III

1.4K 133 4
                                    

La mañana del día siguiente se hizo presente, y con ella se daba apertura al inicio de las clases de Inosuke. El muchacho que había sido conducido por Aoi, ahora se encontraba a un recinto en el que nunca antes había estado, distinto de la habitación de la Finca que había tenido que compartir con el resto de pacientes en esos días. Tal habitación contaba con una pequeña mesa de piso, y encima de ella estaban algunos libros, hojas y material necesario para el desarrollo de las lecciones.

Ambos muchachos se sentaron sobre el suelo de modo que quedaron dispuestos en lados opuestos de la mesa.

Aoi comenzó la sesión diciendo lo siguiente:

— Inosuke, recuerdo que en el incidente con el cuervo dijiste que Tanjiro, te había enseñado con anterioridad algunas cosas, dime los temas que ya sabes para que los tomemos a modo de repaso y después continuar. —

— Recuerdo a Monjiro hacer trazos en papel y no dejaba de hablar mientras los hacía, pero no recuerdo nada más. — La actitud tan despreocupada con la que dijo esto último, provocó serias dudas en la joven Kanzaki sobre el éxito de las lecciones.

— Inosuke, ¿No recuerdas nada más? —

— No. — Ahí estaba otra vez aquel nivel de relajo del muchacho.

— Entonces vamos a comenzar desde cero. — Aoi respiro con resignación. — Tal vez un poco de historia nos ayude: En sus orígenes, el japonés no disponía de ningún sistema de escritura. Era por tanto una lengua únicamente oral, y lo sería hasta...

Inosuke volvió a experimentar la misma sensación que sintió con las clases del Pelirrojo, aburrimiento, su capacidad de atención había durado lo máximo ante una situación así. El autoproclamado rey de la montaña se llevó a cuestionar la razón del porqué las personas hacen algo tan inútil como estudiar cosas que pasaron hace mucho, tanto que incluso los protagonistas de las historias ya habían muerto. Además ¿realmente aprender a leer y escribir le va a ayudar en algo? El ya era bueno de todas maneras con las katanas, no necesitaba nada más.

Bueno al menos era mejor que estarse echado en la cama sin hacer nada, y al menos ahora tenía mejor compañía que la de aquellos cazadores tan debiluchos que lo único que hacían es lamentarse.

La presencia de la muchacha le resultaba más reconfortante, aunque aún no sabía explicar la razón de ello, ya que ella solía gritarle, y bastante seguido, en eso se parecía a Monitsu. Pero cuando la chica le hablaba de manera calmada y lo cuidaba era ... bueno, concluyó finalmente por falta de conocimiento de mejores palabras que pudiesen explicar lo que se sentía recibir los cuidados y atenciones de aquella joven con sujetadores de cabello azules.

Su boca y labios no dejan de moverse, estaría hablando de quien sabe qué, Inosuke decide explorar más de aquel rostro, después de todo su mascara evitara que se vea descubierto, amparado por esto último, decide fijar su vista ahora en la blanca tez de la chica, la piel de la chica tiene el color del algodón silvestre de la montaña, Inosuke se pregunta si tendrá la misma suavidad. De pronto se sorprende a si mismo intentando levantar su mano con la intensión de tocar la faz de la chica. Reprime esto último, antes de que la joven se percate de su acción. Se regaña a si mismo por casi hacerlo, el rey de la montaña por poco baja la guardia.

Decide volver a prestar atención a la aburrida clase antes que ser presa de un deseo parecido, algo así solo puede ser obra de un encantamiento o algo similar, esa debe ser la respuesta mas lógica. Pero el es fuerte, se dio cuenta de ello y ahora puede liberarse. Vuelve a enfocar atención a la chica, ahora más a las palabras que a sus labios, y descubre que se ha callado. Ella le está preguntando algo, pero sus oídos han dejado de funcionar. Luego de mucha fuerza de voluntad usada para escapar de sus propios pensamientos, ahora finalmente escucha:

— ¿Inosuke, me estas prestando atención? — Ahí esta otra vez el tono que delata molestia por parte de la joven Kanzaki.

— ¡Claro! — Inosuke se apresura a responder.

— Bien, resume la lección que acabo de darte. — Dijo una no muy convencida Aoi.

