Con tantos contratiempos después del deseso Aslan Aibek, dimash ahora tenía el triple de trabajo, sin contar que la presencia de Julián lo abrumaba, pues ahora también tenía que incluirlo en los asuntos del trabajo, así que decidió tomarse el resto del día para planear las tareas que le correspondían, descansar y dormir un rato.Pasadas las cinco de la tarde decidió salir a deambular por la casa, cosa que no era habitual en él, se dirigió al jardín pues una voz poco común le robo la atención, era una chica, lucía algo sencilla, su ropa daba indicar que era de esas chicas que no se preocupa mucho por su aspecto, tras unos minutos observandole de espaldas, lo puso a pensar en quien podría ser... ¿A lo mejor alguna sobrina de la señora Fátima?, Se acercó un poco más para poder verla de cerca y encontrar algún parecido con ella, pero una chica como esa no podía ser su pariente, aunque era linda, pero nada que ver con los rasgos de la señora Fátima, la curiosidad pudo más y no dudo en preguntar...
-¿Y tú quién eres?... La chica volteo un poco sorprendida.
-ah!, Perdón, me asustó!
-Pregunte ¿quien eres?
-¿Yo? ¡Ah usted es..! Exclamó un poco asombrada pues el parecido a Julián era demasiado, exepto por el tono grave de su voz. Al fondo resonó la voz de Julián respondiendo sin acercarse mucho.
-¡Ella es Aisha, mi prometida!
-No sabía que estabas comprometido, y menos que traerías a esta casa a tu prometida.
- Dijiste que también era mi casa, así que quise traer a quien será mi esposa, Fátima ya la instalo en una recámara de arriba, espero no te moleste.
-Mucho gusto Aisha, bienvenida, no sabia, solo me tomo por sorpresa... si me disculpan, iré a mi estudio a revisar algunas cosas importantes, después hablaré contigo. Dijo mirando a Julián seriamente.
-Julián, creo que debiste hablar con tu primo antes de hacerme venir.
-¡Que Va! Está también es mi casa ya lo oíste, él es un ogro, ignóralo.Al cabo de unos días dimash dejo por olvidado la presencia de la chica, pues realmente nunca estaba en casa, como siempre su vida desde que empezó a acudir al trabajo era estar allá y regresar a dormir, algunas veces se quedaba en el chalet que compro cerca de la empresa para que el ama de llaves no lo esperara tan tarde, otras solo con intención de estar solo y olvidarse de su vida cotidiana.
Un viernes llegó, aunque no era muy tarde pero olvidó avisar a la señora Fátima y decidió ir al comedor, todo estaba oscuro así que pensó que no le había dejado cena, sin embargo extrañamente ese día tenía mucha hambre pues no pudo comer durante la tarde, aún seguia acomodando papeles para cuando incorpore a Julián, hacer su carga más fácil, no solo para Julián sino para él mismo, entro a la cocina sin encender la luz pues deseaba algún refrigerio ligero, tal vez un yogurth o fruta, lo primero que tomará... Y fue así como tomo un gran durazno y al morderlo en plena oscuridad unos brazos lo rodearon desprendiendo un aroma a perfume delicioso, opacando al del durazno, mientras terminaba de pasar el bocado de durazno, unos labios se adelantaron a plantarle un beso justo en su boca, sus labios aún estaban húmedos del néctar de la fruta, sus ojos se abrieron lo más que pudieron para poder ver quién era la atrevida en cuestión, cosa imposible en plena penumbra dónde si apenas se distingian sus siluetas por un rayo de luz que provenía de las escaleras...
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Mujer ajena...
FanfictionEl amor puede surgir en cualquier instante pero que pasa cuando pones los ojos en la mujer de otro...