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—¡Tae, más a la izquierda!
—¿Aquí?
—Un poquitín a la derecha.
—¿Y ahora?
—¡Sí, justo ahí!
TaeHyung soltó un suspiro antes de mirar a SeokJin. —Nunca creí que colgar un cuadro fuera tan complicado.
—Las mejores cosas toman tiempo.
Ding dong.
—Iré a ver quién es —informó acercándose a la puerta, grande fue su sonrisa al ver quién era.
—¡Mamá!
—Hola, TaeTae, olvidé avisarte que vendría, ¿me invitas a pasar? —sonrió dulcemente al finalizar su abrazo.
—Pasa y siéntete en tu casa. Quiero que conozcas a alguien.
—¿Una linda señorita? —preguntó observando a su hijo.
—Nop. No es ella, es él.
—¿Él?
—SeokJinnie, ven.
El mayor salió tímidamente evitando la mirada de la mujer; debía mantener la calma y hacer como si fueran desconocidos aún si las ganas de estrangular a la mujer fueran mayores.
TaeHyung era el único ajeno al tenso ambiente.
—Mamá, él es Kim SeokJin. Mi novio. —sonrió orgulloso tomando de la cintura a su pareja. —Bebé, ella es mi madre.
—¡Oh, pero que jovencito más lindo! —se acercó a abrazarlo fuertemente. A pesar de su baja estatura, la señora Kim poseía una gran fuerza, dejó a SeokJin sin aliento por unos segundos. —Como me hubiera gustado conocer a un chico tan lindo como él en mi juventud. Se ve muy dulce. —dijo con hipocresía camuflada de una falsa felicidad, lo que menos quería sucedió. Se podía observar claramente el odio en los orbes de la mujer, SeokJin quería decirle que el sentimiento era mutuo, lastimosamente no estaban solos en la habitación.
—Mientras se conocen, iré a comprar ingredientes para hacer la cena.
Que oportuno.
Con sus llaves en mano, se dirigió a la puerta—. Espero se lleven bien.
—No te preocupes, Tae. SeokJin y yo nos llevaremos de maravilla, ¿cierto, cariño? —sonrió cínicamente al rubio.
—Sí, señora. Estaremos muy bien, TaeHyuggie, no te preocupes.
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