Capitulo 7

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La mirada de la chica recorría el salón viendo como este quedaba cada ves más vasio, como una madre preocupada volteo a ver a sus compañeros, estos permanecían calmados, miró al peli-rojo y no había muestra de duda en sus ojos.

—¿Pasa algo?

—Realmente crees firme mente que podrán pasar.

—¿Tu no? ¿No confías en nosotros?

El chico la miró de reojo dejándola en un pequeño trance, realmente no lo asía, tenía miedo, pero en el fondo sabía que sus compañeros eran fuertes y aunque no lo fueran, están obligados a llegar al final, la chica Sonrió y asintió.

—Si, lo hago.

El peli-rojo Sonrió levemente y volvió su mirada al frente, la chica imitó su acto viendo como el rubio subía la mano contra su voluntad, no quería rendirse, pero algo lo obligaba a levantarla, eso pensó la chica, por lo que soltó la mano de su compañero e iso un jutsu de los pocos que sabía, este no era de para usarse en peleas, más bien para brindar valor, sabía que el peli-rojo quería pelear con él azabache, pero si se rendían no lo lograría. Su compañero la vio detenidamente, era discreta, debía de serlo y aparentemente su técnica había funsionado por que el chico bajó la mano azotando la contra la mesa.

—¡No me subestimen! ¡Yo no renunció y no huyó! ¡Y ustedes chicos rudos, hagan lo que quieran! ¡No van a poder afectarme! ¡¡No señor!!¡No me importa si me quedo como genin el resto de mi vida! —se levantó estampando ambas manos en la mesa —¡Yo algún día seré hokage!

Se volvió a sentar cruzandose de brazos, la chica Sonrió satisfecha viendo como más personas tomaban valor, había logrado alentar a los demás atraves de otra persona y aunque no le agradesieran se sentía bastante bien.

—¿Por qué as echo eso?

—Uh? Pensé que te gustaría —el peli-rojo la miró indicándole que se esplicase mejor —Si el se va, su equipo igual lo ara y son de los pocos que te pueden dar buena pelea, seria aburrido si se fueran, no lo crees?

—... Ya veo, en ese caso bien echo.

La chica Sonrió aun más y volvió a tomar la mano del peli-rojo inconscientemente, aunque está ves sobre la mesa, mientras un azabache los observaba en silencio.

—Esta desicion puede cambiar el curso de su vida —Comenzó a ablar el hombre —Si por alguna razón desean renunciar, esta es su última oportunidad.

—Jamás retrocedere a mi palabra, este es mi camino ninja.

Después de aquellas palabras, nadie más levantó la mano para abandonar el salón, sus miradas reflejaban más confianza que antes y eso asian sentir a la chica menos incomoda reemplazando ese sentimiento con uno de exitación por ver que pasaba despues. El hombre miró a los centinelas, quienes asintieron, era evidente que ya no dejaría a nadie renuncias y proseguiria, la chica miró el reloj, habían perdido mucho tiempo, dudaba que fuera a hacer realmente una pregunta.

—Tenías razón... Solo los intimido.

—Vaya, vaya, debo admirar tu determinación, si no ahy más, para aquellos que se quedaron solo tengo una cosa por hacer —la chica apretó el agarre nerviosa —y por eso tengo que decirles... Que todos ustedes pasaron el examen.

La chica suspiro dejando salir el aire que no sabia que retenía, se sentía aliviada de que aquello hubiera terminado por fin.

—¡Un segundo! —La peli-rosa se levantó, en sierto modo la chica se sentía ya cansada de sus reclamasiones obsurdas —¡¿Que acaba de pasar?! ¡¿A que se refiere con que pasamos?! ¡¿Donde esta la décima pregunta?!

Sin pensarlo mucho, la chica se lavanto aun sin soltar la mano del peli-rojo y miró a la peli-rosa.

—¡por favor, callate! ¡¿No puedes conformarte con que pasaste?! ¡¿Oh acaso querías elevar tu ego demostrando lo integente que eres?!

Todos la voltearon a ver sorprendidos, la peli-rosa abrió la boca para reclamar, más nada salió de esta durante unos minutos, la volvió a cerra apretando sus puños para después volverla a abrir.

—¡Tu callate! ¡Nisiquiera eres una genin, no deberías estar aquí!

—¡Lamento no aver tenido oportunidad de elegir mi camino como tu! ¡Pero por lo menos no me ando quejando de todo lo que me párese mal a cada rato!

La paciencia de la chica se había acabado, sus ojos estaban cristalinos mientras lágrimas comenzaban a mojar sus mejillas por la rabia que sentía en esos momentos, finalmente la peli-rosa se quedó callada, no sabía que decir y era evidente.

—Ahora... Pueden continuar con su clase, lamento la interrupción.

La chica se sentó dándole la espalda al peli-rojo y subiendo sus pies aprovechando que ya no había nadie, dobló las rodillas recostando la cabeza en el regazo del chico poniendo sus manos entrelazadas en su vientre y cerrando los ojos.

—Mi garganta arde...

Dijo en un hilo de vos mientras la lágrimas segúian callendo, sus compañeros sabían que era difícil hacerla enojar, llevaban 2 años conviviendo con ella y solo la habían visto de esa forma 5 veces, ahora 6 y no les agradaba, preferían verla sonreír, pero cuando se le acababa la paciencia era mejor dejar que se relajara, aunque tomará horas o hasta días.

—Solo descansa.

Dijo el peli-rojo poniendo una de sus manos sobre las de ella para ayudarla a calmarse, una pequeña sonrisa se formó en la chica mientras se quedaba poco a poco dormida y el señor les explicaba como habían aprobado y había probado sus habilidades durante el examen, no sólo por separado, si no en equipo planteandoles ejemplos e indicándoles las 2 desiciones que tenían, sacrificar a la equipo por ellos o morir juntos a ellos.

Infantil. //Gaara y tu//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora