Curvatura

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Curvatura; KillerRich

Killer no era una persona que solía madrugar a menudo, su rutina comenzaba cuando el sol ya había salido y un café no demasiado caliente esperaba en la mesa.

Pero en escasas ocasiones, como aquella, agradecía haberlo hecho, después de todo no podía disfrutar todos los días de la escena que tenía en frente.

Mientras él se encontraba con el portátil entretenido con algo de trabajo, apenas había notado la presencia del de cicatrices en el marco de la puerta.

Cuando centro su atención en él, una sonrisa se dibujó en sus labios, se movía con lentitud, aun con los ojos entrecerrados, aun algo somnoliento.

No dijo nada mientras veía como tallaba uno de sus ojos mientras acallaba un bostezo con la otra mano, estaba a punto de hablar para darle los buenos días cuando un pequeño detalle llamo su atención.

Rich aún llevaba puesta la ropa de dormir, una vieja camiseta que antes era pertenencia del albino, con un estampado que casi era irreconocible y el color deslavado por los años de uso, también llevaba unos pantalones de pijama.

La camiseta le era unas cuantas tallas más grandes, por lo que cuando el contrario bajo el brazo, la mirada del albino no pudo despegarse de la piel desnuda de su hombro que se dejaba ver.

—Buenos días Killer— La voz lo saco de su trance, dedicando su atención a la mirada aun dormida de su pareja— Que extraño verte tan temprano—

—Ya ves, hoy tengo que ir a un lugar pronto— Se levantó mientras cerraba el portátil— ¿Te hago un café? —

—Por favor, te amaría mucho— Lo siguió hasta la cocina donde vio aún los trastes de su cena anterior—

—¿No lo haces ya? — Volteo para encontrarse con el contrario lavando los trastes— Me siento ofendido—

—Si, pero un poquito más—

Mientras esperaba que el café terminara de filtrarse, una vez más reparo en el hecho de que la prenda le quedaba demasiado grande y que resbalaba ligeramente sobre su hombro, pendiendo de este.

Sus ojos danzaban sobre Rich, admirando la suave curvatura del hombro que seguía su camino hasta ascender por el cuello, no comprendía por qué parecía haberse obsesionado repentinamente sobre aquel punto. 

Cuando noto que el café estaba listo despego la mirada de su pareja, centrando su atención en preparar la bebida, puesto que si no salía en breves probablemente se le haría tarde.

Termino su preparación y lo dejo cerca de donde Rich se encontraba terminando su labor, enrollo sus brazos sobre el contrario que se encontraba de espaldas.

—Hoy estás especialmente cariñoso— Había mencionado el de cicatrices con una sonrisa— ¿Algo especial? —

—Nada, nada, solo te quiero ¿Acaso no puedo mostrártelo? —

—No he dicho nada, tú no te detengas—

Se quedaron algunos segundos en esa posición antes de que el albino tuviese que partir, compartieron una breve despedida, pero antes de partir el albino no pudo resistirlo más.

Poso sus labios en un beso sobre la curvatura del cuello del contrario por algunos segundos más de lo usual, debía hacerlo o sentía que iba a volverse loco.

Cuando abandono la estancia, Rich se sentía ligeramente confundido por el repentino accionar del contrario, por su parte el albino se sentía tranquilo y ligeramente triunfante al poder haber saciado su pequeño capricho.

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