— Yo... pues ... — Inosuke decide guardar silencio al verse expuesto.

— Lo que suponía. — Aoi se incorpora y pone sus manos en su cintura adoptando una posición de reclamo. — Creo que esa máscara no te permite escuchar bien. —

Aoi se aproxima al rostro del joven Hashibira con la intensión de despojarlo de la máscara, pero este último evade tales intensiones con un ágil y lánguido movimiento.

— ¡Olvidalo! — Inosuke sujeta con sus manos ambos, lados de su pertenencia amenazada.

— Intento ayudarte. — El tono de la joven cada vez suena más a reproche. —Si quieres continuar con la lección o recibir otra futura clase, debes de dejar esa máscara de lado. —

— Ni nunca. — El joven responde resoluto.

— Bien, entonces creo que es todo. — Aoi se da la vuelta, en actitud de ignorar al, según ella, tonto chico y a su tonta mascara. — Regresa a tu cama ahora mismo, y espera que las niñas te traigan el almuerzo. —

Inosuke obedece, de camino a su habitación nota que se encuentra molesto, lo curioso, es que no es con Aoi, ¿Acaso está molesto consigo mismo?, tonterías, no puede esperar a regresar a su lecho a descansar, tal vez eso le quite esa sensación.

Los días vuelven a pasar, Aoi vuelve a ausentarse por esos lugares, Inosuke empieza a notar una especie de similitud con la vez anterior, pero en esta oportunidad se encuentra completamente resoluto a no dar su brazo a torcer, no señor, en esta ocasión no va a desistir. Después de todo se trata solo de una chica, su ausencia no puede significar mucho y pronto dejara de notar que no está ¿verdad?

Días después, a primeras horas de la mañana, Inosuke se encuentra caminando casi a hurtadillas por la Finca, busca a Aoi, la encuentra en el patio, colgando algunas sabanas con la intensión de orearlas y de desecarlas bajo el sol.

— ¡Raroi! — Aoi se da la vuelta sabiendo que es Inosuke quien la llama, es el único que pronuncia tan mal los nombres de las personas.

— ¿Qué es lo que quieres ahora Inosuke? — El tono de voz usado revela que al parecer los días han puesto de mejor humor a la joven cazadora.

— Yo... Mmm...Me gustaría seguir aprendiendo. — Pronunciar estas palabras resultan casi una proeza para el muchacho.

— La condición previa sigue siendo la misma, vas a tener que quitarte la máscara de jabalí durante las clases. —

Inosuke duda un momento, pero finalmente se resuelve, no llegó tan lejos para nada, luego de unos movimientos lentos y seguramente tortuosos para él, se despoja de su máscara, para demostrar su compromiso con la empresa.

Es la primera vez que Aoi presta atención al rostro del chico, pero no dura mucho, vuelve a fijar su vista en la cesta con sábanas aún sin secar. Continuando con la tarea, añade:

— Regresa a la habitación que usamos para estudiar la última vez, en cuanto termine con esto te veré allí. —

Inosuke vuelve a ponerse la máscara antes de ponerse en marcha. Aoi no puede evitar notar la sangre que ahora se ubicado en sus mejillas, cambiando ligeramente su color y temperatura usual, así como tampoco puede evitar que sienta pequeños vuelcos en su pecho.

             ****************

Hola otra vez, el plan original era poner algunas lecciones reales de japonés en la historia, pero aprender aún lo mínimo es bastante complicado por lo que estás van a tener que ser agregadas a lo largo de la historia, lo cual facilita un montón escribir el siguiente capítulo, por lo que espero y confió en que salga lo antes posible. Por cierto, en una parte de la presente historia use una parte de un articulo que encontré en línea por lo que a continuación voy a hacer uso a la respectiva referencia (sin cita), al menos para dar algo de uso que aprendí en la universidad:

Mosalingua. (2016). Escritura japonesa: Las 3 formas de escribir en japonés. Recuperado de: https://_Pagina_de_Internet_cuyo_Link_decidió_eliminar_Wattpad.com

Tal vez este algo mal, pero como siempre he dicho la intensión es lo que cuenta, como sea gracias por leer y por todo en general — Jul Axel—

Instinto Irracional (InoAoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora