Protestante •Intendenteplay•

Capítulo 3.

García y Pérez estaba llegando a la comisaría donde se iban a encontrar con el resto. Pudieron divisar a Segis discutiendo con una oficial.

–Váyanse de aquí putos hippies, que no les haremos ni puto caso. – Dijo el policía con un tono pesado.

–Aquí pue' hay libertad de expresión –Se le escuchó decir al "folla cabras".

–¿Sabes dónde está tu libertad de expresión? En mi puto culo, ahora adiós.

–¡Hey! ¿Cómo le hablaste a mi primo? –Rogelio apareció al lado de su familiar enojado.

Empezó una discusión muy fuerte, nuestro querido dúo se encontraba al margen de la situación hasta que...

–¡ El que no salta es Conway! –Grito Gustabo, haciendo que todas las personas que están ahí saltaran como locos, ignorando los reclamos del empleado.

–¡Pa-ya-sos! –Gritó Horacio señalando su dedo del medio hacia comisaría.

El hombre al verse indefenso contra tanta gente, salió arrancando hacia la institución en busca de ayuda para controlarlos.

–¡Saquen sus ollas y golpeen fuerte! –Habló fuerte Segis, habían acordado traer cacerolas para hacer ruido y que les prestaran atención.

Empezaron a golpear con fuerza, cantando "They Don't Care About Us", Garcia era uno de los mejores cantando, demostrando sus dotes artísticos que de pequeño tenía.

Por el lado de la institución policial, Jack Conway sentía que tenía el grano en el culo más grande e insoportable. Nunca antes había presenciado una marcha en su contra, estos jóvenes de hoy, de verdad que le dolía la cabeza y no poder echarlos a la fuerza por su manifestación pacífica, si que le daba coraje.

–¡Volkov! –Gritó saliendo de su oficina.– ¿Dónde coño estás Volkov?

–Superintendente.. –Vio quien le hablaba, era Torrente.– El comisario está en el baño, ¿Qué le ocurre?

–Nada Torrente.. –Suspiró pesadamente antes de volver a gritar. – ¿¡Qué no ves que afuera hay unos putos anormales de mierda que me tienen los huevos hinchados con su puto canto!?

Jack sintió su ojo tiritar, estaba hasta los cojones.

–Super, respire, inhale, exhale. Recuerde que no podemos hacer nada hasta que ellos tengan un acto de violencia, aparte, hay uno que canta como los ángeles. –Dijo observando por el ventanal.

Narra Gustabo García.

Estábamos coreando canciones de protestas, todo había estado muy tranquilo, saltabamos de vez en cuando, pero de la nada, un tío gritó algo inesperado.

–Deberíamos quemar un coche policial para que nos prestaran atención. –Después de eso se escucharon cuchicheos, yo por mi parte sabía que se hacíamos eso nos acusarian por destrozos.

–Hey.. Gusnabo –Horacio me susurró al oído. – El chaval tiene razón, ahora con puros cantos ni nos miran.

–Pero después ya no será algo pacífico..–Dije algo preocupado, yo soy la paz echa persona.

–Pero después le echamos la culpa a ese tío, nos cubrimos las caras en caso para que no nos vean, tranquilo que yo aquí seré tu héroe. –Dijo guiñandome el ojo.

–Vale.. –Dije no tan convencido, sabía que esto terminaría mal.

–¡Oigan pinches policías corruptos! –Gritó un Mexicano.– ¡Como no nos escucharon por las buenas, ahora será por las malas cabrones!