredes, estaba feliz porque esto era un gran cambio para mi, queria sentirme más vivo y queria empezar con mi hogar y el de Bibo.

-Guau guau- escuche a Bibo ladrar en la puerta, eso significaba una cosa, que Emilio ya había llegado, Bibo lo recibia siempre que venia.

-Hola- Dije al abrir la puerta, pero me lleve una sorpresa al ver más de una persona.

-Mi hermano y Sabrina también querian ayudar a pintar, espero no te moleste -.

-No, no para nada, asi terminamos más rápido, les agradezco por querer ayudarme-.

-Hay no agradezcas, que lo hacemos con gusto- Esa habia sido Sabrina que como siempre me jalo de las mejillas.

Comenzamos a preparar todo para pintar, Emiliano y Sabrina pintaban una pared, mientras Emilio y yo otra, y Bibo jugaba con la pintura.

-Creo que Bibo paso ser Blanco a ser Azul- Dijo Sabrina llamando la atencion de todos, y es que Bibo ya estaba completamente pintado.

-Creo que ahora si se me hará difícil bañarlo-.

-Bueno siento que le queda mejor el azul a Bibo- Todos comenzamos a reir ante lo que dijo Emiliano.

Emilio.

Estaba disfrutando de este día, estar con mi hermano, mi cuñada y con Joaquín me hacía muu feliz, el departamento estaba quedando muu bien, el color que elegimos fue la mejor opción pero este día aun no acaba y quería que terminara de la mejor forma, estaba seguro de lo que quería, pero quería que también fue algo especial.

Le pedi ayuda a mi hermano para mi plan y obvio también a Sabrina que fue la más feliz cuando se lo dije, ella le ha tomado mucho cariño a Joaquín.

El plan estaba en marcha, Sabrina se había llevado a Joaquín a comprar algunas cosas para poder comer mientras mi hermano y yo nos quedamos a preparar todo.

-¿Estas nervioso? - escuche la voz de mi hermano.

-No, fijate que estoy muy bien-.

-Que raro yo pense que estarías nervioso-.

-Obviamente lo estoy, estoy muriendo de los nervios -.

-Pero si ys te dijo que también le gustas -.

-Pero pero eso no quería decir que me acepte-.

-Tranquilo todo saldra muy bien-.

Sabrina me mando un mensaje dicendo que ya habian llegado al edificio.

-Mucha suerte-.

-Gracias hermano -.

Respire profundamente y en ese momento escuche que estaban abriendo la puerta.

-Bueno pequeño Bibo es tu turno, por favor ayúdame -.

Narrador.

Joaquín había entrado al departamento, vio todo oscuro, lo cual le pareció extraño, al voltear se dio cuenta que la chica que venía con el ya no estaba, pero su pequeño amiguito que lo veía sentado, en el suelo.

-Bibo ¿donde estan todos? - pregunto al chico, pero se dio cuenta que su pequeño amiguito había dejado su huellas que venian desde una de las habitaciones.

El comenzó a seguir aquellas pequeñas huellas, y al llegar aquel cuarto se dio cuenta que también las luces estaban apagadas.

-Antes de que prendas la luz, quiero decirte que enserio, enserio siento algo muy especial por ti, que es un sentimiento que nunca antes había sentido, y que eres esa persona especial que alegra mis días, que tu sonrisa provoca que mi corazon se acelere al mil por hora, ahora si prende la luz y mira al frente - escucho Joaquin aquella voz entre la oscuridad.

El castaño hizo lo que le indicaron y al prender la luz, lo que vio escrito en aquella pared con pintura lo dejo sorprendido.

-Entonces ¿si aceptas ser mi novio? - Dijo Emilio saliendo de una de las puertas de esa habitación.

-Emi, yo, yo quiero darte las gracias por ser mi luz ante tanta oscuridad, si, si, si quiero ser tu novio -.

Ambos chicos sonrieron y no pudieron esperar más, querian unir sus labios en si primer beso como novios, lo necesitaban, lo querían y así lo hicieron, unieron sus labios en un beso tierno, sincero, donde entregaban su corazón uno al otro, donde no pedian nada a cambio más que amor.


En la oscuridad es donde se puede apreciar más el brillo de las estrellas, es cuando no se necesita luz solar, si no la luz lunar.

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Espero les haya gustado.

Dejen sus comentario para saber su opinión.

Gracias.

Los quiero.

Cuidense mucho



Chico Solitario (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora