Una nueva mañana se hacía presente, la luz se filtraba por las ventanas y la alarma con aquella melodía monótona despertaba a ambos jóvenes.
El azabache despertaba en los brazos de su pareja desde hacía años, el albino como siempre rodeaba su cuerpo en un abrazo.
El mas alto le dedicó una sonrisa, mientras se quedaban algunos minutos en silencio, como siempre el primero en romper aquel contacto era Rich.
Extrañamente en silencio, como si no quisiera incomodar al albino, se apresuraba, debía llegar temprano a aquellas oficinas en las que trabajaba, como siempre, ocupado en reuniones de trabajo.
Por su parte Killer apartaba la vista de él, oculto en sus pensamientos, hasta que llegaba el momento de despedirse, un beso de despedida rápido, ni siquiera un desayuno en pareja como solían hacer años atrás.
Era entonces que se decidía a comenzar su día como maestro en aquella universidad, con lentitud se dirigía hacía el baño, dispuesto a arreglarse.
*
El azabache conducía con rapidez, un día mas que faltaría a su trabajo, todo para estar junto a aquella persona que lo había sacado de su rutina.
Que había llegado a su vida como un remolino, convirtiéndose en una tentación, que había ocasionado que todo lo que estaba bajo control se desatará en un caos incontrolable.
Con aquella personalidad que incitaba a cometer cualquier locura, que hacía parecer que un pecado no era tan maligno como era.
Pues él era el pecado de Rich.
Llegó a aquella cafetería donde solían encontrarse, no dudó demasiado en aparcar mientras se aseguraba de llevar aquel regalo, uno de los tantos que ya había entregado.
Se aflojo el nudo de la corbata que tenía, dando un aire mas informal, entró en la cafetería y en seguida lo encontró.
Tan despreocupado como siempre, con una ropa demasiado informal, mientras tonteaba con su teléfono y bebía una malteada de chocolate.
En cuánto sus miradas se encontraron una sonrisa traviesa apareció en los labios del menor.
-Rich boludo, llegás tarde- Su típico acento pronto embeleso sus oidos-
-Perdona Farfa, había tráfico- Habló mientras se perdía en aquella mirada plomiza-
Su mañana transcurría como de costumbre, charlaban un poco mientras Rich terminaba el cafe con leche que pedía cada vez que se encontraban
Era entonces que Farfadox comenzaba con sus pequeños juegos, tocaba con picardia las manos de Rich, subiendo por sus brazos como de costumbre, el azabache ya sabía a donde queria llegar su acompañante.
Abandonaron pronto el establecimiento para dirigirse en el carro del mayor a otro lugar, en busca de una habitación específicamente.
Al llegar como siempre era Farfadox quien comenzaba, deslizaba sus manos por sus hombros mientras quitaba el saco de su traje.
-Tan formal- suspiró mientras deshacía el nudo de la corbata-
Sus labios se posaban salvajes sobre los del contrario, a diferencia de los de su pareja, que lo trataban con ternura.
Pronto las manos comenzaban a moverse, dejando caer algunas prendas de ropa en el camino, la suave piel comenzaba a entrar en contacto.
Pero entonces Rich lo detuvo, ocasionando una mirada confusa por parte del contrario.
Sacó una cajita del maletín que cargaba con él, mientras lo abría para enseñar su contenido al de mirada plomiza.
Sus orbes pronto se expandieron con sorpresa, no era algo raro los costosos regalos que el azabache le entregaba, pero el reloj que parecía relucir en aquella cajita lo había dejado sin palabras.
-Te quiero- murmuró el azabache mientras dirigía su intensa mirada al menor- Para algo mas que esto-
-Rich- Habló casi riendo mientras hacía un lado la caja y alcanzaba sus labios- Yo también lo hago-
*
Su jornada pronto llegó a su fin, el albino se encontraba solo junto a aquel tímido muchacho de tez palida y ojos azules.
Se enteró de aquella admiración que parecía sentir hacía su persona, lo cuál le agradó, en cuanto conoció al chico, no dudó en tener algo con él.
Ahora se encontraba acariciando su suave piel con una sonrisa divertida, el sonrojo del menor le parecía gracioso, además de su nerviosismo.
-¿Estas bien Conter?- Preguntó mientras descendía con sus caricias-
-Si- Fue su respuesta, tan nerviosa y entrecortada-
Disfrutaba dominar a aquel muchacho, le agradaba su timidez pero sabía lo mordaz que podía llegar a ser.
Siguió con sus juegos un poco más, tentando al menor, deslizando sus manos sobre su cuerpo, jugando con la sudadera que llevaba puesta.
-¿Puedes venir a mi casa?- Preguntó susurrando contra su oído-
El menor solo alcanzó a asentir mientras el albino se separaba y comenzaba a caminar hacía la salida del aula, con el de ojos color cielo siguiendo sus pasos.
Al llegar a su casa no espero demasiado, lo llevó a su habitación para comenzar.
Mientras comenzaba con tiernos besos, discretamente ocultó un pequeño marco que contenía una foto donde Rich y él se veían completamente felices.
No le prestó mas atención a su pareja, se dedicó completamente a aquel jovencito que ahora se encontraba debajo de él.
*
El de ojos azules admiraba el rostro de su maestro, se encontraba con la mirada pérdida mientras aún se mantenían en su cama.
Se sentía como un intruso, estando en la cama donde seguramente dormía con su pareja, reprimió el impulso de acariciar su rostro, Conterstine sabía que no era mas que una aventura.
Pero le dolía no poder gritar su nombre en toda libertad, tener encuentros furtivos, pero se consolaba pensando que al menos podía sentirlo cerca de esa manera.
La tarde comenzaba a caer, era el momento en el que debía retirarse, en silencio comenzó a vestirse,notó que Killer hacía lo mismo.
-Te llevo a casa- Habló con suavidad-
-No es necesario- Respondió en su lugar el de mirada azulada- Un amigo vendrá por mi-
El albino asintió en respuesta, lo acompaño hasta la puerta, se despidió con un beso delicado, se quedó algunos minutos en el marco de la puerta hasta que su figura se perdió en la lejanía.
Volvió a su habitación, tomó aquel cuadro y las lágrimas comenzaron a brotar.
No entendía en que momento su relación se había resquebrajado, añoraba aquellos momentos de felicidad plena que sentía con su pareja.
Dejó el pequeño marco en su mesita de noche mientras se llevaba las manos a la cabeza y las lágrimas salían sin parar.
*
Rich había llegado algunas horas después, se encontró con Killer en el salón leyendo algún libro, al cuál no le prestó demasiada importancia.
Lo recibió con una sonrisa, habían cenado pero apenas habían intercambiado palabras, ambos contaban mentiras acerca de su día.
Al llegar el momento de dormir ambos pronto se acostaron abrazados, ignorando las marcas en el cuerpo del contrario, fiengiendo no haber notado el cambio de sabanas.
Ambos sabían perfectamente lo que el contrario hacía, pero ninguno encontraba la iniciativa para decir la verdad.
"Ante sospecha hay que callar"
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•Historias de Cubitos•
ФанфикOne-Shots escritos solo con fines de entretenimiento. Pequeñas ideas que salen de mi cabeza sobre este servidor tan peculiar <3 Y no, aquí no haré pedidos xD Son solo historias de cubitos UwU