Prólogo

544 53 78
                                    

Las personas nunca llegamos a conocernos del todo y tampoco sabemos de todas las cosas que somos capaces de hacer, bien sea por amor, odio, el bien, el mal, vivir, morir, todo y nada. Es simple, no lo sabemos hasta que lo hacemos.

Dicen que el amor es la pasión por la cual sentimos dolor, por la cual sentimos felicidad, nos hace ciegos, sufrir, sentir y muchas veces egoístas. Todo es bonito cuando el sentimiento es mutuo, pero no todos nacimos para ser amados, ser correspondidos y sobre todo ser queridos. Literal, es una cadena irrompible: el te quiero, no me quieres; si me quieres, no te quiero.

La vida tiene leyes. El destino casualidades. Hay verdades y mentiras. Ninguno depende de una tira roja como cuentan en las historias, solo tú eliges ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Quién tu quieres ser? Hay dos caminos y un destino ¿Te quedas en la ficción o enfrentas la cruda realidad?

Nada en la vida es lo que suele aparentar.

* * *

Recuerdo la primera vez que lo vi, era mi tercer día en la universidad y aun estaba conociendo sus alrededores, me dirigía al campus para ir a esa cafetería de la que tanto hablaban todos en los pasillos, justo el salía y yo entraba.

Estaba todo sudado y la ropa se adhería a su robusto cuerpo con tatuajes que no logre detallar con claridad. Su cabello estaba bastante desordenado y algunos mechones le sobresalían del corte, otros ya estaban pegados a su frente. Sus ojos de una tonalidad tan clara como la miel brillaban con la luz del cegante sol. Una sonrisa picarona decoraba esos lindos, carnosos y perfectos labios.

A su lado iba un chico delgado de ojos verdes que también estaba guapo.

Aparentaban ser muy buenos amigos por la forma en que bromeaban. Ambos llevaban una especie de bebida energética de la mano, ya saben de esas que toman los atletas después de entrenar duro.

Quede como una estatua moldeada en cuanto pasaron delante de mí.

Era la primera vez en la vida que me pasmaba de esa manera ante la presencia de alguien o mejor dicho de un chico. Además, no podía negar que estaba súper atractivo el condenado.

No sé ni cómo no deje chocar la boca contra el pavimento de la cafetería cuando se quito la camiseta del equipo de fútbol que llevaba puesta dejando ver sus atributos. Nunca en mi vida me imaginaba ser testigo de un Dios mitológico entre los humanos.

Después de ese día pensaba que podría continuar teniendo una vida normal, pero como el destino es algo divino, no fue para nada así.

Comenzaba a encontrármelo en todos los lugares y desde entonces también mi cuerpo a reaccionar.

Mi corazón me palpitaba como si había corrido un maratón cada vez que lo veía, era inevitable que no le dificultara la inspiración y expiración de oxígeno a mis fosas nasales para que llegaran hasta mis esponjas de color rosáceas llamadas pulmones, que bastante lo necesitaban.

Para acrecentar el riesgo de sufrir un paro cardíaco en cualquier instante compartíamos algunas clases.

No era justo que me pasara eso a mí ya que no estaba preparada para volver a sentir afecto y menos por un chico. Mi vida ya era bastante complicada sin involucrar emociones y sentimientos. Suficientes eran mis dramas familiares y el desastre mental que había en mi cerebro.

Como dice un dicho "espera lo inesperado". Y lo inesperado acababa de pasar.

No tarde mucho tiempo para preguntarle a mi mejor amiga Sonia sobre el apuesto chico que llamaba no solo mi atención sino la de muchas chicas. Ella me conto tantas cosas que fueron suficientes como para saber que era presumido por tener padres adinerados, pero eso no era un obstáculo para Camila Garner, es decir, yo, una chica impulsiva que no se detenía ni al tropezar con una piedra y romperse la uña del dedo grande del pie. Siempre iba detrás de lo que quería. Y lo que quería, era él.

No pensaba en lo complicado que se convertiría esto.

Cada vez que intentaba hablarle era concretamente ignorada.

Todos los intentos por buscar su atención fueron un fracaso total. Debería haberme rendido y no seguir insistiendo con lo mismo. Razones me sobraban para renunciar a él. Sin embargo, no fue así.

Continuaron más intentos inútiles, fracasos y vergüenzas.

En definitiva, me convertí en una chica invisible ante su arrogante presencia.

Una vez siendo la invisible, me volví una acosadora.

El tiempo pasaba y solo una idea rondaba mi cabeza. Secuestrarlo.

Necesitaría un plan. Un plan para ejecutar mi estúpido secuestro.

° ° °

📌Hoy por fin he terminado con lo que una vez inicie para mejorar el libro y su trama. Espero que a ustedes tanto como a mi les guste mas que antes y que se diviertan mucho haciendo teorías mientras leen. 

Demórense todo el tiempo que quieran mientras leen y háganlo con mucha paciencia.

Estúpido Secuestro《Christopher Vélez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora