Eran las 10:30 y ella no llegó, así que hice lo que le había dicho al doctor Grillo y fui a su departamento. Empecé a tocar su puerta y a gritarle pero ella no abrió.
Y no fue hasta que alguien me jaló del brazo
-¡Robin ¿pero qué rayos te pasa?!
Era Regina, sin duda la había regado otra vez.
-Perdón, quería que me devolvieras las cartas
-No, son mías
-Sí, pero.... Pero no debí habértelas dado
-¿Por qué no?
Viendo que me tardaba en responder abrió y me hizo un gesto para que pasara.
-Porque las escribí con la intención de desahogarme pero no de que las leyeras
-Bueno, ¿Qué te parece si las leemos juntos?
-¿No las has leído?
-Hasta ahorita... No
Sacó una de las cartas y comenzó a leer en voz alta
-Regina, me duele tanto que no me hables, pero más me duele que no me des la oportunidad de explicarte lo que pasó...
Yo comienzo a intentar tomar la carta, pero sin lastimarla.. Y no saben lo jodidamente difícil que es eso, pasamos del recibidor a la sala, brincamos la mesa y forcejeamos un poco en el sofá.
-La verdad no sabría ni que decirte, he pensado mucho en esa mañana y no sé como es que Sheila llego hasta mi lado... Yo sí sé ¿Te digo cómo?
-¡Regina ya por favor!
-A la última persona que esperaba que estuviera a mi lado era ella, digo, no te esperaría a ti, pero a ella menos... Ah pero que amable de tu parte, mucho hombres tendrían suerte de despertar a mi lado
Pasamos a la cocina, ella no tenía ningún cuidado por su bienestar, quité algunos vasos, un par de jarrones que le pudieron pegar, incluso un cuchillo.
-En fin, ojalá me dieras la oportunidad de explicarte lo que pasó aquella noche. Robin... Pero que aburrida carta, ten
Dijo poniendo la carta en mi pecho y abriendo casi a la par la segunda. Esa era la que más miedo me daba que leyera pues en esa decía todo lo que había imaginado.
-Regina, ya que no me das la oportunidad de explicarte lo que pasó en aquella fiesta te lo explicaré...
Ella corrió rápidamente a su recámara y yo fui tras ella, intentó cerrar la puerta, pero la punta de mi pie lo impidió.
-Verás, después de que Sheila cayera en mis brazos la dejé y fui a buscarte a todos lados hasta que te... Encontré en el parque...
Esto último lo dijo en voz baja.
-¡Regina deja esa carta por favor!
Tomé vuelo para derribar la puerta con el riesgo de que ella estuviera detrás, empecé a correr y Regina abrió la puerta, su mirada estaba en la carta por lo que no me vio y ya era demasiado tarde para frenar, así que caí sobre ella.
-¿Estás bien?
Aún estaba arriba de ella, pero mi peso estaba apoyado en mis brazos.
-Si.. ¿Es verdad lo que pusiste en la carta?
Yo no sabía que responderle, solamente la miraba y ponía todas mis fuerzas en evitar besarla.
-Robin ¿Es verdad?
-No lo sé
-¡¿Cómo que no lo sabes?!
-Había tomado mucho Re... Yo hubiera jurado que si... Pero luego desperté al lado de Sheila y me entraron las dudas
-Seguiste mi voz hasta la banca de un parque, empezamos a hablar de lo ebrios que estábamos y las razones, las cuales eran patéticas, cuando te dije que te vi besar a Sheila me dijiste que tu estabas pensando en mi, nos besamos
En ese momento Regina miro brevemente mis labios
-Me dijiste que no querías besarme estando ebrio y me acompañaste a mi departamento, allí nos volvimos a besar y me dijiste que me amabas...
-Así es ¿Te lo aprendiste en una leída?
-Fui a tu departamento al día siguiente para saber si eso había sido real
-¿Qué? Entonces ¿Lo es?
- Eso parece
-¿Pero cómo llegó Sheila a mi cama?
Duré un momento pensando hasta que recordé que estaba muy ebria y quería mi recámara para dormir.
-¡Oh vaya!
-¿Qué?
-Ella estaba ebria y quería dormir, así que le preste mi cama
-Eso no explica que hacía sobre ti a la mañana siguiente
Me estaba perdiendo en su mirada, tanto que apenas pude escucharla
-Ella... creía que podía volver conmigo
Me fui acercando lentamente a ella
-Entonces ¿No pasó nada entre ustedes?
Susurró
-Parece que no
Susurré
-Que bueno
Cada vez nos faltaba más la respiración
-¿Ah si?
-Sí
-¿Por qué?
-No sentiré culpa de besar al novio de alguien más
Dicho eso me tomó de la playera y me beso, sus labios eran suaves, pero sus besos estaban llenos de deseo, puso sus manos en mi espalda con la intención de quitármela, pero yo me separé rápidamente.
-¿Qué pasa? No estas ebrio ahorita
-Pero estoy sudado
-Así me excitas más
Me sorprendió mucho escuchar a Regina expresarse así de mi, pero a l vez me excito.
Nuestro beso volvió a surgir y también las intenciones de Regina de quitarme la playera, que fue algo que logró fácilmente. Se tomó un momento mirando mi pecho y lo tocó, pero yo volví a nuestros besos, le pregunte con la mirada si podía quitarle su blusa. Segundos después ella cerró los ojos.
-Ajá
Se la quite de tal manera que ella quedó con las manos sobre su cabeza, y pensé que sería más sexi detenerle las muñecas de tal forma que ella no se pudiera mover. Así que la tomé de las muñecas y empecé a besarle el cuello.
- Robin... Robin.. Robin, para por favor... ¡Para!
Una vez que mi cerebro comprendió esas palabras paré y me hinque entre sus piernas.
-Perdón ¿Te he lastimado?
-No
-¿Está todo bien Re?
-Es que no quiero que nuestra primera vez sea así, a mí primero me gustaría tener algunas citas y que el momento se dé sólo
-Entonces ¿Eso es lo que quieres? ¿Una cita?
-Me gustarían por lo menos 2
-Bueno ¿Qué te parece mañana?
-Vaya, no te haces esperar... ¿Mañana no tienes trabajo?
-Sí, salimos a la misma hora ¿Qué te parece si después del trabajo nos arreglamos y te llevó a una cita
-Bueno... Me parece
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¿Cuánto durare sin ti?
FanficEsta no es la típica historia en la que un chavo y una chava se enamoran. Robin Locksley es un militar que después de cinco años regresa a casa con su novia, pero a quien verdaderamente ama es a su mejor amiga Regina.