A pesar de que Tamaki sabía perfectamente que sus sentimientos ocultos le darían problemas, de todas formas disfrutaba pasar tiempo con ese chico rubio lleno de alegría y que le abrazaba sin pedir permiso, sin importarle que otras personas les vieran, sin importarle que a Amajiki le diera vergüenza, Mirio siempre le abrazaba, tomaba por las mejillas para sonreirle y lo usaba como almohada cuando se sentaban en el suelo. A Tamaki nunca le importó realmente esas cosas, le parecía agradable tener la cabeza del chico recostada en sus piernas, amaba acariciarle el cabello rubio mientras escuchaba como este contaba historias de sus salidas o algun dato interesante de los héroes que le gustaba, de vez en cuando Amajiki tambien decía un pequeño comentario para luego seguir escuchando y le hubiera gustado que eso nunca se acabara, pero la vida siempre termina recalcandote las cosas que estas haciendo "mal".
Luego de unos largos exámenes de admisión para entrar a la escuela número 1 para heroes en Japon, Tamaki y Mirio fueron aceptados, aunque les dejaron en cursos distintos. Ese verano el pelinegro fue de viaje con su familia para celebrar el logro de este, por lo que no pudo ver a su rayo de sol en 3 meses y si bien hablaban de vez en cuando por teléfono, estas llamadas no duraban más de 10 o 15 minutos, por lo que el primer día en la UA era ansisamente esperada.
Mirio, por otro lado, estuvo ejercitando y estudiando antes de entrar a la UA, su único cambio fue que ahora tenía pareja, en una de sus salidas con sus amigos, estos le presentaron a algunas chicas y una de ellas quedo enganchada con él, luego de salir por 2 meses como amigos, la chiquilla se le declaró y Mirio solo aceptó. No le había contado nada a Tamaki sobre ella, no sabía si porque le parecía algo poco importante o porque prefería hablar de otras cosas, además de que siempre recordaba a la chica luego de hablar con su amigo, pero nunca en medio de estas.
-¡Tamaki!-. Gritó Mirio para abrazar y elevar a su amigo, el rubio habia crecido bastante y su amigo le llegaba a los hombros, por lo que le era fácil elevarlo por los aires. Entre avergonzada y feliz, el pelinegro se tapó la cara con las manos para no ser visto, a lo que su amigo solo sonrió para atraerlo pasando su brazo por los hombres del más bajo.
-No has cambiado nada, me alegra que hayas pasado los exámenes, aunque estaremos en distintos cursos. Ya sé, nos veremos en los recreos, te iré a buscar a tu sala y nos sentaremos en uno de los arboles ¿te parece?
-S...sí, esta... Esta bien, Mirio.
-Vamos a entrar ¡Este año será genial!¡Primer paso para ser héroes profesionales!-. Dijo el chico rubio con norable alegría, incluo esta fue contagiada por los alumnos de alrededor quienes ahora reían y Tamaki no quedó atrás, dio una pequeña sonrisa para mirar al suelo mientras Mirio le llevaba hasta las salas. Grande fue su sorpresa cuando una chica se les acercó para saludarles, esta besó al rubí quien no se quejó y le sonrió con alegría. El pelinegro quedó en un pequeño shock, muchas preguntas llegaron a su mente, sus manos comenzaron a temblar y agradeció al timbre que daba inicio a las clases para tomar de excusa el irse rápido.
-¡Nos vemos en el recreo!-. Escuchó Tamaki que le dijo Mirio, pero él no respondió. Las clases fueron extrañas al principio, les hicieron unas pruebas para saber que Quirks tenían y como estaban físicamente, el pelinegro había quedado entre los primeros 10, por lo que no se preocupó, mas su cabeza seguía dando vueltas acerca de esa chica ¿Sería su amiga? ¿Se besaba con sus amigas? No, Mirio no era esa clase de persona¿Quizás era..? Claro que lo era, odiaba admitirlo, pero esa chica era novia de Mirio. De tan solo pensar en esas palabras, su corazón se sintió apricionado, golpeado y cortado, sin darse cuenta unas pequeñas lágrimas comenzaron a caer por su rostro, trató de quitarselas, pero estas no paraban, decidió tomar fuerzas para levantar la mano y,en un susurro casi inaudible, pidio permiso para ir al baño, agradeció que sus compañeros fueran callados por lo que no tuvo que repetir dos veces sus palabras y su profesor, aunque le pidió explicación, le dejo ir. El maestro Ishiya.a a veces podía ser un sobreprotector con sus alumnos, aunque recien los acababa de conocer, de todas formas Tamaki prefería quedarse sus problemas para el mismo.
"-Debes calmarte, Tamaki Amajiki, sabias que tu amor no era correspondido y que jamás lo será-".
Se dijo el chico mientras mojaba su cara, aprovecho de utilizar el baño y mientras estaba en este, escuchó como alguien entraba al lugar, no le tomo importancia y siguió en lo suyo. Estaba por salir cuando sus ojos reconocieron el pelo rubio tan singular del chico de sus pensamientos, instintivamente cerró nuevamente la puerta e intentó calmarse, sintió algo que nunca habia sentido en todos esos años con el rubio, su respiración se vivió agitada más de lo normal y sentía que sus ojos se aguaban, comenzaba a dolerle el corazón de una forma horrible, su cuerpo tembló y por su mente solo pasaban las palabras "idiota", maldijo en un susurro cuando escuchó la voz del chico desde afuera.
-Oiga compañero ¿Esta todo bien? Escuché que hiba a salir y se volvió a entrar-. Habia dicho el rubio, poniendo más nervioso al chico y haciendole querer irse de ese lugar. Tamaki volvio a sentirse como cuando era un niño y no quería ir a la guardería, pero esto era mucho peor, unas 10 veces peor.
-¿Necesitas algo? Si quieres puedo llamar a un maestro o a la enfermera, espera aquí, ya vuelvo-. Dijo el rubio. Tamaki escuchó como este corrió hacía afuera del baño y cuando por fin hubo silencio, su cuerpo se calmó un poco, sus ojos volvieron a la normalidad y agarrandose el brazo con una mano, respiró hondo para suspirar. Salio del lugar, inspeccionó que realmente no hubiera nadie y salio a paso veloz devuelta a su sala, justo cuando estaba por tocar la puerta para entrar, tocaron el timbre, por lo que sus compañeros salieron de la sala y si bien algunos le veían extrañados, otros simplemente lo ignoraban. Una chica de pelo largo fue la excepción, se le quedó viendo poniendo nervioso al chico de pelos negros, quien puso su cabeza en una pared sintiendose atacado, a lo qud la chica rió suavemente.
-Soy Nejire, un placer conocerte- . Le saludo la chica con una sonrisa, a lo que Tamaki le dio una pequeña miranda para verla y sentir una calma, se alejo de la pared para acercarse a ella mirando el suelo.
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-Rayo de Luz-Miritama
FanfictionSolo habia una cosa que Tamaki odiaba más que cualquier cosa en el mundo, ver los dias nublados y fríos, por suerte logró encontrar un rayo de luz que nunca se iría ni acabaria. ¿Quién diría que ese rayo de luz sería un chico con cabello tan rubio c...