Hellen
Sentada en el borde la cama observo a los sirvientes moverse diligentemente dentro del baño, además, de que algunas mucamas parecen listas para hacer la limpieza en la habitación mientras tanto. Por mi culpa ni siquiera han podido hacer su trabajo. Eso me hace sentir mal y resulta un poco vergonzoso, supongo que todo el mundo sabe lo que pasó.
―El baño está preparado, príncipe. ―Asiento a Jahan, mi nueva escolta y que como prometió Vader, no parece dispuesto a apartarse de mí.
Lo conozco también, aunque no tuvimos mucha interacción. Me parece recordar que el dejó el palacio antes de que yo llegara, para encargarse de algunos disturbios en la frontera. ¿Qué fue de él? No tengo idea.
Me levanto y dirijo hacia el baño, donde se encuentran esperando un par de mucamas con paños en las manos. Me detengo y doy una mirada detrás de mí, Jahan ha entrado y cerrado la puerta.
Espera... ¿Ellos van a quedarse? ¿Todos?
Tranquila. Obviamente, alguien ayudaba con sus baños a Viran, pero... No soy él.
―¿Hay algún problema? ―pregunta Jahan como si no fuera obvio, cuando no me muevo, ni hago gesto alguno.
¡Claro que hay un problema aquí! ¡Se supone soy un hombre! ¿Por qué querría que un par de mujeres me vieran desnudo? Eso sin contar que lo que más me incomoda es la presencia de Jahan. Sus ojos son de un tono oscuro y su cabello rojizo le dan un aspecto casi perverso. Otro hombre apuesto.
Maldición. De nuevo pensando en eso. Realmente nunca me di cuenta de cuan atractivos eran todos los escoltas o caballeros.
Me paso las manos por el rostro y sacudo la cabeza.
―Ellas ―murmuro mirándolas―. Salgan...
Me miran sorprendidas, casi como si estuvieran a punto de llorar.
―Su majes...
―¡Alto! ―pido negando, ignorando como han estado por llamarme―. No han hecho nada malo, solo... son mujeres y yo soy un hombre, ahora salgan. Yo puedo hacerlo... solo. ―Ellas dudan mirando a Jahan, quien tras un instante asiente y abre la puerta.
¡Uf! Si mi cuerpo fuera el de una chica me sentiría bien con su presencia, pero soy un hombre. Que dilema. Sea como sea, es mejor si manejo esto sola, lo hice muchos años, no creo que sea tan diferente. ¿Cierto?
―Pidan que venga uno de los sirvientes para que atienda al príncipe. ―Quiero asesinar a Jahan.
¡No necesito ayuda! ¡No la quiero!
Ambas chicas salen casi corriendo. No estoy segura si se sienten aliviadas o asustadas. Lo que si parece es que esto no es una casualidad. Ellas suelen servirle.
Viran, ¿Qué tipo de pervertido eras?
―¿Jahan? ―Espero hasta que hace contacto visual―. Tú tampoco tienes que quedarte. ―Te lo pido por mi salud mental.
―Vader me ordenó quedarme con usted. ―Le doy una mirada sospechosa, pero lo cierto es que prometí que me comportaría. Si Vader no hubiera sido tan amable conmigo.
Empiezo a liberar los botones de la camisa justo cuando alguien llama a la puerta. Quiero negarme, pero no puedo argumentar nada en contra y creo que es mejor si tengo algo de ayuda y termino rápido aquí. Jahan no parece dispuesto a ceder y ya he llamado demasiado la atención sobre mí.
Doy un suspiro cuando me hundo en el agua tibia. He estado a punto de cubrir mi pecho, cuando Jahan me ha mirado, es un reflejo, aunque él no pareció tomarle importancia.
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Me he convertido en ti
FantasyEntregue mi vida por conseguir el amor de un hombre, para el que no fui nada, ni siquiera en mis últimos momentos de vida. Ahora, he vuelto en el tiempo, dos años antes de conocerlo y cinco años antes de mi muerte, pero... algo extraño ha ocurrido...