Capítulo 5

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Mantengo la vista fija en los extensos jardines que rodean el palacio Gema, como fue llamado por el mismo Viran, no solo por los acabados tan estéticos que tiene el lugar, también por el colorido que la presencia de las rosas le proporcionan, sus colores asemejan una joya. Ciertamente no puede negarse que tiene un aspecto casi mágico, aun mas en una noche de luna llena y con una suave brisa que lleva la fragancia de las flores.

Apoyo las palmas de mis manos sobre en la bardilla que rodea la terraza, unas manos que no me pertenecen, pero que ahora casi se sienten familiares. No estoy segura porque me siento tan inquieta hoy. Los recuerdos de mis últimos momentos de vida no han dejado de repetirse una y otra vez dentro de mi cabeza desde que abrí los ojos esta mañana.

Si tan solo hubieras podido comprender... Si tan solo hubieras sentido lo mismo que yo...

Tengo grabados mis últimos pensamientos, así como la desesperación de saber que era el final. ¿Es esta alguna especie de señal?

No puedo negar que me he relajado un poco, quizás demasiado, me he concentrado en mejorar quien era Viran, aprender todo lo que podía sobre la espada y asuntos del trono, pero aún hay muchas cosas que faltan. El problema es que ignoro muchos de los eventos que ocurrieron, no solo antes de entrar en su vida, también durante nuestro matrimonio, y que podrían darme pistas. Sobre todo, porque estoy determinaba a evitar la muerte del emperador y de Vader. Aquella extraña mujer habló sobre un propósito para volver, mismo que continuo sin saber. Espero que el viaje que estoy por comenzar me permita recolectar un poco más de información, mantenerme segura dentro del palacio no cambiara nada.

Llevo mi mano a mi pecho frotándolo insistentemente, preocupada por la sensación que hace que mi corazón se sienta pesado.

―Debería ir a dormir, príncipe. Es tarde y mañana partiremos antes del amanecer. ―Me vuelvo para mirar a Vader que me observa desde el marco de la puerta. Aun lleva su traje de caballero, aunque hace rato que lo despedí para que él también pudiera descansar.

―Tú también deberías estar descansando.

―¿Cómo podría hacerlo si usted continua de pie? ―Sacudo la cabeza, porque, aunque todos son sumamente leales, especialmente él lo hace.

―Estaba a punto de entrar, deberías volver ―miento, pero por su expresión me doy cuenta de que no lo he hecho muy bien.

―No tiene porque estar preocupado ―asegura moviéndose al frente, acortando la distancia entre los dos―. Aunque todos los miembros son excelentes, he elegido los mejores caballeros para acompañarnos y puedo asegurarle que todos estamos dispuestos a arriesgar nuestras vidas para protegerlo.

Contrariamente a lo que pueda creer, eso solo me hace sentir peor. No quiero que muera Vader, ni tampoco ninguno de los demás caballeros, que a lo largo de estos meses he conocido y llegado a considerar amigos.

Como Hellen solo tuve una amiga, el resto fueron personas que ignoraban a la chica huérfana, hasta que fui nombrada reina y entonces solo buscaban mi favor. Ellos mostraron su verdadero rostro cuando fui acusada y gracias a eso, ahora puedo darme cuenta en quien no debo de confiar.

Ahora que soy Viran, prácticamente solo he interactuado con los caballeros y sirvientes del palacio, con quienes he intentado romper la barrera de los rangos. Omitiendo los pequeños accidentes de poca vestimenta o exhibición de partes masculinas, no me importa pasar tiempo con ellos. La primera vez que sucedió fue tan vergonzoso, grité haciéndolos creer que algo estaba mal y tuve que mentir sobre haber visto una serpiente; después de eso, me obligue a no reaccionar de forma exagerada cuando se desnudan. Se supone que soy un hombre y ellos parecen tener algo en contra de las prendas de vestir. Ha funcionado con algunos como Vader, que ahora ya no me trata como si debiera rendirme pleitesía.

Me he convertido en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora