La música era algo que le distraía, los ritmos diferentes, varias voces sonando con una perfecta armonía le hacían sentir que podía hacerlo todo mientras escuchaba esas piezas de arte. Cualquier persona diría algo diferente, teniendo diferentes gustos.
A él todo le gustaba, pero había una canción que le encantaba. Y por eso sonaba a todo volumen en ese estéreo que, por desgracia no era suyo. Le sonreía al pobre y borracho hombre que estaba tirado en el sillón, mientras que su cuerpo se mecía de un lado a otro al ritmo de la canción que ya se había reproducido más de tres veces seguidas. Aún no se cansaba, aún gozaba de la cara llena de confusión del desgraciado que le veía esperando a que cumpliera su promesa de follar.
¿Follar? Él no quería hacer eso, Jinyoung quería bailar esa canción, sentir el ritmo entrando por sus venas antes de que la sangre tiñera el bonito sillón de cuero blanco.
Mordió sus labios al imaginarlo, uhm. Destripado y completamente muerto. Seguramente le cortaría la lengua por ser un completo cerdo. Le había hablado de una manera tan asquerosa, y él fingió que le había gustado. Por eso estaba ahí. El hombre quería profanarlo.
Los asesinos eran unos bastardos por creerse más inteligentes que los demás. A Jinyoung le gustaba esa frase.
Porque mientras más pensaba, más maneras de matarlo le llegaban a la cabeza, y cuando la canción hizo acto de presencia una cuarta vez, el hombre se levantó tambaleándose y caminó hasta él, tomándole de la cintura con fuerza y restregándose con descaro contra él. Jinyoung sintió asco. Metió una mano en el bolsillo de su confiable chaqueta y empuñó la navaja que se había quedado del maleante que asesinó frente a los ojos de Hyunsuk. Sería la primera vez que la usaría, era más que un premio.
Alejó al hombre mostrándole el arma, acompañada de una sonrisa que para él, era cálida. Para otros era demencial, el rostro más perfecto tornándose como el de un demonio. El hombre tembló, Seonghwa rió avanzando y el miedo paralizó a su víctima, amaba cuando pasaba esto. Todo con rapidez y eficiencia.
Apuñaló la garganta del ingenuo hombre y siguió riendo, era una pena, no podía escuchar los balbuceos inentendibles y llenos de dolor por lo fuerte que la música sonaba. Pero era aún más emocionante, imaginarlos, sonando ahogados. Seonghwa suspiró, ver como escupía sangre y se removía sin éxito; le causaba una sensación cosquilleante en todo el cuerpo.
—¡¿Te creías lo mejor por seducir a chicos inocentes, eh?! ¡Cuando veas mi cara en el infierno vas a salir corriendo, porque estoy seguro de que para ese entonces me tendrás un temor más grande que el de ahora!— Cortó de un tajo la garganta, la sangre salpicando sobre sus manos y rostro. Sintiéndose cálido y agradable a la vez. Suspiró, el aroma de su sangre era desagradable, como si ya estuviese descompuesta desde antes.
Registró la casa en busca de algún trapo para hacer lo siguiente, y al conseguirlo. Tomó la mano del muerto y solo por diversión, cortó los dedos, disfrutando de ver la sangre brotar. Cortó cada uno, con el pensamiento de que esas manos asquerosas tocaron a más de una mujer inocente y un chico tonto, aprovechándose.
Y por si fuese poco, le robó unos billetes que se hallaban apilados sobre la cómoda.
Joder, todo por la ayuda de ese trapo que había quedado cubierto de sangre espesa.
Colocó su gorro de lana negro sobre su cabellera azulada y se puso un tapabocas, antes de salir se miró al espejo y notó las manchas de sangre en su camisa a botones, lástima, tendría que tirarla a la basura. Subió el cierre de su chaqueta y salió sin dejar rastro de su presencia.
Aún con esa canción sonando, ya por décima vez.
Cuando iba caminando por las calles devuelta a su casa, sacó un paquete de cigarrillos y su encendedor. Se tomó su tiempo, para bajar la adrenalina que aún se mantenía en su sistema. La sonrisa satisfecha adornaba su preciosa cara, iba tarareando la letra de la canción como si haberla escuchado tanto hubiese provocado que se le quedara pegada.
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。†.dead balloons (死气球) ; yoonbae
Fanfiction[ 没有什么比他的嘴唇令人愉悦的味道和他脑子里疯狂的想法更像的了] ¿Por qué le había gustado tanto ver como ese chico asesinaba a ese hombre sin compasión? Era enfermizo, pero aún así pensaba que se veía bonito con las mejillas llenas de sangre y el brillo en sus ojos luego de est...