La boda

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Los nervios la estaban consumiendo, parecía que había sido tan solo el día de ayer en que le había propuesto matrimonio a su novia. Si bien, se habían casado hace ya un buen tiempo, pero esta vez lo harían formalmente, la celebración sería más íntima, pero hermosa. La habían planificado hace dos meses, los cuales parecían que habían pasado volando. Sin darse cuenta el día había llegado... Ese tres de octubre se casarían.

Las novias estaban en dos extremos distintos del extenso terreno de su lugar favorito, el campo de flores. Rumi se encontraba en el lado izquierdo, ella estaba maquillándose cuidadosamente en esos momentos, colocó suavemente el color lila en sus ojos y colocó un pequeño delineado, después de todo no quería parecer un payaso con tanto maquillaje. Una vez que terminó se vio en el espejo que tenía a mano, solo faltaba colocarse el largo velo blanco.

— Te ves hermosa, Rumi-chan — dijo un hombre de cabellera rubia y alas rojas — ¿Estas nerviosa?

— Como nunca, Keigo-kun — respondió la chica — Ahg, tengo la sensación de que mis piernas me fallaran cuando vea a Fuyumi.

— Es normal — Takami tomó el velo y se lo colocó en la cabeza, sin estropear su elegante moño — Solo promete no exagerar con el beso — la mujer rio por el comentario.

— Me será difícil, pero lo intentaré.

— Vamos, que tu futura esposa te esta esperando.

...

Fuyumi jugaba con su cabello... En solo unos minutos... En solo unos minutos se convertiría en la esposa de su amada coneja, estaba tan emocionada, pero al mismo tiempo triste... Deseaba que todos sus seres queridos estuvieran presentes en ese día tan importante. Su madre abrazándola y deseándole felicidad, a su desaparecido hermano mayor, Touya, llorando a mares, porque su hermanita se había casado, a Natsu riendo e iniciando un brindis por la pareja y a su hermanito Shouto acompañándola mientras esperaba.

— Nee-san — como si su súplicas fueran escuchadas, parado al lado suyo se encontraba el menor con la cicatriz — Estoy muy feliz por ti...

— Oh, Shouto... — sintió que iba a llorar, el joven la abrazó para calmarla — Muchas gracias y gracias por venir.

— ¿Y perderme el día más importante para mi hermana mayor? ¡Ni loco!  — el chico le dio una sonrisa a la albina — Ni siquiera los villanos te arruinaran este día, me encargaré de ello.

— Gracias, Shou... — cerro los ojos e inspiró profundamente — Estoy lista.

— Bien, entonces yo me voy adelantando — apretó un poco su agarre antes de soltarla y besar la mejilla de la mujer — Nos vemos allá, Fuyumi-neesan.

...

Las dos femeninas estaban frente a frente, el rubí y los turquesas chocaron como la primera vez que se encontraron, las manos encajaron perfectamente una con la otra, avanzaron lentamente por los arcos decorativos que habían, todos con flores azules y lilas, combinando con los vestidos de las novias, ambas sonrieron ampliamente, a pesar de que faltaban personas importantes en sus vidas en ese momento, siguieron sonriendo, porque nadie interrumpiría esta unión.

Cuando llegaron al lugar en el que esperaban los hermanos de la más alta y el amigo de la coneja, pudieron ver unas siluetas, pero... ¿Quiénes eran? Siguieron avanzando y las siluetas tomaron forma. Al lado izquierdo se encontraban una mujer de piel morena, con larga cabellera pelirroja y ojos negros, a su lado estaba un hombre con apariencia de un conejo, los padres de Rumi. Mientas que al lado derecho se encontraba una mujer de aspecto jovial, cabellos blancos y ojos grises, Rei se encontraba de pie al lado de sus hermanos. Las dos mujeres pararon su marcha para observar a los inesperados invitados.

Notas y flores a mi linda conejita [YURI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora