Capítulo 18.

1.9K 284 190
                                    

Desperté, con un agonizante dolor en mi cuerpo. Miré desde el rabillo de mi ojo dónde estaba, al parecer parecía un lugar vacío. Sentía un fuerte dolor en mi hombro.

Intenté arrastrarme pero eso solo hacía que la herida doliera más. Comencé a llorar, me sentía frustrado, solo quería irme a casa, estar con mi primo y que todo esto fuera una puta pesadilla.

Debía encontrar ayuda para sanar mis heridas.. pero.. ¿Quién iba a encontrar a este pobre vago en medio de montañas?

–Gustabo..

Quería salvarlo, iban a por él. Es mi amigo, a pesar de las cosas que haya hecho, yo lo consideraba mi mejor amigo.

Aunque si pudiera elegir, preferiría estar muerto en estos momentos.

Narra Gustabo García.

La muerte de Pablito nos había conmovido a todos, pero yo estaba totalmente devastado. Lo vi morir junto a mí, el se había sacrificado por mí.

Estábamos en su funeral, veía a Emilio con la mirada perdida, Horacio de la mano con un hombre con tatuaje en la cara, Rogelio llorando por Pablito y Segismundo.

Yo..

Yo solo quería que Conway me abrazara, pero la situación claramente no era la adecuada. Recuerdo cuando me contuvo..

Flashback.

–¡Pablito! –Gritaba mientras los paramédicos intentaban reanimarlo. –¡Salvenlo por favor!

–Lo siento, ya no hay nada más que hacer.

Al escuchar esas palabras sentí mi corazón estrujarse y me tiré al piso mientras las lágrimas recorrían mi cara. ¡Mi amigo había muerto!

–Ven Gustabo.. –Jack me paró del suelo y comenzó a abrazarme mientras que yo lloraba en su pecho con fuerza.

Comencé a sollozar muy despacito, los brazos de Conway era reconfortantes. Me sentía protegido y querido en ellos, era como si nunca me quisiera despegar de ellos.

–¿Estás mejor? –Me preguntó con un vocecita dulce, yo solo asentí con las mejillas mojadas. Él las vio y con su mano las limpió. –Recuerda que yo estaré aquí para ti.

Por suerte no había ninguno de mis conocidos cerca, aunque eso no me hubiera importado, estaba ya harto de esta mierda, más encima ahora me quieren matar y joder a mi bebé.

Fin Flashback.

Dejé una rosa en el cajón mientras el ataúd de Pablito descendía lentamente a la fosa, Emilio nos llamó la atención para que le prestaramos atención.

–Pues.. esto es más difícil de lo que creía –Emilio se había soltado el pelo hoy. –Pablo no era la mejor persona del mundo, pero sin duda su corazón de buen cuate destacaba. Nunca nos llevamos excelente pero si él está escuchando ahora esto.. ¡Pinche cabrón te amo!

El mexicano rompió a llorar, eso me conmovió a mí que también unas lagrimas empezaron a descender por mi rostro.

La gente comenzaba a irse, yo quise quedarme un rato más en soledad para pensar. Emilio me dijo un inaudible adiós y partió caminando como alma en pena.

–Pablito.. fuiste el mejor, hasta el final, gracias por todo. –Dicho eso me retiré también del cementerio.

Mientras caminaba hacía la salida, mi teléfono sonó, me pregunto quién será.

Protestante •Intendenteplay•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora