3- Una nueva amiga

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-Humm... Te ves triste, estabas llorando cuando pediste ir al baño ¿cierto? Tranquilo, yo tambien lloro a veces cuando estoy en esos días, aunque claro tu eres hombre, pero no le quita el hecho de que puedas estar en algo parecido a esos dias-. Hablaba la chica, a lo que el Amajiki solo pudo quedarse escuchando y seguirla mientras caminaba.

-Entonces ¿Tu eres?-. Le pregunto Nejire, llamando la atención del pelinegro.

-eh.. M...me llamo Tamaki Amajiki-. Dijo con timidez, haciendo que la chica le sonriera y volviera a hablar.

-Bueno, Amajiki-sempai, ¿Qué te parece ir al comedor juntos? Te informaré lo que dijo el profesor luego de que te marcharas ¿si?

-Bueno-. Respondió en un susurro el chico, sabía que Mirio le estaría esperando debajo del árbol en que acordaron verse en todos los recreos, pero corazón no podría soportar el verlo con esa chica que apareció de repente, al menos en ese momento no podría y con eso en mente, se dirigió junto a Nejire al comedor. La chica le contaba sobre el horario que tomarían, algunas clases de héroe que tendrían para luego pasar a nombrar profesores que harían cada asignatura, tanto normal como de héroe y para cuando sonó el timbre, ma chica ya habia terminado de informarle todo.

-Ahora nos tocan clases de matemáticas, la profesora será la heroína Midnight, supongo que la conoces, dicen que es algo aterradora, pero explica muy bien-. Dijo la chica cln entusiasmo, sin embargo Tamaki no le tomaba demasiada atención, pensaba en como vería a la cara a su mejor amigo luegl de haber tenido esa reacción, sin darse cuenta se detuvo mirando al suelo y Hado lo notó, por lo que sin pensarlo, le habló con sinceridad.

-Estas muy mal, deberías hablar con alguien, si quieres puedo escucharte y tratar de ayudarte, o podrías hablar con algun adulto. ¿Amajiki-sempai?-. El chico miro con un semblante triste a la chica, quien sin importarle su comportamiento, abrazó al chico como una madre protegiendo a su hijo y escuchó como este comenzaba a sollozar, ambos chicos estuvieron unos minutos en el pasillo, hasta que un maestro se les acerco.

-Ya tocó el timbre, deberían ir a clases... ¿Esta bien tu amigo?

-hm.... Sí, sí,  no se preocupe Yamada-sensei, ya iremos a clases, pero acompañaré a mi compañero al baño.

-Usted no puede entrar al baño de chicos, señorita.

-Lo esperaré afuera, si no me cree nos puede acompañar-. El hombre de gafas y pelo rubio lo pensó un momento, confiaba en los alumnos de esa academia, pero algo le decía que ese chico no estaba del todo bien y su instinto de héroe le hizo aceptar, por lo que caminó junto a ambos jovenes hasta el baño y vio como la chica soltaba la mano de su compañero.

-Ve a lavarte la cara, Amajiki-sempai, te estaré esperando aquí afuera.

-...no... No te veyas... Por favor

-Tranquilo, no me iré a ningun sitio, lo prometo-. Tamaki se pasó las muñecas por los ojos mientras asentía levemente, el profesor posó su mano en el hombro del chico y lo dirigió al baño para ver como este se lavaba la cara, con calma y amabilidad, Yamada habló.

-Veo que no has tenido un muy buen día, ¿Quieres hablar de ello?-. El chico no contestó, solo miraba su reflejo en el espejo y trataba de pensar en algo agradable, algo que le hiciera feliz, que mala idea fue buscar eso, la unica persona que le hacia feliz era Mirio y lo que más amaba era su sonrisa. Sin poder evitarlo, pequeñas lágrimas volvían a salir, haciendo que el adulto se preocupara y se acercara.

-Chico, ya se que no confías en mi, recien nos conocemos y no soy el más indicado para hablar, pero de verdad deberias hacerlo, quizás con tu amiga te sientas más tranquilo, vamos-. El rubio lo llevó con calma hasta la chica quien esperaba ansiosa y preocupada por su compañero. Al verle otra vez con lágrimas en los ojos, lo volvió a abrazar y aunque Tamaki agradecía esa agradable sensación, no podía sentirse bien con ello, el unico que lograba subirle los animos era la persona que ahora lo tenía triste, aquella que le habia dicho que sería su guardián, quien lo protegería y cuidaría por siempre, quien le habia dicho que él era la razón por lo que seguia avanzando, quien le habia hecho sentir mariposas, quien dio vuelta su mundo transformando los dias frios en calidos con una sonrisa, Mirio Togata era el único que podría hacerlo sonreir en esos momentos de tristeza. ¿Sabían que la vida puede ser cruel? Pues asi lo vio Tamaki cuando escuchó la voz que menos quería escuchar, se congeló sin poder siquiera respirar y tanto su profesor como su compañera se percataron de ésto.

-¡Tamaki!

-Amajiki-sempai, te estan llama...¿¡Amajiki-sempai!?-. El chico estaba temblando, su mirada parecía  pérdida y su respiración le fallaba, sintio como si el mundo le diera vuelta e incluso pensó en que se caería en cualquier momento,  de no ser por su amiga que le sostenía.

-¡Tamaki!¡Al fin te encuentro!

-Amajiki-sempai te estan llamando ¿Es un amigo tuyo?-. Preguntó la chica mientras enderezaba al chico, el profesor le vio un momento y supo que estaba ocurriendo

-¡Chica, necesito que traigas un vaso de agua rápido!

-¿Estará bien?

-Sí,  es un ataque de pánico, pero estará bien, mi amigo sufría de estos ataques, se como controlarlo-. Con esa explicación, la chica quedó más conforme y sin rechistar corrió a donde el chico de pelos rubios estaba acercándose.

-Amajiki-sempai está teniendo un ataque de pánico, necesitamos traer agua y un vaso-

-¿Un ataque de pánico?¿¡Tamaki esta con un ataque?! ¡¿Esta bien! ?-. Preguntó el rubio mirando hacia donde su amigo estaba con el profesor, quien parecía hablarle sin recibir una respuesta. La chica le sonrió y lo tomó del brazo para correr

-Soy Nejire Hado y Amajiki-sempai esta bien, vamos-. Y sin poder decir más, Mirio fue arastrado por la chica en busca de un vaso y agua.

-Rayo de Luz-MiritamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora