IV

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Una vez que la calma hubo regresado en su pecho y sus mejillas hubieron retomado su color natural, Aoi se presentó en la habitación que fungía como salón de clases. Al entrar se encontró con un Inosuke enmascarado, quien al percatarse de la presencia de la muchacha comenzó el lento e insufrible procedimiento de desprenderse de su máscara de jabalí.

Aoi, ahora más serena, pensó que aún no llega a acostumbrarse a las facciones del rostro del chico, aquel pelo oscuro con extensiones degradadas en tonos azules y sus ojos verdes contrastaban enormemente frente a la voz y el resto del cuerpo de joven cazador. Cualquiera que lo viese sin esa máscara sin duda se llevaría una gran sorpresa.

Estaba divagando, sacudió un poco su cabeza tratando de igual forma de liberarse de aquellos pensamientos.

Decidió comenzar con un breve resumen de la clase anterior rememorando que el chico no había prestado atención. Inosuke esta vez trató de concentrarse lo más que pudo en la lección, más pronto se vio sorprendido a sí mismo con lo interesante que era saber sobre aquella lejana tierra en la que se inició la escritura que trataba de aprender, tierras lejanas con montañas a esperas de ser conquistadas por un rey como él. Casi no podía esperar a recuperarse y poder partir en busca de aventura. Hasta entonces aún tenía las clases de Aoi, a las que debía prestar atención por lo que decidió concentrarse.

—... Los eruditos japoneses empezaron a usar algunos símbolos extranjeros, sin preocuparse por su significado. Estos primeros caracteres puros se llaman . Estos fueron los ancestros de los kana, los caracteres tal y como los conocemos hoy. — La chica había finalizado con la lección del día, antes de marcharse decidió preguntar si el muchacho tenía alguna duda.

— Esa tierra lejana de la que hablas, ¿Dónde queda? —

— Antes de contestar, para realizar una pregunta apropiadamente levanta la mano y hazla. — Aoi continuó — La tierra extranjera a la que te refieres es China, se encuentra lejos de aquí, cruzando el mar. —

Inosuke esta vez levantó la mano, antes de preguntar.

— Si, dime Inosuke. — Congraciada al ver que el muchacho había acatado lo que dijo sin mayor problema.

— ¿Qué es un mar? — El tono con el que hablaba el chico denotaba completa sinceridad, llegando incluso a un tono inocente.

— Una gran porción de agua salada. — Trato de usar palabras y definiciones simples que no lleguen a confundir al muchacho.

— ¿Qué tan grande? — Al parecer había logrado cautivar la curiosidad del muchacho.

— Mucho más grande que todos los campos que conoces. —

— ¡¡¡IMPOSIBLE!!! — Inosuke expreso su suspicacia con bastante efusividad.

— Te digo la verdad. — Aoi cruzo los brazos denotando seguridad frente a lo que aseveraba.

— Yo conozco un montón de campos. — Inosuke se señaló a sí mismo con su pulgar, tratando de dar mayor crédito a sus palabras.

— Aun así, se quedarían pequeños frente a la inmensidad del mar. —

— ¡¡¡IMPOSIBLE!!! —

— Inosuke te estoy diciendo lo que sé. — Los ojos de Aoi se cerraron para dar aún mayor seguridad a lo que decía.

— ¿Alguna vez viste tu misma el mar? — Inosuke se aferraba a esta pregunta tratando de descubrir algún signo de debilidad en la teoría de Aoi.

— No directamente, pero los libros los dicen, y muchos estudiosos realizaron varios mapas también. — Aoi no vacilo.

— ¿Qué es un mapa? — El tono de voz de Inosuke denotaba autentico desconocimiento.

— Son dibujos de lugares reales, representan un territorio a una determinada escala. — Aoi esperó que las palabras usadas no sean un problema al momento de darse a entender.

— ¿Y cómo sabes que todo lo del mapa es real? — Ahí estaba otra vez la desconfianza natural frente a lo desconocido.

— Bueno, aunque los mapas no son totalmente exactos, las personas quienes los escriben tratan de ser bastante precisas al hacerlos, ya que los mapas son útiles al resto de personas al momento de viajar o resguardar un territorio. —

— Hmm. — Inosuke tomaba en sus manos aquel papel con dibujos representativos de la región, objeto que Aoi le había enseñado. — Un mapa, algún día haré un mapa de mi montaña. —

— No soy muy buena con los mapas como para enseñarte, pero podrías aprender cómo hacer uno de algún libro, pero para eso necesitas antes aprender a leer y escribir. — Aoi dio una pequeña sonrisa, estaba complacida al encontrar algún objetivo que ayude y motive el interés de las lecciones en Inosuke.

— ¿Cuándo continuamos? — el autodenominado rey de la montaña mostró el impulso que hasta entonces solo usaba al tratarse en algún combate.

— Mañana después que termine mis labores. — Aoi había procedido a ordenar y guardar el material utilizado en clases.

— Si te ayudo mañana, terminaras antes. — Inosuke se sintió complacido consigo mismo al hallar tal conclusión, por lo que sonrió satisfecho.

— Bueno si... Supongo... — Aoi se sonrojo un poco ante la idea de pasar más tiempo con Inosuke, fuera del necesario para las lecciones.

— Bien, ya me voy. — Inosuke se detuvo, viro sobre si mismo y alzo su mano. —

Aoi tardó un poco al entender a lo que se refería, al hacerlo agrego:

— Inosuke, no es necesario que levantes tu mano para hacer preguntas fuera de las lecciones. — Aun así, la chica se sintió conmovida por el gesto.

— El mapa... yo... — Al joven cazador de demonios se le hacía extraño el acto de pedir las cosas, un rey después de todo debería demandar las cosas que quería ¿verdad?, esta vez haría una excepción.

— Es un mapa de Shinobu-sama, cuando este por aquí le puedes preguntar si puedes conservarlo, hasta entonces va a tener que permanecer aquí con el resto de libros. —

— Bien. — Inosuke trataba de no delatar su decepción fungiendo una actitud despreocupada.

— Inosuke, es hora de que regreses a tu habitación, y esperes ahí hasta el almuerzo. — Aoi uso un tono de voz indulgente con el muchacho, tratando de poner énfasis en la palabra almuerzo, tal vez eso elevaría el animo del muchacho.

Un muy desanimado Inosuke dio abatidos pasos de camino a la habitación de recuperación.

Aoi pensó que ojalá su maestra Shinobu no tardase en regresar de su misión.

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Hola otra vez, perdón, pero tengo que preguntar ¿Soy el único que generalmente olvida que el contexto histórico de Kimetsu no Yaiba no es tan antiguo? En el examen de selección del cazador, Tanjiro confirma que la historia se da en el Periodo Taisho en Japón (1912 – 1926). Mi problema esta en que se me da por pensar que el anime trascurriese en una época mucho más antigua, algo más tradicional, creo que soy llevado a pensar así por los atuendos de los personajes y la estética de la serie.

El caso es que casi siempre por pensar así, escribiendo, obvio algunos detalles juzgándolos de ajenos para la época pero que no lo son. En fin, pues eso, me surgió la duda por si alguien mas tiene la misma idea de que la historia de Tanjiro es mucho más antigua, bueno 1912 puede sonar antiguo, pero no tanto considerando que en ese año se dio el naufragio del Titanic, y no sé, se me hace algo extraño tomar eso en cuenta.

En fin, estaba divagando, gracias por leer y por todo en general, los aprecio un motón. —Yul Accel —

Instinto Irracional (InoAoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora