Danae | Bellamy Blake

Capítulo nueve

NARRA BELLAMY

Ya era de día. La noche anterior Finn me había sacado a rastras de nuestro campamento para no morir, y yo no sabía lo que le había pasado a Danae, no sabía si estaba viva o muerta. Por la última vez que la vi, diría que esta muerta.

Cuando salimos del campamento, el terrestre que nos había atacado nos persiguió por todo el bosque a Finn y a mi, haciendo que nos separáramos para intentar despistarle y dejarle atrás. Mala idea, ya que acabo pillando a Finn y atándole con una cuerda a su caballo para que le siguiese.

Iba persiguiéndoles por entre los arbustos de manera sigilosa mientras ideaba un plan de rescate cuando de repente oí ruidos detrás mía, cogí al palo que llevaba en la mano con fuerza por si debía atacar. Cuando me giré vi que solo eran una chica y un chico de mi campamento que tampoco habrían podido entrar a la nave a tiempo.

Juntos comenzamos a planear algo para el rescate de Finn, cuñado ya lo tuvimos, lo llevamos a cabo.

Salí de mi escondite para ponerme en frente del terrestre y captar su atención. Cuando esté bajo de su caballo y se acercó hacia mí los otros dos chicos le atacaron por la espalda. Pero lo único que conseguimos con eso fue que la cabeza del chico saliese por los aires y le hiciese un corte profundo en la pierna de la chica con su espada.

Todo iba sobre ruedas-nótese el sarcasmo-. Si había podido con dos a la vez imagínate lo que haría conmigo que incluso ya estaba herido por la noche anterior. El terrestre comenzó a acercarse a mí con una sonrisa de lo más siniestra consiguió darme una patada que me hizo caer al suelo de rodillas y cuando estaba preparando su espada para arrastrarla por mi cuello, una bala se le incrustó en el cráneo, haciéndole caer al instante al suelo, sin vida.

Me giré para ver quien había sido quien había disparado.

-Ya estamos aquí, ya estáis a salvo- dijo Kane, uno de los miembros del consejo del arca. Eso significaba que ya habían bajado, eso significaba que yo estaba muerto.

NARRA DANAE

Notaba como mis rodillas estaban arrastrando por el suelo, mientras alguien me cogía por los hombros. Abrí un poco los ojos para ver que estaba ocurriendo. Dos hombres me llevaban cogida mor los sobacos, y mis dos manos estaban atadas en mi espalda, mientras que mis dos pies también estaban atados. Estábamos por unos túneles por debajo de la Tierra. Vi como Anya era la que estaba siendo transportada al igual que yo delante mía.
Comencé a revolverme en el sitio, pero era inútil, los hombres hicieron más fuerte su agarre.

Finalmente llegamos hasta una puerta, por la cual ingresamos. Ya dentro nos pusieron de rodillas y nos quitaron la ropa que llevábamos dejándonos tan solo con nuestra ropa interior. Nos pusieron una especie de collar de metal, el cual estaba enganchado a una cadena que estaba sujetada en la pared y comenzaron a rociarnos agua ardiendo, luego nos frotaron con cepillos rasposos, haciendo que mi piel ardiese y que la piel se desgarrase pos algunas zonas para luego volver a rociarnos con aquella agua.
Ambas soltábamos gritos desgarradores de dolor, era insoportable, notaba mi piel arder, como si estuviese envuelta en fuego.

Cuando la tortura acabo, nos vistieron con unas batas blancas y luego, una inyección en nuestro cuello haciéndonos volver a quedarnos dormidas.

NARRA BELLAMY

Habían llegado las demás personas del arca, entre los que nos habían salvado pude reconocer a dos personas. Marcus Kane, miembro del consejo y jefe de la guardia del arca y Abby Griffin, mejor doctora del ara y madre de Clarke.