Justo cuando Amajiki estaba por irse a su casa sin problemas, Mirio le detuvo, literalmente se le puso en frente haciendole chocar, caer y detenerse.
-Lo siento, no era mi intención que cayeras-. Dijo el rubio con una sonrisa amable mientras estrechaba su mano para ayudar al pelinegro. Tamaki miró a otro lado para pararse solo, rápidamente habló.
-No te preocupes, debo irme.
-¡Te acompaño! Hace tiempo no visito el restaurante de tus padres y mi padre me pidió que llevara algo de comida-. Tamaki maldijo en lo bajo para luego volver a caminar y ser seguido por Mirio, quien parecía feliz por estar con él.
-Oye Tamaki, queria saber si... Si podemos hablar
-Ya lo estamos haciendo¿No?
-¡Sí! Pero me refiero a hablar como antes, hace tiempo no lo hacemos y quería saber si te gustaría hablar-. El chico más bajo alzo los hombros para demostrar su timidez ante su respuesta, mas lo dijo sin titubear.
-Esta bien-. Solo eso basto para que Togata sonriera y siguiera caminando. Luego de una caminata, un alegre saludo por parte de la familia Amajiki y una comida en preparación, los chicos fueron a la habitación del dueño de casa.
-Sientate donde quieras, me voy a cambiar y vuelvo.
-Esta bien-. Mirio esperó unos minutos mirando la habitación, no habia cambiado demasiado, a excepción por unos dibujos que le llamaron la atención, por lo que camino hasta estos y los vio mejor. En uno salían dos chicos viendo al cielo estrellado, otro era un perfecto retrato de ellos cuando pequeños y un último donde salía él sonriendo. Escuchó la puerta del baño abrirse para ver a su amigo vestido con ropas normales, este le miró un momento y se acercó casi corriendo para sacar sin cuidado alguno los dibujos, incluso rompio la esquina de uno.
-No sabia que dibujabas.
-So...solo lo hago a veces, es... Es algo personal
-Hm... Me gustan, ese retrato de cuando eramos niños ¿lo sacaste de una foto?
-em... S...sí
-Yo tengo la foto, mamá me la dio y la tengo en mi escritorio de estudio, siempre la veo cuando estoy haciendo los deberes. Explicó Mirio mientras miraba el dibujo en la mano del pelinegro. Sin pensarlo, tomó la mano donde estaba este, la abrió entrelazando sus dedos con esta y sacó el dibujo, miró como Tamaki estaba temblando de vergüenza por ese tacto y sin querer soltó una risa.
-No dejemos que este dibujo se arruge ¿sí? Es algo apreciado
-s...sí
-Tamaki, quiero saber la verdad de lo que te ocurre, mientras estabas en la cocina tu madre me dijo que ellos no habían dicho nada sobre tu rendimiento porque ya sabían que eres lo suficientemente inteligente para adaptarte, me mentiste. Eso es lo de menos, quiero saber que te ocurre, que te ocurrió cuando tuviste el ataque de pánico ¿Fue algo que dije o hice? Porfavor dime para poder mejorarlo-. Pidió el rubio tomando las manos de Tamaki para ponerlas en su corazón y sin saber porque, decidio soltar su declaración final, como si al sentir las manos de este en su pecho pudiera sentir determinación y el valor necesario para decirlo.
-Me preocupas, Tamaki, me preocupas mucho porque me gustas, desde hace un tiempo ya que lo haces-. Fueron las palabras directas y firmes de Mirio. Amajiki abrió los ojos para verle, no había señal de enojo, molestia o mentira, era una mirada sincera y llena de compasión, por lo que termino derramado algunas lagrimas.
-Y..yo... Lo siento.... Lo... Lo siento mucho, Mirio-. Fueron todas las palabras que pudieron salir del chico. Togata se acercó un poco más para abrazarle, abrazo que fue aceptado por Tamaki,quien incluso apretó un poco al rubio, entre sollozos y la calidez de ese abrazo, Mirio beso el pelo del más bajo para hacerle sentir más seguro.
-Quiero que me hables de ti, Tamaki, de tus sentimientos. Dime que quieres que haga para no hacerte sentir así.
-...Amame-. Dijo en un susurro casi inaudible, y digo casi porque Mirio al estar tar cerca, logró escucharlo a la perfección, como respuesta le abrazó un poco más para soltar una risa.
-Ya lo hago, lo hice desde que me di cuenta de lo difícil que se me hace vivir sin ti.
-¿Me amas?
-Te amo, pero ¿tu lo haces?-. Preguntó el rubio separandose y viendo al chico de pelo negro, mirada timida y con orejas de elfo. De verdad que jamas se cansaría de verle, su actuar tan tímido, sus palabras temblorosas, sus ojos rasgados que le hacian ver mas tierno de lo que su actuar le hacia ver y por supuesto amaba sus orejas de elfo, le hacian ver alguien adorable.
-Y..yo... Tambien... Tambien me gustas
-¿En serio? ¡¿De verdad?- preguntó el rubio obteniendo como respuesta un asentimiento, con mucha alegría y entusiasmo Mirio abrazó y elevó al chico para besarle, sorprendiendolo.
-Me hace tan feliz escuchar eso, de verdad eres el mejor, Tamaki
-Mi...Mirio acabas de...
-Ah,sí, perdona, me deje llevar por la emoción ¿Te molestó?
-hm... N...no, pero... Era mi... Mi primer beso-. Dijo Tamaki con vergüenza, haciendo que Mirio le sonriera y le tomara las manos.
-Para mi es un honor ser el primero, ¿Me permites ser el primero en amarte?-. Un nerviosismo revolvió el corazón de ambos chicos, Mirio esperaba la respuesta mientras que Tamaki buscaba que decir y por fin unas palabras fueron dadas.
-Sí-. Solo eso bastó para que Togata pudiera sonreir y volver a estrechar al pelinegro entre sus brazos, haciendo que le reclamara en bajo por el acto hasta que ambos terminaron acostados en la cama con una sonrisa, la de Mirio era una gran sonrisa y la de Tamaki era pequeña, pero demostraba como se sentía: tranquilo y feliz.
El primer acto por iniciativa propia de Amajiki fue tomar la mano de Mirio, quién le miró un momento con sorpresa para luego sonreirle, haciendo que el chico cerrara los ojos disfrutando de ese momento en donde solo estaban ellos dos y las nubes que parecian estar listas para dejar caer sus primeras gota, mas eso no le importo a Tamaki, porque volvía tener a su sol, a su rayo de luz.
-Chicos, sera mejor que no salgan, la lluvia vendrá fuerte, Tamaki saca ropa de tu padre para prestarle a Togata-kun y será mejor que le avise a su padre de su demora.
-Esta bien, mamá-. Respondió el chico desde su pieza, a lo que la madre bajó sin problemas. Mirio buscó su teléfono para marcarle a su padre y mientras Tamaki habia salido en busca de ropa para él, la lluvia comenzó, sin embargo ambos chicos parecían estar en otro mundo sin prestarle mayor atención.
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vuelve lo soft uwu
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-Rayo de Luz-Miritama
Fiksi PenggemarSolo habia una cosa que Tamaki odiaba más que cualquier cosa en el mundo, ver los dias nublados y fríos, por suerte logró encontrar un rayo de luz que nunca se iría ni acabaria. ¿Quién diría que ese rayo de luz sería un chico con cabello tan rubio c...