— Stan, es comida gratis. Piénsalo.
El moreno suspira.
— Es una idea estúpida y espero que entiendas que no hay manera de que haga eso.
Kyle hace un puchero y Stan tiene que apartar la mirada; sabe que si Kyle se pone en ese plan, acabará aceptando sin dudar. Siempre es así.
— Es muy mala idea.
— Si crees que es mala idea es por qué no lo has pensado dos veces.
— Lo he pensado más de dos veces.
Kyle vacila por unos segundos.
— Entonces es que no lo has pensado bien ninguna de esas veces.
Por algún motivo, Kyle ha descubierto que si propones matrimonio en un restaurante, suelen darte comida gratis. Y por algún otro motivo que Stan aún no entiendo, Kyle ha decidido que quiere probar.
A Stan esto le parecería genial, si no fuera por un pequeñísimo detalle: lleva un tiempo planeando cómo proponerle matrimonio. Y tiene pensado hacerlo esta semana. Y ni de coña va a quitarle la magia a ese momento repitiéndolo cincuenta veces solo por una hamburguesa rancia en el Mcdonald's, por mucho que Kyle insista.
Han hablado muchas veces de ese tema. Llevan bastantes años juntos, viven juntos, ¿Por qué no casarse? No parece mala idea. Sería bonito.
Pero claro, Stan no va a decirle "hey Kyle, que sepas que no quiero llevar a cabo tu idea que no me parece tan estúpida porque no quiero quitarle emoción a nuestro compromiso".
Así que decide llevarse la situación a su terreno, de una forma u otra.
— Kyle, ¿Te apetece cenar fuera esta noche?
— ¡Sí!
Stan sonríe. No sabe cómo evitar sonreír al ver a Kyle; no hay manera de que su corazón no se derrita de amor cada vez que ve los labios del pelirrojo curvarse en esa sonrisa que tanto ama.
Parece que Kyle ha olvidado su idea, y eso tranquiliza a Stan. No está del todo tranquilo —va a pedirle matrimonio al que es el amor de su vida, joder, cómo va a estar tranquilo—, pero algo es algo.
La cena transcurre con normalidad. Normalidad entre muchas comillas.
Y para el final de la cena, decide que es el momento ideal. Ahora o nunca. Tiene que sacar valor para hacerlo, es la mejor oportunidad que se le va a presentar en mucho tiempo.
Palpa el bolsillo de su chaqueta; ahí está, la caja con el anillo que compró para este momento. Intenta alcanzarla disimuladamente; y de repente se ve obligado a parar.
Vamos, ¿Esto es en serio?
Delante de Stan, se encuentra Kyle. Con la sonrisa más radiante que ha visto jamás. Y por si fuera poco; un anillo de compromiso en sus manos.
— Stan Marsh, —la voz de Kyle es firme y segura— recuerdo con toda la claridad del mundo cuando nos conocimos. Éramos solo dos niños pequeños, sin idea ninguna de la vida. Ese lazo que formamos creció con nosotros, peligró muchas veces a causa de nuestras peleas de adolescentes estúpidos, enamorados y negados a aceptarlo. Mis recuerdos más felices son contigo, todos y cada uno de ellos. ¿Quién nos habría dicho que acabaríamos así? Perdidamente enamorados. —la risa de Kyle es dulce, pero no la contiene— No me arrepiento de nada de lo que hemos pasado, Stan. Y aunque no somos del tipo de pareja cursi y empalagosa, hoy es necesario. Stan, Stan... ¿Quieres casarte conmigo?
Stan sonríe tanto que los pómulos le duelen.
— Ky.
— ¿Sí?
Stan saca el anillo de compromiso de su bolsillo, ante la atónita mirada de Kyle —y de todos los presentes en el restaurante realmente—.
— Sí, sí quiero. Claro que quiero, Ky.
Los aplausos no tardan en llenar el comedor del restaurante, mientras que se ponen los anillos.
Y Kyle tenía razón; el postre les salió gratis.
Saliendo del restaurante, Kyle se apoya en el hombro de Stan.
— ¿Sabes una cosa?
— Sorprendeme.
— Lo de esta mañana te lo había dicho porque llevaba tiempo pensando en pedírtelo, y quería hacerlo en un restaurante por si me mandabas a la mierda, así podría decirte que era broma y lo había hecho solo por la comida.
Y los dos comienzan a reír.
Esa es su relación; el romanticismo justo para hacerles temblar, pero no demasiado como para olvidar de dónde vienen.
Razón número diecisiete para enamorarte de tu mejor amigo: recordar todos los momentos a su lado, teniendo un anillo de compromiso puesto, es posiblemente la mejor sensación que he experimentado en mucho tiempo.
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Ventajas de enamorarte de tu mejor amigo;; style
Fanfiction«Éramos los mejores amigos; ahora somos los mejores novios.» De cómo Stan Marsh y Kyle Broflovski afrontan los cambios de su vida, juntos. - Stan Marsh x Kyle Broflovski. - drabbles de estos idiotas tan adorables; 0 continuidad