Capítulo 11

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La Confesión

¿Estaría preparada para hacerlo? Jamás lo estaría. Los nervios recorrían cada articulación de mi cuerpo hasta hacer sudar mis manos. La afonía perseveraba en el aire que compartíamos. Lágrimas transitando mis mejillas. Algunos suspiros escapaban de mis labios de forma inconsciente. Ambas nos encontrábamos sentadas encima de la cama con los pies cruzados en forma de mariposas. Ella sostenía mis manos entre las suyas transmitiendo esa calidez afable mientras me miraba directo a los ojos con una tranquilidad formidable que no se comparaba a nada.

—¿Qué fue lo que paso para que estés chillando como chilindrina cuando le quitan su caramelo? —cuestionó indagando en mis ojos. Ella estaba preocupada, pero poco lo demostraba.

—Es... Esto es algo que va impactarte mucho... —dije dando un suspiro—. Pero no vayas a matarme por no contártelo antes.

Me soné la nariz con el pañuelo blanco que ella misma me había ofrecido anteriormente en cuanto entramos a su habitación para obtener más tranquilidad para hablar.

—De eso no tienes que preocuparte porque no voy hacerlo. Si no me lo contaste antes debiste tener tus razones como para no atreverte hasta ahora. Espero que no te haya pasado nada malo o estés metida en problemas.

Si tan solo lo supieras, no dirías lo mismo.

—No sé si te he dicho lo genial que eres —algunas lágrimas surgieron de mis párpados—. Te quiero tanto que no puedo contener el llanto. Amo tenerte como mejor amiga porque has hecho cada día el mejor de mi vida. Eres como la hermana que nunca tuve, pero que la vida me ha...

Ella se había conmovido mucho por cada una de las palabras que salieron de mi boca, tanto que sus ojos se nublaron por las lágrimas que estaban a punto de salir de no ser porque ella las contuvo y la sonrisa que sus labios me habían mostrado se oculto detrás de una catadura de consternación que se notó hasta en el más pequeño de sus poros. Entonces, intervino mi momento con su comentario:

—¡Espera! ¿Por qué te pones tan poética justo ahora? Parece como si te estuvieras despidiendo de mí porque vas a morir en cualquier momento. Es mejor que no desvíes el tema y comiences hablar de eso que quieres decirme. Comienzo asustarme por tus repentinos gestos de cariño innecesarios.

—No para nada... No tienes porque asustarte —le sostuve la mirada por unos segundos—. Esto no es nada de otro mundo, pero tampoco lo haría una persona normal en todos sus sentidos, a menos que tenga una razón digna como para hacerlo.

—No entiendo nada, Cami.

—Soni, no sé si vayas a entender lo.

—Obviamente que no lo sabremos hasta que te decidas a hablar —dijo poniendo los ojos en blanco. Fue un gesto que ciertamente me animó—. Sea lo que sea que vayas a contarme luchare por comprenderlo, prometo no dejar de quererte por ello.

No pude evitar sonreír. Luego tome una gran bocanada de aire antes de al fin contarle todo a mi mejor amiga de una buena vez por todas.

—Secuestre a Christopher Vélez —solté antes de que mi conciencia me hiciera arrepentirme.

La expresión de asombro que adorno su cara no me extraño, ya que era preciso esperarlo.

—¿Qué?

Sonia tuvo que levantar el culo de la cama inmediatamente y comenzó a dar vueltas alrededor de la habitación sin parar. Pasaba una mano por su cabeza desordenando su cabello.

Respiró. Cerró los ojos. Hizo todo lo que le resultara tranquilizante para la situación.

Al fin y al cabo pareció lograrlo y entonces habló:

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2021 ⏰

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Estúpido Secuestro《Christopher Vélez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora