Capítulo 7

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El Paseo

Una día más. Una mañana fría. La niebla que cubría el nuevo día era tan gris como la melancolía acompañada de un cielo nublado tan oscuro como el morado provocado por una golpiza. La búsqueda del recién desaparecido en el pueblo continuaba, pero todavía ningún resultado proporcionaba todo esto. Era preocupante como la policía generaba su investigación con las pequeñas migajas de la escena en donde se hallaba el auto de la víctima. Sangre. Casquillo. Todas las pertenencias estaban intactas y no se sabía por dónde continuar.

Había que descartar la suposición de un robo por todo lo observado en la escena.

Se tomaron todas las cosas que pudieran ser útiles para el caso y algunas notas de lo que percibían en aquel lugar que aparentaba ser bastante solitario. No había testigos o cámara de seguridad cercana que checar. Todo implicaba ser un crimen bien organizado y sin cabos sueltos hasta ahora.

Entre las suposiciones más convincentes para los oficiales de la policía estaba un probable homicidio en el que necesitarían hallar el cuerpo de la víctima o un posible secuestro.

Al traspasar un par de horas se habían conocido los resultados de la muestra de sangre que se había tomado del suelo en la escena del crimen que fue sometida a un análisis de laboratorio. La sangre pertenecía a la víctima. No había duda de que todo fuera bien ejecutado.

Los padres del joven esperaban en la oficina del agente Martin para ponerse al tanto con las nuevas informaciones que habían obtenido de la desaparición de su hijo menor.

El ruido de la puerta de cristal abriéndose los hizo girar la cabeza hacia atrás sobre sus respectivos asientos frente al escritorio del agente encargado de investigar el caso de su hijo.

—Buenos días señor y señora Vélez —saludo con cortesía mientras tomaba asiento en su escritorio colmado de papeles por montones.

La señora Vélez estaba hecha un mar de lágrimas con un pañuelo resonándose lo roja que tenia la nariz y antes de que el agente pudiera decir algo mas se levanto con brusquedad de su asiento.

—No podre hacer esto, mejor te esperare en el auto y luego me cuentas —le susurro a su marido antes de salir casi huyendo de la oficina del agente Martin.

—¿Qué han investigado? ¿Encontraron algo? ¿Dónde está mi hijo? —preguntó casi de inmediato con bastante exigencia.

—Aun no hemos encontrado nada incriminatorio que pueda ayudarnos en el caso de la desaparición de su hijo, pero tenemos algunas suposiciones que pueden ser muy útiles —respondió el agente Martin.

—Esto tiene que ser una broma —suspiro el señor Vélez con esa inquietud que lo caracterizaba cuando las cosas no estaban saliendo como él quería—. Ya han pasado tres días en esta búsqueda y me está diciendo que aun no lo encuentran.

—Señor Vélez créame que todos estamos dando nuestro mejor esfuerzo en esto.

—No voy a esperar a que esos lunáticos que se lo llevaron les dé la gana de torturarlo o matarlo para poder hacer algo al respecto.

—No sabemos quién o quiénes fueron los que le han hecho esto a su hijo, pero le aseguro que lo vamos a encontrar. El pueblo entero está en inspección, además de que estamos interrogando a todas las personas que lo vieron o hablaron con él en los últimos dos días antes de su desaparición —el oficial Martin tomó y organizó unos documentos de los que tenía sobre su escritorio y se los ofreció al Señor Vélez para que los leyera—. Estos fueron las cosas que pudimos averiguar en la escena del crimen.

—¡A mi hijo le han disparado! —Exclamó, arcando las cejas—. No puedo creer esto; ahora es que me informan de que mi hijo está mal herido no sé donde carajos y que podría tener una hemorragia o quizás tener una muerte por un desangrado.

Estúpido Secuestro《Christopher Vélez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora