Capítulo 9 (parte 1)

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La Conversación

Ese momento de tu vida cuando estás lo suficiente triste como para que nada te importe, me sentía totalmente herida por esas palabras. A veces la vida te vuelve el juego en tu contra. No necesitaba que nadie se me acercará, ni si quiera mi mejor amiga, he estado evitando la desde la noche anterior en mi casa porque me conoce lo suficiente como para saber que me siento emocionalmente triste y no dejaría de insistir hasta que le contará lo que me pasaba.

El día en la universidad tampoco sería muy bueno para mí. Había disminuido la atención a las clases y no hacía absolutamente nada. En este momento parecía una zombie en medio de un grupo de personas, mis ojos iban de la mano con cada movimiento que hacía el profesor dentro del salón, no tenía la fuerza ni la voluntad suficiente como para mantener mi atención activa.

—Señorita Garner —dijo el profesor Bloss posando una mano en mi hombro—. ¿Se encuentra usted bien?

—Lo siento profesor Bloss, me quedé dormida —digo estrujando mis ojos mientras levantaba la cabeza de la mesa.

—La clase termino hace algunos diez minutos y todos sus compañeros se han ido a su siguiente clase —me aclaró el profesor Bloss viendo cómo miraba a mis alrededores confundida.

—Yo...

—Necesito hablar con usted sobre algunos asuntos que son muy importantes con respecto a su rendimiento académico —refutó con suma seriedad mientras caminaba a su escritorio.

—De acuerdo —admití en un susurro siguiendo sus pasos con mi mochila al hombro.

—En cuanto a sus calificaciones han bajado bastante en una semana, no está prestando la atención debida a la impartición de las clases y hay algunos trabajos que usted no me ha enviado al correo —explicó pacientemente guardando algunos documentos que estaban sobre su escritorio.

—Yo... lo siento mucho señor Bloss, es que yo no he...

No me dejó terminar de hablar.

—Las excusas déjelas para luego, se que usted últimamente no ha tenido días buenos que digamos, su apariencia la delata mucho —hizo una pausa—, Solo tiene que buscarse un tutor o tutora que la ayude a ponerse al día.

Los pasos de alguien acercándose resonaron a mis espaldas.

—Señor Bloss, yo me encargaré de ser su tutor y ponerla al día con todo lo que falte —esa era la voz de Erick. Me costaba mucho creerme lo.

—Está usted en buenas manos señorita Garner, no me decepcione —dijo el profesor antes de salir del salón y dejarnos solos.

—Erick... —dije volteando a ver su rostro con esa sonrisa marcada que nunca faltaba—. ¿Por qué quieres ayudarme?

—Solo noto lo descuidada que has estado últimamente y supuse que requerías de ayuda —articuló sin borrar esa sonrisa de sus labios—. No hay nada de malo con que un amigo te eché una mano ¿Cierto?

"¿Dónde mierda se metía mi mejor amiga cuando la necesitaba? ¿Qué le pasa? ¿Y por qué me habrá dejado quedarme dormida en clase?"

—Camila ¿Me estás escuchando? —cuestionó Erick tronando sus dedos en el aire delante de mis ojos sacándome de mis pensamientos.

—Oh si... —dije en un suspiro volviendo a la realidad—. Gracias por ofrecerme tu ayuda.

—Entonces, empezamos hoy en tu casa —propuso caminando a mi lado.

—A las cinco ¿Te parece bien? —estaba hablando, pero aún seguía un poco adormilada.

—Camila ¡Cuidado!

Estúpido Secuestro《Christopher Vélez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora