05: mother

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Sus ojos se abrieron, casi nunca tenía problemas para hacerlo en la mañana.

Le estaba dando la espalda a la ventana, y lo único que veía, era la suave piel de Joseph.

Su mano comenzó a acariciar su abdomen, subiendo a su pecho, terminando en su rostro.

Su perfecta mandíbula, sus labios, absolutamente todo.

Con el hecho de poder tocarlo, se imaginaba como podría llegar a ser.

Tal vez por eso, Joseph despertó, tomando su mano para dejar tiernos besos en ella.

Tomó su mascarilla, colocándosela y volteó a mirar directamente a JeongIn.

—Buenos días —dijo con su voz ronca.

—Buenos días, lindo —acarició su cabello.

—... ¿Cómo te sientes?

—Perfecto —sonrió—. Sólo que no imaginé que mí primera vez sería a lo Grey.

Rió—. No te hice nada que Christian haría, sólo cubrí tus ojos —pasó su pulgar por los párpados, delineando cada uno.

JeongIn cerró sus ojos, dejándose acariciar por su novio.

No tenía idea de qué hora marcaba el reloj, sólo que quería quedarse allí por siempre.

—¿No tienes clase?

—A la mierda la clase —recargó su mejilla en la mano contraria.

—Innie, esa lista nos llevó horas —tomó asiento—. Y tú tendrás esos puntos extras.

Joseph tomó sus prendas del suelo, comenzando a vestirse.

JeongIn se enderezó, observando cada movimiento de su novio.

Lo cual sólo le recordaba la noche anterior, que hasta intentaron tomar una ducha juntos, con él de espaldas todo el tiempo.

Era muy extraño el tipo de contacto que tenían, lo sabe, pero le gustaba.

Un amor único, y él lo tenía todo.

—¿Qué miras? Vístete —caminó a su armario, arrojando una camiseta—. Haré el desayuno.

Finalmente quedó sólo en su habitación.

Mientras se vestía, tomó su teléfono, marcando a Tzuyu.

—¡Hola lindo, me levanté temprano por fin!

—Estoy orgulloso —rió, abrochando su cinturón—. Noona... Tengo que contarte muchas cosas.

—Ya lo veo, dijiste Noona —bufó—. ¿Qué pasó?

—Eh... No sé cómo comenzar.

—Mmm, ¿Te gustaron los anillos?

—... ¿Tú sabías?

—Oh, mierda. No le digas a Batman, en serio.

—No iba a decirle —tomó algo de colonia—. En fin, nosotros... Eh...

—¿Eh...?

—Tuvimos... Ah, ya sabes, sólo quieres escucharme decirlo.

La joven salió de su cuarto, a la cocina, abriendo el refrigerador—. Ajá, tienes razón. Aguarda... ¿Viste su rostro?

—Eso quisiera —cerró su clóset, tomando su teléfono—. Yo... Tenía vendados los ojos.

—A la mierda —rió—. Entonces fue intenso.

𝑾𝑯𝑶 𝑰𝑺 𝑯𝑾𝑨𝑵𝑮 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑱𝑰𝑵? ─hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora