Capítulo 1

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 📌Tómense su tiempo para leer el capítulo y háganlo con paciencia. 


El Secuestro

El día que tanto he esperado había llegado. Podía decirse que era un sábado normal y el cielo estaba de una tonalidad opaca que indicaba que estaría nublado todo el día y quizás muy pronto llovería.

El viento soplaba suave dejando una delicada caricia fría a mi rostro. Vigilaba desde unas cuantas cuadras cercanas al pennhouse en donde vivía esperando que hiciera su magnífica salida en su lujoso porsche negro o cualquier auto de su cochera para seguirlo.

Era consciente de que esto tardaría mucho tiempo y no constaba de suficiente paciencia como para esperar a que pasaran horas y horas, sentada en el asiento de un auto solamente esperando.

Al transcurrir algunos minutos apareció la carnada para la bestia.

Todo iba de acuerdo al plan, ni siquiera se había dado cuenta de que yo lo seguía.

Al parecer había llegado a su destino. Se desmonto con una bolsa negra entre las manos. Alguien con un abrigo de capucha lo esperaba del otro lado de la calle, no podía distinguir los rasgos de su cara a esa distancia. No sabía qué era lo que iba hacer él en ese sitio tan marginal e inusual para alguien de su categoría social.

Me preparaba para proceder a salir. Vestía diferente a mi estilo normal, una sudadera negra con pantalones y zapatos deportivos. Antes de salir para esconderme en las sombras donde no me pudiera notar coloque una capucha con solamente agujeros en los ojos sobre mi cabeza para cubrirla y tome la pistola de la guantera del auto. No obstante, la otra persona había desaparecido por un callejón oscuro y él ya venía de regreso a su auto. Procedí a la acción. Con cuidado pero a la vez rápido y sigilosa me acerqué y presioné la pistola contra la parte baja de su espalda.

—No te muevas —dije entre dientes fingiendo una voz carrasposa y gruesa—. Levanta las manos lentamente donde las pueda ver.

—Puedes llevarte todo lo que quieras, pero no me hagas daño —dijo en respuesta con voz pasiva sin moverse de su lugar.

—¡SOLO CÁLLATE Y CAMINA! —articulé empujándolo para que se apresurara a caminar, pero un ruido a mis espaldas me distrajo haciendo que volteara para determinar de dónde provenía o si era una persona en la escena del crimen en ejecución.

El momento de distracción fue justo para que el idiota lo aprovechara para girarse en un movimiento brusco sobre los talones de sus pies y tratara de defenderse arrebatándome casi la pistola de las manos, pero fui lo suficiente ágil en el momento utilizando todas mis fuerzas esforzándome por no dejar que este mal... Mejor dicho, bien nacido me la quitara.

De ser así el plan no iba a funcionar y era posible que terminara detrás de las rejas en la estación de policía del pueblo sin ni siquiera haber empezado bien.

Fue cuando entonces empezamos a forcejear por la peligrosa arma de fuego. Una milésima de segundo. Un disparo. Una bala. Una herida. Pudo cambiar el rumbo del plan, pero ya era muy tarde como para hacerlo. Nada mas quedaba seguir adelante.

Una mancha de sangre comenzó a extenderse sobre su ropa.

—Mierda ¿Qué has hecho? —dije casi al punto de perder la cabeza viendo todo pasar en cámara lenta. Mis ojos estaban abiertos como platos del susto. No podía creer que jale el gatillo por accidente todo por su culpa y por no estarse quieto.

El seguro debió haberse quitado en pleno forcejeo.

Mierda. Mierda. Mierda.

—Debemos ir al hospital —respondió él. Sus ojos estaban dilatados por eso tan inesperado que acababa de suceder.

Estúpido Secuestro《Christopher Vélez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora