Danae | Bellamy Blake

Capítulo once

NARRA DANAE

Ya nos habíamos detenido, los Segadores habían cogido un cuerpo que habían tirado anteriormente encima nuestra y se lo habían llevado a un lugar un poco más alejado para comérselo. Nosotras aprovechamos su ausencia para salir.

-Vamos, por aquí- dijo Clarke comenzando a dirigirse a un lado del túnel.

-No, no estamos juntas en esto- dijo Anya enfadada, yo me mantuve al margen de la conversación.

-No es momento de discutir, si estamos juntas lo conseguiremos, debemos salir de aquí y avisar a nuestra gente sobre estas personas y lo que hacen con los nuestros-

Sin decir nada más ella se giró para continuar su camino esperando que nosotras le siguiésemos, mala suerte la de ella que cuando se volteó para comprobarlo, nosotras ya nos habíamos ido por otro lado.

Caminábamos despacio para no llamar la atención de cualquiera que estuviese por allí pero rápido para encontrar una salida lo antes posible.
Anya estaba débil, tanto que apenas podía nadar, y tuve que poner un brazo por su cintura para ayudarla.

-Déjame aquí, tú debes volver. Tienes que encontrar la salida y liderar a Trikru, eres mi segunda- me dijo Anya tirándose al suelo.

-No Anya, vamos a salir de aquí juntas, aún no estoy preparada, aún te necesito- le dije suplicante para que se levantara y continuara.

-Ya no me necesitas, eres fuerte, sabes liderar y cuidas de tu gente al precio que sea. Eso es ser un buen líder. Además Indra te acompañará en todo tu camino-

-De acuerdo, pero vamos a salir de aquí, ¿vale?- dije agarrándole de nuevo y estirando de ella hacia arriba con todas mis fuerzas para que por fin se pusiera en pie- Juntas, al igual que siempre-

Anya había sido como una madre para mi a parte de mi líder y de mi entrenadora. Cuando mis padres solo se centraron en Lexa dejándonos a Erin y a mi de lado, Anya e Indra nos enseñaron, no solo a crecer como guerreros, sino también como personas.

Aún estábamos caminando, Anya había recuperado unas pocas fuerzas, pero aún sin rastro de alguna salida. Estaba comenzando a frustrarme por no conseguir mi objetivo, pero en cuanto vi como a cada paso que daba había más luz apresuré el paso. Al borde del precipicio se encontraba una presa, de la cual salía tanta agua que parecía una cascada, al final de esta un lago, rodeado por el bosque. Esta era nuestra salida.

Mi ilusión se esfumó en cuanto escuché los gritos de Clarke a lo lejos, estaba en apuros, y no podía dejarla aquí, de esta forma no podría avisar a su gente y los demás que estaban dentro de esta montaña morirían, gente inocente.

-Quédate aquí- le dije a Anya dejándole en el suelo apoyada en la pared de la cueva delicadamente- ahora vuelvo, y en cuanto lo haga nos marchamos- antes de que pudiese decir nada, yo salí corriendo en busca de la rubia.

En cuanto llegué al lugar donde la chica del cielo se encontraba vi que estaba siendo acorralada contra una pared por hombres de la montaña, iban a hacerla volver dentro. Por lo que tengo entendido, ya había intentado escapar otras dos veces, dudo que si le atrapan le den otra oportunidad.

Habían dos hombres de la montaña, tracé un pequeño plan de ataque en mi mente y me lancé. Al primero que pillé le di una patada en la rodilla para que cállese al suelo, mientras Clarke estaba luchando con otro.

-El casco! Quítaselo, les protege de la radiación- gritó Clarke mientras que ella lo hacía con el hombre contra el que estaba.

Yo sin rechistar hice lo mismo con él que tenía arrodillado en frente mía, en cuanto lo quiete, todo su rostro comenzó a llenarse de bambollas y de quemaduras, el hombre me suplicaba sin parar que se lo devolviese. Para evitar que se curase, lancé el casco con todas mis fuerzas hacia el suelo para que chocase contra este y se rompiese.